“No diría que siento nostalgia… Lo que me evoca son bonitos recuerdos de una etapa que ha acabado, pero nunca hubiera imaginado que seguiría en contacto con este mundo de otra manera”. Judit Mascó conquistó el olimpo de la moda cuando tan sólo era una adolescente. Creció en una familia de maestros -sus padres eran profesores-, pero su destino no estaba en las aulas, sino sobre las pasarelas.
Tras ser descubierta por un vecino que se dedicaba a la publicidad a los trece años -protagonizó un anuncio con una conocida marca de helados-, a los diecisiete viajó a Milán, y ahí comenzó una meteórica carrera que la llevó a desfilar para grandes diseñadores como Armani, Carolina Herrera o Valentino. Aunque, como ella misma ha reconocido, su portada en la revista Sports Illustrated en 1990 marcó un antes y un después.
Ahora, Judit continúa vinculada al universo de la moda, subiéndose a la pasarela en ocasiones especiales -“en un aniversario, un homenaje a un diseñador… aunque me cuesta mentalmente porque estoy fuera de esta onda”– y compaginando su trabajo en campañas publicitarias con sus colaboraciones en radio y televisión. Hablamos con ella en su papel de embajadora de HOSS INTROPIA -junto a Andrea Molina, Lydia Bosch y Candela Serrat-, que presentó el pasado mes de abril su colección Holi en su querida ciudad natal, Barcelona.
- Cuando ves desfiles, ¿sientes nostalgia de tu época como modelo?
- Me parece que la palabra nostalgia es como que evoca algo negativo y no es necesariamente eso, ¿no? No diría nostalgia, no. Es como un recuerdo de algo que también se ha acabado y nunca hubiera imaginado que yo seguiría en contacto de otra manera. Más que nostalgia… bonitos recuerdos de una etapa que casi te diría que pasé otra vida hace tantos años. ¡Tanto tiempo!
- Hace cuatro años, cuando fue el homenaje a Andrés Sardá, desfilaste…
- Sí, pero eso fue en Madrid.
- ¿Te gusta volver a la pasarela?
- Sí, de vez en cuando me sigo subiendo, aunque me cuesta mentalmente porque estoy fuera de esta onda, pero aún sigo sintiéndome modelo cuando me subo, solamente si hay una ocasión muy especial. Un homenaje a un diseñador, un aniversario, alguna cosa especial a celebrar. Si no, evidentemente no. Y, sobre todo, como lo he podido compartir con compañeras, pues siempre son momentos de mucha emoción, de volver a recordar cosas bonitas que compartimos.
- Además has estado en la 080 de Barcelona junto a HOSS INTROPIA…
- Hace muchos años que conozco la marca y me gusta porque es una marca española con un espíritu mediterráneo muy atemporal. Porque que las tendencias marquen algo, no quiere decir que yo las vaya a llevar. A mí me gusta sentirme libre y llevar la ropa que creo que va afín con mi personalidad y con mi forma de ser. Y HOSS INTROPIA creo que también define este tipo de mujer con personalidad propia, que no sigue a rajatabla todas las tendencias que dicta cada temporada la moda… Y estoy contenta porque estoy en mi ciudad, Barcelona.
“Mis hijas tienen su propio estilo y sólo buscan en mi armario cuando necesitan algo especial”
- ¿Guardas en tu armario algunas piezas muy especiales para ti?
- Bueno, hay algunas… Por ejemplo, tengo unas botas altas que me compré en Milán, en una época donde el mundo no era tan global como ahora y el calzado italiano tenía mucho prestigio. Las guardo y las mimo. Y las tengo ahí como parte de mis recuerdos, de lo que hice con mis primeros sueldos desfilando en Milán. También es verdad que incluso tengo alguna pieza de tipo lencería, como las que se veían en los desfiles de Dolce Gabbana, muy a lo Sophia Loren… Me lo quedé porque pensé que era algo único, y estas prendas se vieron en desfiles en los que estaban todas: desde Claudia Schiffer a Cindy Crawford, Elle McPherson... También hay algún traje chaqueta, sobrio, de Armani, que también me lo compré de joven como fondo de armario para tener con un gris marengo o un gris perla. Fíjate que como las modas vuelven, ahora, de repente, las hombreras vuelven a estar de moda… No puedo guardar todo, pero algunas cosas sí.
- ¿Y tus hijas te ‘roban’ muchas cosas de tu armario?
- Alguna cosa que sí que cogen, precisamente porque todo vuelve y porque lo encuentran muy vintage. Esa palabra que, en el fondo, solo quiere decir que tiene 20 años, ¿no? (se ríe) Y yo les digo: no, no, tiene más de veinte… y a ellas que les encanta la ropa de segunda mano, siempre van a mercadillos y tiendas de segunda mano… Pero, evidentemente, se ponen la ropa de otra manera. Ellas tienen su propio estilo y sólo buscan en mi armario cuando necesitan algo especial como, por ejemplo, un bolso de noche, porque eso a lo mejor no lo tienen tanto.
- También eres una mujer muy solidaria. Estás volcada en la fundación Ared, que ayuda a mujeres… ¿Es algo que viste en casa o te inculcaron?
- Lo viví de una forma muy natural, desde pequeña, en casa. Creo que al final es la mejor manera de aprender, que te eduquen en unos valores te hace abrir los ojos y ver que eres una afortunada, que no todo el mundo tiene las mismas oportunidades. De eso va la fundación Ared, para que la gente que no ha tenido esas oportunidades pueda formarse y pueda ser independiente, libre, autónoma porque es la única manera de encontrar la propia libertad y de desarrollarse uno mismo. Y por Ared pasan mujeres que quieren hacer ese cambio y nosotros les damos las herramientas a través de la formación. Creo en las en las oportunidades y creo que hay gente más afortunada por haber nacido en un lugar del mundo o en una sociedad o en un ambiente, y otras no tanto. Y es verdad que mis padres, como maestros, dedicaban algunas horas al voluntariado, así que forma parte de mí desde siempre.
- ¿Y también se lo has inculcado a tus hijas?
- Vuelvo a decir lo mismo, que no hace falta inculcar nada cuando ya se vive con naturalidad, porque, como parte de mi tiempo lo dedico a esto, igual que yo lo veía de pequeña con mis padres, no hace falta enseñar nada. Me encantaría que ellas, en el momento que sea de sus vidas, puedan encontrar las ocasiones de ofrecer tiempo de calidad hacia los que más lo necesitan. Pero eso tiene que salir de forma natural.
- No hace mucho que Martina Klein habló de la presión estética que había en vuestra época como modelos… ¿Tú la sentiste en algún momento?
- Yo no sentí excesiva presión así en general, pero sí la hay. Creo que estaba tan acostumbrada a vivir bajo esa presión que no me daba cuenta… Pienso que las cosas han cambiado, ahora nos damos cuenta y podemos ser críticas y hablar de ello. Cuando yo empezaba a hacer de modelo, el saber que tenías que estar en la talla de la ropa con la que tenías que desfilar era una presión. O sea, no hacía falta que nadie me lo dijera. Yo tenía que ser muy autoexigente conmigo misma, ¿me explico? Así que sí, ha habido siempre una presión. La presión no solo es de peso y medidas, también puedo hablarte más la presión que podría estar sintiendo ahora por mi edad, digamos. Y, sin embargo, es verdad que el mundo está cambiando y es verdad que hoy estoy aquí representando una marca de ropa o siendo la imagen de una marca de cosméticos por segundo año consecutivo… Sigo trabajando con mi imagen, y mi imagen ya es la de una mujer que tiene una trayectoria o una edad, que ha vivido ya una gran parte de su vida. Sí que es verdad que todo esto está cambiando, pero, en el fondo, es verdad que, como mujeres, siempre estamos bajo presión estética y eso sí es criticable. Como decía Martina, o como dicen mis hijas, que son jóvenes, no nos damos cuenta.
- Te han salido unas hijas muy artistas…
- De cuatro, tres. Bueno, sí, pero sí, sí, realmente son todas. Sí, sí. Les gusta mucho la parte de letras, humanidades, arte, oficios… La pequeña ha salido más de ciencias, pero también le encanta la música y toca instrumentos.
“La presión no solo es de peso y medidas, también puedo hablar de la que podría estar sintiendo ahora por mi edad”
- Entonces la vena artística les viene de familia…
- Sí, y por parte de mi marido, que siempre el adjetivo que se usa para hablar de él es el de abogado, porque fue lo que estudió, pero es verdad que le encanta el arte, el teatro, la literatura... Y también es lo que decíamos, al final es lo que maman y viven desde pequeñas.
- Además de la moda, sigues haciendo muchas cosas en televisión…
- Pues sí, mira… Estoy haciendo muchas cosas. Ahora estoy en diferentes colaboraciones y espacios fijos, tanto de radio como de televisión. Hago muchas cosas en Cataluña, pero también en Televisión Española. Tengo secciones fijas y estoy muy en activo. Sigo aprendiendo porque es otro trabajo diferente al que yo había ejercido toda mi vida. Me mantiene activa y creo que se me da bien. Yo me siento muy cómoda y sí que me veo siguiendo por este camino, quizás es él con el que me estoy sintiendo más cómoda últimamente y más.
- ¿Te quedas con la radio o televisión?
- Las dos cosas… La radio siempre me ha encantado.
- ¿Y nunca te planteaste estudiar Periodismo?
- Pues no… pero no me importaría hacerlo hasta ahora de mayor, lo que pasa que no tengo tiempo, pero, si tuviera tiempo, lo haría. Tengo un amigo de mi edad que ha estudiado Periodismo y ahora acaba de terminar… Ahora me planteo más cosas porque tengo muchas inquietudes… Voy a un museo, pregunto, me entero… Cuando eres joven, todo te parece un rollo. Pero luego ya las cosas van cambiando.