No se considera una ‘monstrua’, pero, a los 60 años, que cumplió en noviembre, Rosario Flores ha demostrado ser única en todo lo que se proponga. Como cantante, lo dejó claro hace tres décadas, cuando publicó su disco De ley y arrasó con éxitos como Mi gato o Sabor, sabor. Pero ya con solo cinco años empezó a desplegar su arte en el cine. En 1991, logró una nominación al Goya por su papel en Contra el viento , aunque el gran premio de su vida se lo llevó cuando Almodóvar la llamó para Hable con ella. Así conoció a Pedro Lazaga, que era asistente de dirección, con quien tendría a su segundo hijo y se casaría en 2006.
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Rosario también derrocha arte siendo coach de La Voz Kids , que acaba de volver a Antena 3. Su química con los niños que concursan es especial: “Cuando empecé, se formó una cosa muy bonita. Pero fue algo muy natural. Eso no sale si lo buscas”.
—¿Qué sensaciones tienes al regresar como coach a La Voz Kids?
—Después de tantos años, me siento como en casa, muy arropada. Lo mejor, el calor y la ilusión de los niños. Es un programa maravilloso que hace sentir muchísimas emociones.
—Llevas diez años en el formato Kids. Te gusta trabajar con niños.
—Es que son los ángeles de esta tierra. Dicen unas cosas, dan unos abrazos y unos besos… Me siento muy querida. En La Voz, he sido la ‘monstrua’ de los niños, y ellos, mis ‘monstruos’. Es una de las cosas más bonitas que me han pasado en mi vida.
—Al margen del programa de Antena 3, ¿qué otros proyectos tienes?
—Uno maravilloso por mis 30 años de De ley. Estoy haciendo un disco con todos mis éxitos y con artistas nacionales, internacionales y los que me han inspirado. El single saldrá en septiembre. También estoy preparando una gira maravillosa.
—Eres única con tus palabras. Además del ‘monstrua’, el verano pasado llamaste mucho la atención sobre el escenario con tu ‘pachuru’.
—Viene de una canción de mi hermano, que es No dudaría, y es un himno de amor. ‘Pachuru’ no significa nada. Simplemente, es la energía de esa canción. Para mí, fue un momento muy bonito lo que se formó. Hubo mucha gente que me conoció y fue precioso llegar a tanta juventud.
—Aparte de como cantante, ¿en qué te consideras una ‘monstrua’?
—No me considero ‘monstrua’ (ríe). Quizá, ‘monstrua’ en el directo, que es donde mejor me expreso.
—¿Y volver al cine? Desde “Hable con ella” (2002), no has hecho nada.
—Me encanta el cine, pero pongo mucha energía en la música y en las giras. Algún director al que le gustara también tendría que acordarse de mí. O no ha llegado el momento adecuado. Pero aún tenemos tiempo.
—Con cinco, rodaste la primera película.
—Hice muchas películas y series, siempre esperando mi momento musical. Cuando llegó, me centré en eso.
Un marido de película
—El cine te ha dado una de las mejores cosas de tu vida, tu marido.
—Pues sí. Mi marido es lo mejor que he conocido en el cine. Hice muchas películas de jovencita y tengo muchos amigos en el cine.
—¿Fue flechazo? Porque lo conociste rodando “Hable con ella” y estando tú vestida de torero… .
—Pero el amor puede con todo (ríe). Fue así, bonito e inesperado.
—Acabas de cumplir 18 años de casada con él —el pasado 8 de abril—.
—Soy afortunada en amores. Tengo una pareja maravillosa. Nos conocemos muy bien y nos queremos mucho. Eso es un regalo de los más bonitos de la vida, un privilegio precioso.
—Y nadie te saca como tu marido en tus videoclips.
—¡Desde luego! (Ríe). Tengo la suerte de que sea director de cine. Es hijo de Pedro Lazaga y viene de una saga de cineastas.
—En noviembre cumpliste 60, ¿cómo te encuentras actualmente?
—Estoy en un momento muy bonito, todavía joven y con fuerza. También, disfrutando muchísimo de los momentos y de las personas que quiero. Muy satisfecha y dándole gracias a la vida. Espero que me dé mucha salud para seguir cantando y bailando con la juventud y la fuerza que quiero.
—La juventud la tienes, porque estás estupenda. ¿Cuál es tu secreto?
—(Ríe). No sé, la verdad. Claro que no soy la misma que de jovencita, pero me siento muy joven, con mucha fuerza e ilusiones por hacer cosas.
—¿Cómo recuerdas tu infancia?
—Muy alegre, muy feliz y rodeada de amor. Con mucha música y mucho arte. En mi casa había mucha alegría.
—De niña, ¿ya decías “mamá, quiero ser artista” o fue surgiendo?
—Ya era muy artista de pequeña. Siempre cantando y bailando. Era muy graciosa. Mi madre me enseñaba y me llevaba a las fiestas. Yo siempre estaba preparada para cantar y bailar. Desde muy pequeña, me he sentido artista.
Los recuerdos con su madre
—Como artista, Lola Flores era única, pero ¿cómo era como madre?
—Muy cariñosa, muy bonita y muy amiga de sus hijos. Nos daba mucha libertad. Siempre estaba muy pendiente de nosotros. Una madre maravillosa.
—Pero siempre estaba trabajando. ¿Notabas sus ausencias o ibais con ella?
—A veces íbamos con ella y otras veces no. Pero sí teníamos una relación de mucha unión. He tenido la suerte de tener unos padres que me llenaron de arte, de amor y me hicieron muy libre.
—¿Te sorprende que tu madre, como icono, siga estando tan presente?
—Muchísimo. Toda su energía todavía está, casi vivita y coleando, porque mucha juventud la siente muy viva... Lola Flores siempre existirá.
—¿Qué les llama la atención a tus hijos, Lola y Pedro Antonio?
—Desde que nacieron, saben cómo era su abuela y ven en mí su esencia. Igual, la han visto más graciosa o han visto sus ojos en alguna entrevista.
—Tu hijo, que cumplió 18 años en enero, nació el mismo día que tu madre.
—Fíjate, qué casualidad. Cuando estaba pariendo, mi madre me decía desde arriba: “Tranquila, todo va a salir bien”. Son señales bonitas de la vida.
“Ya era muy artista de pequeña. Siempre cantando y bailando. Mi madre me enseñaba y me llevaba a fiestas”, recuerda Rosario, y añade: “Como madre, Lola Flores era maravillosa”
—Tus hijos no se han dedicado a lo mismo que tu hermana, tus sobrinos y tú. Pero ¿tienen arte?
—Por supuesto que tienen arte, porque vienen de un mundo de artistas. Son todavía muy jóvenes y están estudiando e investigando, así que nunca se sabe. Pero sí tienen el espíritu del arte y de la creatividad.
—Tu hija está metida en el mundo del cine, pero prefiere estar detrás.
—Se dedica a la producción. De momento, está aprendiendo estando detrás. Pero es una creativa maravillosa: pinta y escribe muy bien.
—¿Y tu hijo? ¿Qué quiere ser?
—Está estudiando música. Todavía es muy joven y le queda mucho.
—¿Te lo llevarás de gira?
—Ha hecho algún que otro concierto conmigo, pero poquito a poco.