El público se ha rendido completamente ante El caso Asunta, la miniserie de Netflix basada en uno de los crímenes más mediáticos y escabrosos de los últimos tiempos en España: el asesinato en 2013 de Asunta Basterra, una niña gallega de 12 años de origen chino, por el que fueron condenados sus padres adoptivos, Rosario Porto y Alfonso Basterra. La historia estremece desde el primer momento por la veracidad con la que está narrada y por una Candela Peña que destaca con una actuación sublime dando vida a esta madre acusada y encarcelada por la muerte de su hija
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Se trata de un papel extremadamente complicado que ha supuesto para Candela, de 48 años, un antes y un después, reconociendo que le ha cambiado como actriz. Su trabajo en esta ficción está siendo muy celebrado, pero no es el único en el que ha destacado la artista gabanense, una mujer camaleónica que ha construido una carrera con personajes y proyectos memorables. ¡Recordamos algunas de sus mejores interpretaciones!
Días contados
La niña de Gavá que se colaba en el cine e imaginaba que algún día podría ser como los personajes que veía en pantalla, hizo su debut por todo lo alto en 1994 en esta película de Imanol Uribe. Una cinta donde compartía pantalla con Carmelo Gómez y Javier Bardem, con quien repetiría un año después en Boca a Boca. Este primer trabajo le valió a la artista catalana el premio Ondas a Mejor actriz de cine y una nominación por partida doble a los Goya, como Mejor actriz revelación y como Mejor actriz de reparto, aunque no se alzó con ninguno de los dos galardones
Todo sobre mi madre
En 1999 Candela se convertía en chica Almodovar y se ponía a las órdenes del director manchego en un film que fue elegido por la revista Time como la Mejor película de ese año. Pero su éxito no acabaría ahí, sino que, meses después, ganaría el Oscar a mejor largometraje internacional. En Todo sobre mi madre, que cuenta la historia de Manuela, personaje interpretado por Cecilia Roth, Candela Peña se mete en la piel de Nina, la amante de Huma Rojo (Marisa Paredes). Por este trabajo que puedes ver en Netflix y Filmin, la actriz fue nominada a su segundo Goya, aunque, en esta ocasión, el premio tampoco fue a parar a sus manos sino que se lo llevó María Galiana por Solas
Te doy mis ojos
En la cinta dirigida por Icíar Bollaín, considerada como una de las mejores películas españolas del siglo XXI, Candela Peña volvía a trabajar con la directora madrileña tras Hola, ¿estás sola?, el proyecto junto a Silke que supuso su salto a la fama. En este film, protagonizado por Laia Marull y Luis Tosar, que retrata de una manera devastadora la violencia de género, la intérprete daba vida a Ana, un papel secundario con el que, por fin, obtenía su primer premio Goya en 2004, en este caso como Actriz de reparto
Princesas
Si hablamos de los grandes papeles de Candela Peña, no podemos olvidarnos de esta película de Fernando León de Aranoa. Su magistral interpretación de Caye, una prostituta madrileña que traba una conflictiva amistad con Zulema (Micaela Nevárez), una compañera de profesión que viene de República Dominicana sin papeles y que busca un futuro mejor para su familia. Son dos mujeres que viven en mundos totalmente diferentes, pero un día sus vidas se cruzan y empiezan a afrontar los duros golpes que les depara su compleja situación comprobando que, unidas, podrán con todo. Este trabajo, disponible en Netflix y Prime Vídeo, llevó a la artista a alzarse, dos años después, con otro premio Goya, esta vez, como Mejor actriz protagonista
Una pistola en cada mano
No hay dos sin tres y, pese a la 'maldición' de los Goya que la tuvo tres años sin trabajar, gracias a esta cinta de Cesc Gay, Candela regresaba por la puerta grande a nuestras pantallas con una gran interpretación que le valía su tercer 'Cabezón' en 2014. En esta película de historias cruzadas compartía trama con Eduardo Noriega, quien se metía en la piel de P., un hombre que trataba de conquistar a su compañera Mamen, papel al que daba vida la protagonista de Torremolinos 73
Su tercer Goya no estuvo exento de polémica por el discurso que pronunció al recoger su premio en el que aseguraba que "en estos tres años he visto morir a mi padre en un hospital público en el que no había mantas para taparlo, no había agua... ha salido de mis entrañas un niño que no sé que educación le espera. Os pido trabajo, tengo un niño que alimentar ". Poco después, también le otorgaban la Biznaga de plata del Festival de cine de Málaga, en esta ocasión, para evitar nuevas críticas por lo que pudiera decir, la interprete decidía sellar literalmente sus labios y subía al atril del escenario del Teatro Cervantes con su boca tapada por una cinta adhesiva
La boda de Rosa
O la tercera vez que Candela Peña se ponía bajo las órdenes de la cineasta Icíar Bollaín. La cinta trata de Rosa (Candela Peña), quien a punto de cumplir 45, se da cuenta de que ha vivido siempre por y para los demás y decide apretar el botón nuclear, mandarlo todo a paseo y tomar las riendas de su vida. Pero antes, quiere embarcarse en un compromiso muy especial: un matrimonio consigo misma. Pronto descubrirá que su padre, sus hermanos y su hija tienen otros planes y que cambiar de vida no es tan sencillo si no está en el guion familiar. Casarse, aunque sea con ella misma, va a ser lo más difícil que haya hecho nunca
Un entrañable personaje con el Candela logró que todos pudiéramos sentirnos identificados con ella de uno u otro modo en una divertida comedia en la que comparte pantalla con actores como Sergi López y Nathalie Poza. Con este trabajo la actriz ganó un premio Platino del cine Iberoamericano. Espontánea y natural como es ella, una vez más, al subir a recoger este reconocimiento, la actriz aseguraba que "con los premios no se come" y aprovechaba la oportunidad para hacer un llamamiento a su representante, Pedro Garay: "le pido esta noche trabajo porque no tengo ni un duro en la cuenta"
Hierro
La intérprete volvía a cambiar de registro y también nos dejaba con la boca abierta en esta ficción de Movistar Plus+. En la serie se pone en los zapatos de Candela Montes (Candela Peña), una jueza a la que acaban de destinar a El Hierro, la isla más remota del archipiélago canario. No va a ser fácil para ella adaptarse a la vida en una comunidad que, como ella misma, tiene un fuerte carácter. De hecho, la han enviado allí como castigo por su comportamiento heterodoxo. Nada más llegar a su nuevo destino, tiene que instruir un complicado caso: aparece asesinado el joven herreño Fran el mismo día en el que iba a casarse con la hija de Díaz (Darío Grandinetti), un oscuro empresario que enseguida se convierte en el principal sospechoso del crimen. Candela y Díaz están en lados opuestos de la ley, pero tienen un objetivo común: descubrir la verdad sobre el crimen. Ambos se adentrarán en un camino físico y emocional... un camino al infierno que comienza en el paraíso
Para Candela, este personaje, al que dio vida durante dos temporadas, tiene muchas similitudes con ella porque es "una mujer fuera del canon" y "que se sostiene sola". Ni ella ni su alter-ego judicial necesitan "a un novio, ni a un chulo, ni a uno que te diga no sé qué, las mujeres tiramos", según la propia actriz afirmaba durante la promoción de esta trepidante serie. Un papel por el que ganaba un premio Forqué y un Feroz, además de ser nominada a los premios Platino
El caso Asunta
De jueza a juzgada. La actriz catalana ya ha confesado en numerosas entrevistas que interpretar a Rosario Porto ha sido uno de los mayores retos de su carrera. Para dotar de toda la veracidad que el personaje necesitaba, Candela practicó el acento gallego con dos asesores lingüísticas y se implicó al máximo en el papel. Era tal la presión que sentía al meterse en la piel de la abogada que fue juzgada y condenada por matar a su hija Asunta, de 12 años, junto a su marido Alfonso Basterra, interpretado por Tristán Ulloa, que la artista confesó que llegaba incluso a vomitar por los nervios que le provocaba
No ha sido un trabajo fácil pero el esfuerzo y dedicación que Candela Peña ha puesto en Rosario ha merecido la pena ya que ha logrado armar un personaje real, creíble y lejos de cualquier tipo de sobreactuación con el que nos ha dejado sin habla. Y no solo a nosotros, sino también al equipo que ha trabajado con ella. "Recuerdo que yo me ponía la peluca y ya me despedía: nos vemos cuando acabe la jornada" ha dicho la actriz en el podcast Estirando el chicle a propósito de la concentración que le demandaba el papel
Tal fue la mimetización de la actriz con su personaje que, en un momento de la grabación, se puso indispuesta y tuvieron que llamar a una ambulancia, al subir a la misma, "la médico encargada se asustó mucho, porque claro, tú te olvidas que vas vestida de Rosario Porto... y resultó que era una compañera de clase de esa señora. Dije debe ser una señal". Más allá del acento y de la caracterización, Candela ha sido capaz de realizar toda una transformación corporal que hace ver al personaje y no a la actriz, adoptando todo tipo de gestos, detalles y movimientos que contribuyen a transitar por los diferentes estados mentales de su personaje, de la ambigüedad al desconcierto y la explosión dramática, pero sin caer nunca en la caricatura. Sin duda, un trabajo sublime que se suma a su larga lista de éxitos