La semana pasada fue muy intensa y llena de emociones para Mónica de Tomás. El martes 23 de abril sopló las velas de su tarta de cumpleaños y, unos días más tarde, el sábado 27, celebró su boda civil con Laurent De Greef. La modelo, periodista e influencer y el ejecutivo belga se dieron el ‘sí, quiero’, en el Salón Real de la Casa de la Panadería, el histórico edificio de la Plaza Mayor de Madrid. “Nos iba a casar el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, pero, debido a un compromiso, lo hizo el concejal José Fernández”, nos cuenta Mónica, que en este día tan especial se convirtió en una novia muy chic.
Años sesenta
Con su elegancia y buen gusto, la guapa castellonense no dejó ningún detalle al azar, aunque se tratara de una celebración íntima y familiar, mucho más pequeña que la tendrá lugar el próximo 18 de mayo, día en el que la pareja contraerá matrimonio por la Iglesia en Marrakech. Mónica, que ha sido amiga y musa de Elio Berhanyer durante trece años, quiso tener muy presente al añorado diseñador cordobés en su boda. “Sí, ya había anunciado que quería hacerle un homenaje. Elio ha sido muy importante en mi carrera. Además, él siempre me decía: ‘Niña, date prisa en casarte que, si no, no te voy a poder diseñar tu vestido de novia’. Me apetecía hacerle algún guiño ahora que ya no está con nosotros”.
“Ha sido un día increíble”, nos comentó Mónica, que el próximo 18 de mayo volverá a darle el ‘sí, quiero’ a Laurent en su boda por la Iglesia en Marrakech
En este sentido, Mónica conservaba varios vestidos de Berhanyer, “algunos me los había regalado y otros los he comprado yo”, y al ser tejidos antiguos, “incluso de los años 60”, tuvo que actualizarlos o, como dice ella, “reeditarlos”, para poder lucir uno de ellos en su boda. Para tal fin, la modelo se puso en manos de Navascués, la prestigiosa firma nupcial, cuyo equipo adaptó dos vestidos del genio cordobés para hacer el traje de novia: un cuerpo corsé en forma de abanico y de escote palabra de honor, rematado con un gran lazo en la cintura, de la que parte una espectacular sobrefalda abierta para dejar a la vista unos pantalones pitillo en seda blanca, un toque moderno y sofisticado, ideal para una ceremonia civil.
La novia, con un maquillaje muy natural y el pelo recogido, completó su estilismo con una pamela con velo de Mimoki, zapatos de tacón kitten de Jimmy Choo y una joya muy especial: una gargantilla de Cartier que Laurent le había regalado el día de su cumpleaños. El ramo, sencillo pero muy elegante y realizado por Naranjas de la China, estaba compuesto por tulipanes blancos.
Los padres de Mónica, Ignacio de Tomás y Carmen Villarín; los de Laurent, Nicole y André De Greef, y las amigas de la novia Teresa de la Pisa y las hermanas Beatriz y Paula Villarroya, con sus respectivas parejas, fueron testigos del enlace, que se celebró a las dos del mediodía.
Una vez convertidos oficialmente en marido y mujer, Laurent y Mónica se trasladaron con sus invitados al restaurante del hotel Mandarín, donde celebraron con un almuerzo este primer paso de su vida en común.
Flamenco y vinos
Pero no terminaron ahí los festejos. Por la noche, los recién casados, sus familiares y amigos disfrutaron de una cena a base de picoteo y vinos y una actuación en directo en Flamenco de Leones, a los pies de la Puerta de Alcalá. “Ha sido un día increíble, y eso que esta era una celebración pequeñita. Todo ha salido fenomenal, incluso a pesar de la lluvia”, nos confesó la feliz novia.
Mónica y Laurent se conocieron hace tres años —los cumplirán este verano— en Punta Cana y, después, durante un viaje a Portugal, volvieron a coincidir y se hicieron inseparables. En julio del año pasado se comprometieron, durante unas vacaciones en Tailandia. “Aunque habíamos hablado de casarnos, el día que me lo propuso, en una cena rodeada de velas, no tenía ni idea de que me lo iba a pedir… Fue realmente mágico”, nos contaba la modelo hace unos meses en estas páginas.
Dentro de unos días, el 18 de mayo, la pareja volverá a darse el ‘sí, quiero’, en una boda que promete ser de ensueño, en Marrakech. “Los dos hemos pasado tiempo allí antes de conocernos y, desde que empezamos nuestro noviazgo, hemos ido mucho porque la familia de Laurent tiene casa allí. Aprovechamos siempre el buen tiempo que hace para practicar golf en familia y descansar”, nos dijo Mónica.