No pueden estar más felices, tanto que aún les cuesta un poco creérselo. Pero es verdad, ha sucedido y ya pueden respirar tranquilos. La llegada de un bebé siempre llena de alegría, pero en el caso de Gisela y su pareja, José Ángel Ortega, el proceso para llegar hasta aquí, hasta el momento de tener a su hijo en brazos, ha sido largo y complicado. Ha habido lágrimas, sustos y preocupación por el camino, pero, finalmente, todo ha salido bien y llega el momento de disfrutar cada segundo de la paternidad y de dejar atrás el recuerdo de los difíciles momentos vividos. Fue el pasado mes de octubre cuando la cantante, que comenzó su carrera tras su paso por Operación Triunfo, y su pareja, José Ángel Ortega, anunciaban en nuestras páginas que iban a ser padres, después de cinco años intentándolo. El embarazo tampoco ha sido fácil, pero todo ha valido la pena y, a sus 45 años, ha podido ver cumplido su sueño.
La pareja nos ha recibido en su casa, en Barcelona, donde nos presentan al pequeño Indiana Lladó Ortega —lleva primero el apellido de su madre—, que llegó al mundo el pasado 30 de marzo por cesárea. No se sabe si, con ese nombre, en el futuro será inquieto y aventurero, como el famoso Indiana Jones, pero, por ahora, es un bebé muy tranquilo que duerme muy bien y no se extraña al ver al equipo de ¡HOLA! en casa.
Gisela ya está más recuperada, tanto del parto como de la intervención a la que se tuvo que someter días después por los cálculos renales que tenía en el riñón desde mediados de su embarazo, y con una gran sonrisa nos ha contado cómo está pasando los primeros días como madre y disfrutando de cada segundo de su hijo, al que aún no puede entonar sus canciones sin que se le salten las lágrimas de la emoción. Y es que lo deseó tanto, durante tanto tiempo.
“Casi no me lo creo. Ha sido tan esperado, tan deseado y tan luchado que parece mentira que ya haya llegado. Pero así es y no puedo ser más feliz”
En estas primeras semanas en casa, como todos los padres primerizos, se enfrentan a un mundo en el que todo es nuevo, pero de la mano, como han ido en todo el proceso hasta que ha nacido Indiana, van aprendiendo a cada segundo y no les importa que sus noches sean más cortas; todo vale la pena y, además, su hijo duerme muy bien… Y podemos decir que también se le da estupendamente bien posar junto a sus padres.
—Lo primero, ¡enhorabuena, Gisela! Ya por fin tienes a tu bebé en brazos; estarás todavía que no te lo crees.
—Pues sí, estamos muy felices, pero, como tú dices, casi no me lo creo. Ha sido algo tan esperado, tan deseado y tan luchado que parece mentira que ya haya llegado. Pero así es y no puedo ser más feliz.
—¿Cómo estáis viviendo los primeros días como padres?
—Pues es un cambio de vida radical, como se suele decir, pero es la realidad. Aparecen muchos miedos, dudas… Mucho cansancio, no dormir, adaptarse como una familia de cinco, contando con los perros… Pero con mucha ilusión, muchas ganas, intentando disfrutar de las pequeñas grandes cosas.
—¿Era como imagináis?
—No tenía una idea preconcebida. Solo sabía que iba a ser bonito y duro a la vez.
“Cuando vi a Indiana por primera vez fue un momento único, mágico, inolvidable, emocionante… De las cosas más brutales que he vivido”
—¿Qué tal fue el parto?
—Fue una cesárea programada por varios motivos. Era lo médicamente más seguro para el bebé y para mí. A pesar de ser cesárea, fue todo muy bien.
—¿Cómo fue el momento de ver a Indiana por primera vez?
—Un momento único, mágico, inolvidable, emocionante… De las cosas más brutales que he vivido en mi vida.
—Y José Ángel, ¿cómo lo ha vivido?
—También con mucha emoción, con mucha ilusión, con incertidumbre, pero con todas las ganas del mundo.
—¿Qué tal os deja dormir Indiana? Parece un bebé muy tranquilo.
—No nos podemos quejar, de momento es bastante tranquilo, somos nosotros los que le incordiamos para que coma cada tres horas... ¡Y no veas lo que nos cuesta despertarlo!
—¿A quién creéis que se parece? Aunque aún es difícil porque, tan pequeños, van cambiando mucho.
—Yo creo que se parece mucho a su padre, pero, como tú dices, todavía es difícil de saber.
—¿Por qué elegisteis ese nombre tan original?
—Al principio no queríamos saber el sexo del bebé y buscamos un nombre unisex y que no tuviera traducción. Es un nombre que nos gustaba a los dos casi sin haberlo hablado: a mí me ha gustado desde siempre… ¡y a José también! —Dice entre risas—.
“Nadie sabe lo que he pasado… Muchas veces tenemos unos planes, pero la vida otros, y hay que adaptarse. Respeto las opiniones, pero no voy a dejar que me afecten”, dice sobre las críticas por ser madre a los 45 años
—¿Qué tal llevas la lactancia? ¿Qué tipo te va mejor? Porque hasta que una no encuentra lo que mejor le va, a veces se complica.
—De momento, me veo obligada a hacer lactancia mixta. Como Indiana nació tres semanas antes, era muy chiquitín. Tenía la boquita muy pequeña y poca fuerza de succión, entonces tuvimos que darle suplemento. También, por haber nacido antes, tuvo una hipoglucemia los primeros días e ictericia, así que tuvimos que mantener la suplementación. De todas maneras, yo le doy todo el pecho que puedo… Seguiré peleando por la leche materna, pero, por el momento, no podemos dejar la leche de fórmula.
Un camino largo con final feliz
—Estos casi nueve meses no han sido fáciles. ¿Qué ha sido lo más duro de tu embarazo?
—Lo más duro ha sido, sin duda, los problemas con el riñón y las operaciones relacionadas con ello. Tener que llevar un catéter durante cuatro meses ha sido muy duro y muy doloroso.
—Pero seguro que se te ha olvidado al ver a Indiana, ¿no?
—No lo voy a olvidar nunca, porque no he podido disfrutar de mi embarazo… y para mí es algo que creo que no se va a poder repetir, así que me tengo que quedar con esta experiencia. Tenerlo entre mis brazos es de las cosas más maravillosas que me han pasado nunca y eso es así.
—Después de dar a luz te sometiste a otra intervención por el problema que tuviste en el riñón. ¿Cómo ha ido? ¿Ya estás del todo bien?
—Me operaron para quitarme los cálculos renales que tenía y por los que tenía que llevar el catéter. La operación fue muy bien, pero tuvieron que dejarme el catéter por 15 días más. Ahora ya toda esa pesadilla ha pasado, por fin cierro ese capítulo con llave y la tiro al mar.
“De momento es bastante tranquilo, somos nosotros los que le incordiamos para que coma cada tres horas... ¡Y lo que nos cuesta despertarlo!”
—¿Qué tal llevas la recuperación posparto? ¿Cómo te encuentras físicamente?
—Mejor de lo que esperaba. Al ser una cesárea, o sea, una cirugía mayor, tenía mucho miedo al dolor físico y la recuperación. No te voy a decir que es fácil, pero es llevadero, y más después de todo lo que he pasado.
—¿Y emocionalmente? Porque es un cambio grande y una montaña rusa de hormonas...
—Lo estoy llevando bastante bien. Obviamente, estoy muy muy sensible y todo es nuevo y asusta un poco, pero entre mi chico, mi familia y amigos me siento acompañada y apoyada. Tal y como soy yo de hipersensible, pensaba que iba a ser una hecatombe, pero ni tan mal.
“Desafiante, emocionante, mágica”
—Hace unos días respondías a las críticas que habían surgido por haber sido madre a los 45 años. ¿Cómo llevas leer estos comentarios tan fuera de lugar?
—Maravillosamente bien. Al final, mi vida es mía y nada ni nadie va a enturbiar la felicidad de tener a Indiana entre mis brazos. Nadie sabe todo lo que he pasado para llegar a donde he llegado, ni el tiempo que me ha costado… La mayoría de las veces, nosotros hacemos unos planes, pero la vida otros, y hay que adaptarse. Respeto las opiniones, pero no voy a dejar que me afecten.
“Me cuesta cantarle porque me emociono. Las canciones cobran un nuevo sentido cuando se las canto a él y se me quiebra la voz”
—Ahora que ya estás en casa tranquila y ha pasado todo, ¿te vas a tomar unos meses de descanso o tienes pensado retomar tu trabajo pronto?
—Pues voy a ir sobre la marcha. Soy una persona muy activa, pero ahora el pequeño manda, aunque no te voy a negar que ya estoy montando un nuevo espectáculo para empezar con él lo antes posible.
—Supongo que cantarás mucho a Indiana… Tiene mucha suerte de tener una “voz Disney” en casa.
—Pues si te soy sincera, me cuesta cantarle porque me emociono. Las canciones cobran un nuevo sentido cuando se las canto a él y se me quiebra la voz.
—¿Cuál es tu momento favorito del día con él?
—El momento después de comer, en el que se queda tranquilo y nos quedamos un buen rato piel con piel.
—¿Has recibido ya la visita de tus compañeros de Operación Triunfo?
—Todavía no, pero muchos de ellos me han felicitado y con los más íntimos ya estamos pensando el día en el que pueda presentarles a mi peque.
—Si tuvieras que describir cómo ha sido para ti la experiencia de la maternidad en tres palabras, ¿cuáles serían?
—Desafiante, emocionante y mágica.
—Después de cumplir este sueño de ser madre, ¿le pides algo más a la vida?
—Tener salud para poder disfrutar de ello muchos años.