andrea molina y lydia bosch hola 4160© Nacho Vaquero/ Hoss Intropia

Como embajadora de HOSS INTROPIA

Confidencias con Andrea Molina: su nuevo giro profesional, sus 8 años de amor con Juan Fernández y su relación con sus hermanos

La hija de Lydia Bosch nos lo cuenta todo de su nuevo trabajo y cuáles son sus planes de futuro


22 de abril de 2024 - 9:04 CEST

“Barcelona, para mí, es muy hogar”. La Ciudad Condal es un lugar lleno de recuerdos  para Andrea Molina : “He crecido aquí, he venido muchos veranos… Toda mi familia materna es de Barcelona”, nos cuenta, emocionada. Así que regresar, una vez más, a su segunda ‘casa’, y hacerlo junto a su madre, Lydia Bosch, hacía este viaje aún más especial.

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Ambas son embajadoras, junto a la actriz Candela Serrat y la modelo Judit Mascó, de HOSS INTROPIA, que presentaba el pasado martes, nueve de abril, su colección ‘Holi’ -inspirada en la fiesta de los colores de la India- en un desfile celebrado en el marco de la 080 Barcelona Fashion. Una cita en la que la firma reunía a cuatro mujeres de diferentes mundos -el de la interpretación, la música y la pasarela-, pero unidas por una misma pasión: la moda.

© Nacho Vaquero/ Hoss Intropia

Lydia Bosch y Andrea Molina

El orgullo de Lydia

Andrea nos cuenta que siempre ha tenido  muy buena relación con su madre , aunque, como en cualquier familia, “hemos tenido que ‘currarnos’ nuestras cosas”. Entre risas, recordaba, por ejemplo, “las broncas” que había cuando le ‘robaba’ ropa de su armario–“ahora la que tiene ‘problemas’ es mi hermana Ana”-. Algo que la actriz reconocía, sin poder esconder una sonrisa: “me da mucha rabia que cojan cosas sin permiso”.

“Yo soy muy cuidadosa en todo…”, asegura, pero, sobre todo, es una mujer muy orgullosa de sus tres hijos -Andrea, de 32 años, y los mellizos Juan y Ana, de 21-: “Se me cae la baba con ellos. Van a tener mi apoyo incondicional en todo”. Las miradas cómplices que se dedican Andrea y Lydia son las de una hija y una madre que sólo tiene palabras de admiración para su ‘pequeña’: “Andrea es brillante, muy buena persona… un corazón con patas. Mientras ella sea feliz, que es lo que a mí me importa, me da igual en qué trabajo esté”, nos confiesa.

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“Andrea es brillante, muy buena persona… un corazón con patas”, nos dice Lydia, orgullosa, de su hija

Su nuevo rumbo

Tras haber seguido los pasos de su madre en la actuación, Andrea nos sorprendió dando un giro de 180 grados a su carrera, y ahora está al otro ‘lado’ del mundo del espectáculo, trabajando como representante en el festival de música Starlite, mano a mano con su fundadora, Sandra García Sanjuán.

- ¿Cómo surgió esta oportunidad?

- Estando con mi madre. Al principio, me dio un poco de vértigo el cambio. Pensaba: “Madre mía, ¡dónde me estoy metiendo!”. Y ella me dijo: “¡Lánzate! Hazlo, porque el ‘no’ ya lo tienes”.

“Yo me había impuesto que lo que tocaba era seguir la saga. Y lo disfruto, pero también disfruto mucho haciendo otras mil cosas”

- ¿En qué momento te diste cuenta de que querías hacer esto?

- La vida me llevó por ahí, pero siempre digo que había hecho un trabajo previo de mucho aprendizaje personal. Estuve muchos años dejándome llevar un poquito por la corriente, por lo que se esperaba de mí o lo que se daba por hecho que debía hacer. Yo me había impuesto que lo que tocaba era seguir la saga. Y lo disfruto, pero también disfruto mucho haciendo otras mil cosas. Estoy muy feliz, aprendiendo muchísimo y rodeada de música.

- ¿Qué lugar ocupa ahora la interpretación en tu vida?

- No creo que sea algo que haya cerrado, es una etapa que he vivido y está ahí. Estuve centrada en esto durante muchos años, pero siento que estoy en otra, descubriéndome de otra manera. Me he dado cuenta de que, a veces, cuando intentas direccionar tu energía hacia un lado, no estás permitiendo que la vida te abra otras puertas.

© Nacho Vaquero/ Hoss Intropia

Planes de futuro y sus ocho años de amor con Juan Fernández

Su otro gran apoyo es, sin duda, su chico,  Juan Fernández , guitarrista del grupo “Marlon”. Tras ocho años juntos, nos cuenta, que, por ahora, no hay planes de pasar por el altar. “Sé que suena súper a tópico, pero he aprendido a vivir el momento. Soy una persona muy emocional y muy mental al mismo tiempo. Trato de centrarme en el presente. ¿Vamos en la misma dirección? Sí. Pues ya está. No necesito más”.

Tampoco entra en sus planes, a corto plazo, formar una familia. Al preguntarle si ha sentido en alguna ocasión la ‘presión’ por ser madre al cumplir los treinta, nos confiesa que “presionada por mí misma porquel al final, inevitablemente tus amigas se casan, tienen hijos... “A veces pienso que tengo ya más de treinta y debo ser madre porque todo el mundo lo es… Quizá no. A lo mejor quiero serlo con 36 o a lo mejor con 36 descubro que no quiero. La vida cambia tanto… Y yo, sobre todo, estoy en continuo cambio. Me dejo fluir y me dejo llevar. Quiero pensar que cuando lo tenga todo muy claro, lo sabré, que será como una certeza”.

© @andymolina92

Andrea Molina junto a su chico, Juan Fernández

Sus hermanos, Juan y Ana: once años de diferencia y una relación muy especial

- En tu último post de Instagram, hemos visto que estás muy unida a tus hermanos, aunque os lleváis muchos años... 

- Son 11 años de diferencia, ¡es una barbaridad! Creo que uno no tiene el concepto de que el tiempo pasa hasta que, de repente, alguien que está a tu alrededor cumple una edad… Era como... ¡Madre mía, pero que ya tienen 21 años! Yo les he visto nacer, les he tenido en brazos… Es verdad que tengo mucha suerte porque la relación que tenemos es muy especial. A veces nos vemos menos de lo que a mí me gustaría, porque, al final, ellos están en una etapa de universidad, salir… Yo estoy en otra, en una de trabajar mucho, no salir tanto… ya me gusta más estar en casa tranquila, pero tenemos una conexión muy muy guay.

- ¿Y les das consejos? Como hermana mayor, ¿eres muy protectora?

- Pues mira, cuando era más jovencita, sí, pero ahora estoy aprendiendo a como a soltar… Estoy entendiendo mucho a mi madre. Yo antes era de las que pensaba: ‘mamá, déjame, o sea, si me la voy a pegar, déjame pegármela’. Pero comprendo ese instinto ese de atención o de cuidado que sale a las madres, porque a mí me ha pasado con mis hermanos. Pero hay un momento en el que te das cuenta de que es su camino y estoy aprendiendo a respetarlo, a acompañarles sin aleccionar, que es verdad que he estado durante bastante tiempo haciendo un poco el rol ese…

“Mi hermana Ana es maravillosa, tiene una vid cómica increíble... Y Juan es muy sensible”

- ¿De medio madre, medio hermana mayor?

- Sí, justo (se ríe)

- ¿Os parecéis?

- Mmm… De forma de ser… Mi hermana es maravillosa. Es una niña que se ríe muchísimo de sí misma, tiene una vid cómica increíble y yo creo que en eso sí que nos parecemos. Y mi hermano tiene una sensibilidad increíble, y yo también me considero bastante sensible, entonces conectamos mucho. Es una suerte, la verdad. Estoy empezando ahora a disfrutar mucho más de la relación porque ya empiezan a ser mayores y nos empezamos a ver más de igual a igual…

© @andymolina92

Andrea, con sus hermanos Juan y Ana

- A encontraros un poco más…

- ¡Claro! Antes era como otro mundo, otras relaciones… nada que ver. Y ahora es como que buscamos cada vez más lo mismo, cada vez más.

- Hemos visto que son dos   tik tokers...   ¿Qué opinas de esta faceta suya?

- ¿Has visto? ¡Yo alucino! (se ríe) Opino que les admiro muchísimo… porque a mí me cuesta mucho grabarme, cuando tengo que hacerlo, intento que nadie me mire... Me da mucho corte, y ellos, en cambio, tienen una facilidad... Sobre todo mi hermano, que crea unos contenidos... y se ha creado un personaje maravilloso, además. Creo que están utilizando las redes de una manera que yo no soy capaz. O sea, yo no soy capaz de utilizar TikTok como lo están utilizando...

- Pero seguro que luego te enseñan cómo hacerlo

- ¡Sí! Los típicos bailes… pero lo básico. Después ellos empiezan a hacer mil cosas a las que yo no llego (se ríe)