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Se casaron el 6 de abril, en la parroquia de San Francisco de Borja

Todos los detalles y las mejores imágenes de la boda de Teresa Urquijo y José Luis Martínez-Almeida

Asistieron Reyes, príncipes, nobles, empresarios y representantes de la alta sociedad y la vida política española


10 de abril de 2024 - 8:58 CEST

 Teresa Urquijo Moreno y José Luis Martínez-Almeida  sellaron el sábado 6 de abril su gran historia de amor, ante sus familias y amigos, en la parroquia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja, de Madrid. Fue la gran boda del año por el impresionante desfile de invitados —Reyes, príncipes, nobles, empresarios y políticos—, pero también una cita histórica e inolvidable en la que los novios, entre lágrimas de emoción y alegría desbordante, vieron cumplido el sueño de unirse en matrimonio tras once meses de relación.

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El alcalde de Madrid, que lloró de emoción al ver llegar a la novia al altar, confesó que “esta noche no he dormido de los nervios” y que “somos muy felices”
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Arriba, Teresa Urquijo Moreno y José Luis Martínez-Almeida salen de la parroquia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja, de Madrid. Convertidos ya en marido y mujer, los recién casados cumplieron el deseo de los ciudadanos que empezaron a pedir ‘¡que se besen!, ¡que se besen!’, antes de subirse al coche que los llevaría a la finca donde tendría lugar el almuerzo. Sobre estas líneas, a la izquierda, el misal de la ceremonia, diseñado por la madre de Teresa, Beatriz Moreno, que tiene un taller de encuadernación. Un libreto encuadernado en tela color azul turquesa con las iniciales de los novios grabadas en oro y todo el programa de la ceremonia religiosa

A las 11:28 de la mañana, bajo un cielo encapotado y en medio de una gran expectación , con cientos de ciudadanos gritándole “guapo” y “torero”, llegaba a la iglesia Martínez-Almeida. Bajó del coche (un Volvo), cogió aire y se puso la levita de solapa ancha —sin una sola arruga— completando el estilismo: un chaqué de color gris marengo con chaleco vainilla que fusiona el estilo inglés, español e italiano, y es de hechura cruzada, no muy armada y línea entallada. Firmado por la Sastrería Fernández Prats, en una apuesta por la pequeña empresa y los oficios tradicionales, el traje de máxima etiqueta llevó 70 horas de trabajo, a las que hay que sumar la confección de la camisa azul de algodón suizo, obra de Óscar Montero.

Teresa llegó ocho minutos tarde, acompañada de su padre, Lucas Urquijo, y al grito de “¡alcaldesa, alcaldesa!” de los madrileños que los esperaban en la iglesia
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Al igual que su madre y su abuela, la novia llevó una larga cola de casi tres metros, independiente y realizada en gazar y garza de seda natural bordada en hilo plata, y un velo de tul de seda. Sobre estas líneas, la novia con su prima Victoria López-Quesada, que se casará el próximo agosto con Enrique Moreno de la Cova Ybarra

Muy sonriente y respirando muy fuerte, al igual que en los últimos días, cuando reconocido que “no había estado tan nervioso en toda mi vida” ni tampoco “tan feliz” y que “me paso el día resoplando”, el alcalde confesaba que “estoy muy emocionado”, que era “el día más feliz de mi vida” y que “esta noche no he dormido de los nervios”. Con humor y como buen colchonero, aseguraba, además, que “como sigamos así, voy a echar más agua que Neptuno”, al tiempo que se mostraba agradecido por el cariño, con el que no contaba, de los ciudadanos que los esperaban en los alrededores del templo.

El alcalde y el rey Juan Carlos

Tras estas primeras declaraciones,  Almeida se unía a sus hermanos, que lo estaban esperando a las puertas del templo: Casilda, que fue la madrina y dijo que se había levantado cantando; Alfonso; Ángela; Magdalena, y Rafael. Y minutos después, tras los saludos y las fotos de familia, se colocaba en la escalinata de la iglesia para dar la bienvenida a algunos de sus invitados. Entre ellos, don Juan Carlos I, que fue recibido con una ovación por los ciudadanos presentes. Un momento muy emocionante al que respondió con sonrisas y saludos. Al Rey padre se le vio rejuvenecido y con el estilo elegante de siempre: traje azul impecable y llamativa corbata fucsia con topos blancos, aunque necesitando ayuda para caminar.

Almeida vistió un chaqué hecho a medida con una levita que escondía un guiño a su equipo del alma, el Atlético de Madrid
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Además de los aplausos, a unos metros lo esperaban un montón de abrazos. El primero, del alcalde, y después, los de la familia de la novia, empezando por Beatriz Moreno de Borbón-Dos Sicilias y su hijo Juan, muy amigo de Victoria de Marichalar, y terminando por su querida prima Teresa de Borbón y Borbón. Llevaban tiempo sin verse, se quieren y estaban felices con su reencuentro. Siendo príncipe, ya acudió a su boda con Íñigo Moreno y de Arteaga, vestido de militar, y, un año después, doña Teresa también celebraría el matrimonio de su primo con la princesa Sofía. Desde entonces —más de seis décadas— todo sigue igual entre ellos.

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El Rey Juan Carlos fue recibido con una ovación de los ciudadanos, que agradeció con sonrisas y saludos. Sobre estas líneas, junto al alcalde de Madrid, que le dio la bienvenida con una reverencia en la escalinata de la iglesia, en presencia de su cuñado Juan, ingeniero agrónomo, y su suegra, Beatriz.

Las infantas y sus hijos

Al Rey Juan Carlos lo acompañaron sus dos hijas, doña Elena y doña Cristina, y tres de sus ocho nietos, Victoria y Felipe de Marichalar, que llegaron juntos del brazo, y Juan Urdangarin. El nieto mayor del ex jefe de Estado viajó desde Abu Dabi y Juan, desde Londres, donde trabaja para una empresa (Fórmula E) de Alejandro Agag, y los dos llegaron el mismo viernes.

Fue una cita histórica e inolvidable en la que los novios, entre lágrimas de emoción y alegría desbordante, vieron cumplido el sueño de unirse en matrimonio, tras once meses de relación

Las infantas, que como hermanas no pueden estar más unidas, apostaron por dos estilos completamente diferentes que reflejan la evolución de sus armarios. Doña Elena abanderó el look más clásico, con un conjunto de vestido y chaqueta en blanco y azul, de Óscar de la Renta; un semirrecogido y un collar de perlas rematado con un broche de diamantes con una ‘E’ y una corona. Y la infanta Cristina eligió un dos piezas de Escada, en marrón chocolate salpicado de incrustaciones de metal y ojos de buey. Especialmente llamativos fueron sus maxipendientes dorados de nudo, que tiene en su joyero desde que era muy joven.

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Don Juan Carlos con sus hijas, las infantas Elena y Cristina, y tres de sus ocho nietos, Victoria y Felipe de Marichalar y Juan Urdangarin

Teresa remodeló el vestido de brocado de jacquard, con bordado vegetal en hilo de plata, con el que se casaron su abuela y su madre, para adaptarlo a su gusto y a su figura

En cuanto a Victoria, muy aplaudida por su elección, llevó un vestido rebajado de Himba Collection, la firma de María García de Jaime y Tomás Páramo. De manga larga, tiene un original escote en la espalda cerrado con lazo y una abertura lateral que remarcó sus sandalias de terciopelo granate con gran plataforma. Peinada con una favorecedora coleta y maquillada muy natural, la hija de doña Elena optó por un clutch a juego con el estampado geométrico de su vestido y por no llevar ninguna joya.

Camino del altar

Pasaban unos minutos de la hora fijada (las doce de la mañana) cuando Almeida hizo su entrada en la iglesia al ritmo del pasacalle   La musica notturna di Madrid , del compositor italiano Boccherini, que estuvo al servicio de la corte española desde 1770 hasta 1805. Del brazo de su hermana mayor, Casilda, caminó hacia el altar intentando contener la emoción. Muy feliz de poder acompañar a su hermano en el momento más importante de su vida, la madrina escogió a Navascués —al igual que la novia— para confeccionar su vestido. Un diseño realizado en drapeado de seda natural rojo, con escote en pico y flores en los puños, que combinó con un tocado de rafia, red, flor y plumas, de Conchitta, y un choker de perlas con pendientes a juego.

Fue una novia velada y llevó una cola de tres metros que se quitó para la fiesta, porque no quiso usar otro vestido
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Arriba, la infanta Cristina, con unas dos piezas de Escada y maxipendientes, y su hijo Juan. Sobre estas líneas, detalle de los peinados de las infantas y Victoria de Marichalar

Llega la novia

Eran las doce y ocho minutos cuando la novia llegó a la iglesia, acompañada de su padre y padrino, Lucas Urquijo y Fernández de Araoz. Bisnieto de Gregorio Marañón, licenciado en Ciencias Económicas y Políticas por la Universidad de Georgetown y con un máster en dirección de empresas por el IE, Urquijo es vicepresidente y patrono de la Fundación Fondena y caballero de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, una institución que impulsa acciones humanitarias.

Fue el primer fin de semana que don Juan Carlos pasó en Madrid en años y estaba feliz de reencontrarse con sus primos, ver a su familia y almorzar en la Zarzuela
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“¡Alcaldesa!, ¡alcaldesa!”, gritaba la gente, mientras Teresa, nerviosa, se preparaba para entrar en el templo y nos daba la primera sorpresa. Su prima  Victoria López-Quesada , que había llegado como invitada del brazo de su prometido, Enrique Moreno de la Cova Ybarra, salía del templo para ejercer de dama de honor y recibirla con mucho cariño, además de sorprendernos con un cambio de estilo, su figura y un original vestido.

La sorpresa de Victoria, la otra novia

Victoria eligió un vestido de escote asimétrico inspirado en los mantones de Manila, de la diseñadora Rocío Peralta, y un tocado de rejilla en tonos morados bajo el que destacaba el semirrecogido trenzado y los pendientes de brillantes de triple rosetón.

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Arriba, José Luis Martínez- Almeida con sus hermanas, Ángela, Casilda y Magdalena, las tres vestidas de Navascués, con tocados de Conchitta, y su hermano, Rafael. Sobre estas líneas, la madre de la novia con su hijo Juan, y el saludo al Rey don Juan Carlos de Casilda, la madrina de la boda

Teresa y Victoria comparten edad —ambas tienen 27 años—, pasión por la familia y este 2024 las dos viven un sueño. La hija mayor de Cristina Borbón-Dos Sicilias y el financiero Pedro López Quesada también se casa este año. Finalmente, a finales de agosto —han cambiado la fecha— y con un vestido de Lorenzo Caprile. Victoria no seguirá la tradición de recuperar los trajes nupciales de la familia, pero sí ha elegido al mismo diseñador que vistió a su madre para su boda, en 1994, hace justo 30 años, y también el mismo escenario: la finca ‘La Toledana’, propiedad de la familia Calabria, en la provincia de Ciudad Real.

Don Juan Carlos organizó en dos segundos la foto familiar con sus hijas, doña Elena y doña Cristina, y tres de sus nietos, Juan Urdangarin y los hermanos Victoria y Felipe de Marichalar
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La madre de la novia, Beatriz Moreno de Borbón-Dos Sicilias, con un dos piezas en fucsia, tocado de Mimoki y las insignias del lazo del Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid y de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge. Sobre estas líneas, su reverencia a don Juan Carlos, ante la mirada de su hijo Juan

El vestido

Como avanzamos la pasada semana en un reportaje dedicado a los novios y a su gran día, Teresa Urquijo quiso dar continuidad a la usanza que inició su madre, Beatriz Moreno de Borbón-Dos Sicilias, cuando se casó, en junio de 1995, con el mismo vestido que había estrenado su abuela, Teresa de Borbón-Dos Sicilias, el 16 de abril de 1961. El traje, realizado por Pedro Rodríguez, fue adaptado para Beatriz por Eduardo Ladrón de Guevara, y ahora, 62 años después de su creación, fue el atelier de Navascués, en colaboración con Cristina Martínez-Pardo Cobián (familia del alcalde), el encargado de rediseñar un nuevo modelo con la misma tela. Realizado en brocado jacquard hilo de plata, el vestido de Teresa es de línea recta y con corte en talle alto, cuello con bies en rulo y manga abullonada. Asimismo, y al igual que su madre y su abuela, la novia llevó cola, en su caso, independiente y realizada en gazar y garza de seda natural bordada en hilo plata, y un velo de tul de seda natural que cubría su rostro.

La infanta Elena y la infanta Cristina son dos hermanas muy unidas con estilos muy diferentes
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Arriba, Teresa de Borbón-Dos Sicilias y su marido, Íñigo Moreno de Arteaga, abuelos maternos de la novia. Doña Teresa vistió un traje de chaqueta confeccionado en raso de seda azul turquesa y unos pendientes de rubíes y diamantes de su madre, doña Alicia de Borbón. Sobre estas líneas, Teresa de Borbón-Dos Sicilias saluda a los invitados, junto a su hija Alicia y su nieta Lucía

Teresa recogió su melena castaña en un moño estilo bailarina trenzado y llevó unos espectaculares pendientes de diamantes de doble hilo con dos brillantes de talla antigua, una joya de pelo sujetando su velo y su anillo de compromiso. Una pieza que no habíamos visto y que lleva un diamante talla esmeralda orlado de brillantes que destallaban junto al sencillo ramo de flores. Un bouquet con eucalipto, hortensias, narcisos y paniculata realizado por Flores Aquilea, propiedad de las hermanas Barreiros, una de ellas casada con Gonzalo Urquijo, tío de la novia.

Victoria de Marichalar triunfó con un vestido de rebajas y no llevó joyas

La ceremonia

Teresa Urquijo recorrió los 50 metros de pasillo de la nave central de la iglesia de los Jesuitas del brazo de su padre mientras sonaba el Canticorum Jubilo, del oratorio Judas Macabeum, repicaban las campanas y el alcalde rompía a llorar. Pensaron en casarse en la basílica de Atocha, donde celebraron su boda los abuelos de Teresa, pero finalmente optaron por la parroquia de San Francisco de Borja, ubicada en el corazón de Madrid, que decoraron de la manera más sencilla. Un templo con un gran significado para el primer edil, pues sus padres, Rafael Martínez- Almeida y León y Castillo y Ángela de Navasqües Cobián Ruiz de Velasco, también se dieron el “sí, quiero”, en 1966, ante este altar, presidido por una imagen de la Inmaculada y de San Ignacio.

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Arriba, los duques de Calabria, Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Sofía Landaluce, junto al mayor de sus siete hijos, Jaime, duque de Noto. La otra abuela de la novia, Piru Urquijo, con pantalón beis y top-levita de estampado campestre. A la derecha, la princesa Ana de Orleans, duquesa viuda de Calabria.

Beatriz, una elegantísima madre de la novia en rosa, recibió al Rey Juan Carlos con una reverencia

Los invitados

Los invitados habían ido entrando a la iglesia recibidos por los aplausos y vítores del público congregado en los aledaños. Los abuelos maternos de la novia, Íñigo Moreno de Arteaga y Teresa de Borbón-Dos Sicilias, llegaron junto a sus hijos y nietos en un autocar, al igual que la abuela paterna, Piru Urquijo. Teresa Urquijo tiene dos abuelas de leyenda, con las que mantiene una relación muy estrecha. Doña Teresa vistió un traje de chaqueta y falda, confeccionados en raso de seda azul turquesa, y unos pendientes de rubíes y diamantes de su madre, doña Alicia de Borbón. Piru Urquijo escogió un pantalón beis y top-levita de estampado campestre con un original tocado. La madre de la novia, con un dos piezas en fucsia, tocado Mimoki y las insignias del lazo del Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid y de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, fue una de las invitadas más elegantes. Estuvo acompañada por todos sus hermanos, tíos de la contrayente: Rodrigo, Alicia, Clara y Delia con sus parejas e hijos.

“Ha encontrado a su media naranja; la espera ha valido la pena porque Teresa es una persona maravillosa y llena de bondad” dijeron las hermanas del alcalde
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Xandra Falcó, marquesa de Mirabel, con vestido estampado en blanco y negro y pamela de rafia.

La Casa Dos Sicilias estuvo altamente representada y encabezada por los duques de Calabria, Pedro de Borbón-Dos Sicilias; su mujer, Sofía Landaluce y Melgarejo, y su hijo Jaime, duque de Noto. La princesa optó por un favorecedor vestido verde de líneas rectas, manga francesa y un original volante en uno de los hombros.

Cristina de Borbón-Dos Sicilias asistió junto a su marido, Pedro López-Quesada. La hija del infante don Carlos de Borbón estrenaba un vestido camisero en fucsia, adornado por un broche de flor de lis. Su madre, la princesa Ana de Francia, duquesa viuda de Calabria, estuvo en todo momento muy sonriente, con un elegante conjunto dos piezas compuesto por chaqueta de encaje y falda en azul índigo, así como guantes y tocado a juego.

Teresa de Borbón y Borbón y Piru Urquijo, dos abuelas de leyenda a las que la novia adora, fueron dos de las grandes protagonistas junto a los duques de Calabria, el de Noto y la princesa Ana de Francia
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Sobre estas líneas, Alexandra Espíritu Suárez, mujer de Jaime Urquijo, y María Urquijo, prima de la novia e hija de Gonzalo Urquijo. Arriba, la abuela de Sofía Palazuelo, Dolores Fernández de Araoz.; Marta Urquijo, que se casó el 24 de febrero

Nobleza

Sofía Palazuelo llegó a la iglesia del brazo de su marido, Fernando Fitz-James, acaparando todas las miradas. La duquesa de Huéscar fue una de las invitadas más elegantes, con un vestido semientallado en verde jade y de largo ‘midi’, firmado por Devota & Lomba, y coincidió en la iglesia con su abuela Dolores Fernández de Araoz. Entre los miembros de la nobleza que acudieron al enlace también estaban Patricia Olmedilla y Gonzalo de la Cierva, duques de Terranova. Patricia lucía orgullosa una original falda que había adquirido en uno de sus viajes a la India, elegantemente combinada con una camisa blanca. Xandra Falcó, marquesa de Mirabel e hija del desaparecido Carlos Falcó, o los duques de Maura fueron otros de los invitados pertenecientes a la nobleza. Carla Royo-Villanova y Kubrat de Bulgaria, príncipes de Panagyurishte, muy amigos de la familia Urquijo, fueron unos de los primeros invitados en llegar a la ceremonia. Carla vistió un vestido rojo de Josep Font vintage y un espectacular mantón que acaparó todas las miradas.

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En la imagen, los duques de Huéscar. Sofía Palazuelo fue una de las más elegantes, con un vestido de Devota & Lomba.

Amigos

Entre los amigos de los novios destacó Luisa Bergel, hija del financiero Jaime Bergel y una de las íntimas amigas de la novia. Además de ser una de las organizadoras de la despedida de soltera que la novia disfrutó, con destino Milán, el pasado mes de febrero, también parece que fue quien presentó a la pareja en aquella Feria de Arte Contemporáneo Flecha en la que se conocieron. Escogió para la ocasión un dos piezas de Vicky Martín Berrocal en tonos fucsia.

Sofía Palazuelo, duquesa de Huéscar, llegó a la iglesia del brazo de su marido, Fernando Fitz-James, acaparando todas las miradas con un vestido de verano muy sencillo
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Arriba, Carla Royo Villanova y Kardam de Bulgaria, príncipes de Panagyurishte. Carla escogió un vestido rojo de Josep Font ‘vintage’ y un espectacular mantón, pendientes de turquesas y un original tocado. Sobre estas líneas, a la izquierda, Juan Carvajal Argüelles y su mujer, Adela. Al lado, Michi Primo de Rivera y Luis Gasset con su pareja, Eugenia Soto Fitz-James

Blanca Osorio, hija de Ioannes Osorio y Blanca Suelves, también íntima de la novia, acudió al enlace junto a un grupo de amigas. Otra de las jóvenes asistentes fue Mónica Coronel de Palma y Marichalar, la prima diseñadora de Victoria Marichalar, que es hija de Ana de Marichalar y Luis Coronel de Palma. Luis Gasset, ex de Agatha Ruiz de la Prada, asistió a la ceremonia religiosa del brazo de su nueva pareja, Eugenia Soto Fitz-James, hija de Javier Soto López-Doriga y de Mencía Fitz-James Stuart, condes de Requena.

Carla, princesa de Panagyurishte, llevó un vestido vintage en rojo español y un espectacular mantón de Manila, y como tocado, mariposas en el pelo
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Arriba, a la izquierda, Cristina de Borbón-Dos Sicilias y su marido, Pedro López-Quesada. A la derecha, la periodista Teresa de la Cierva, vestida de Carolina Herrera y con tocado de Mimoki, junto a la también periodista Marta Barroso, de Duyos. Y sobre estas líneas, con su hija Inés y su futura nuera, Beatriz Moreno.

La periodista María Pelayo, ex directora general de comunicación del Partido Popular, eligió el rojo, uno de los colores estrella de la temporada, con un diseño firmado por Inés Martín Alcalde, y acompañada de su marido, Rafael Bunzl. La también periodista Teresa de la Cierva protagonizó una de las anécdotas de la jornada. Vestida por Carolina Herrera, coincidió en el estampado de la tela de su vestido con la chef Pepa Muñoz, de El Qüenco de Pepa. Una casualidad que se tomaron muy deportivamente, incluso posando para una divertida foto juntas. El bodeguero Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga, presidente de Marqués de Murrieta; Miguel Primo de Rivera Oriol, y Gregorio Marañón Bertrán de Lis junto a su mujer, Pilar Solís-Beaumont, también disfrutaron del enlace Martínez-Almeida Urquijo.

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Patricia Olmedilla y Gonzalo de la Cierva, duques de Terranova.

El deporte y la política

Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, equipo del que es un ferviente seguidor José Luís Martínez-Almeida, no podía faltar a la boda y acudió junto a su mujer, María Jesús de Frutos. Carla Pereyra, mujer de Diego Pablo Simeone, también representando al Atlético de Madrid, fue una de las más aclamadas por su  look   en azul marino firmado por Roberto Diz para IQ Collection.

Tratándose del alcalde de Madrid, fueron muchas las personalidades del mundo de la política que estaban invitadas a la celebración. Esperanza Aguirre, muy cercana al novio, asistió junto a su marido, Fernando Ramírez de Haro, conde de Bornos. La ex presidenta de la Comunidad de Madrid reconocía a la salida de la ceremonia religiosa que “ha sido preciosa, lo que más me ha gustado ha sido la música sacra, porque ha sido muy emocionante”.

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Arriba, Javier Medem, propietario de la finca ‘La Nava del Barranco’, junto a su mujer, Almudena del Moral. Sobre estas líneas, Vicente Cebrián-Sagarriga, presidente de Marqués de Murrieta, con su novia, Cristina Caballero. En el centro, Enrique Cerezo y su esposa, María Jesús de Frutos —izquierda—, y Gregorio Marañón con su mujer, Pilar Solís-Beaumont.

Teresa de la Cierva, muy elegante con su vestido verde y morado; prepara la boda de su hija Inés, y la duquesa de Terranova llamó la atención con la falda que adquirió en un viaje a India

Otra de las políticas que guardan una relación más estrecha con el novio es, sin duda, Isabel Díaz Ayuso, vestida por una de sus marcas favoritas, Vicky Martín Berrocal. Un vestido en color buganvilla con lunares, que remató con unos pendientes de rubíes y brillantes y que fue de los más aclamados.

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A la izquierda, arriba, Luisa Bergel, con un dos piezas fucsia de Victoria, y Victoria López-Quesada, con un vestido inspiración mantón de Manila, de Rocío Peralta. Sobre estas líneas, la chef Pepa Muñoz con su mujer, Mila Nieto

Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, y su pareja, Eva Cárdenas, hicieron la que se podría llamar su primera aparición pública como pareja. Además, bromearon con el novio admitiendo que, al no estar casados, Eva asistía por parte del novio y él, de la novia. José María Aznar con Ana Botella, Marta Rivera de la Cruz, Alberto Ruiz Gallardón, José María Álvarez del Manzano y Cuca Gamarra fueron los representantes más destacados de la política.

Emoción y magia

La ceremonia fue oficiada por Andrés Ramos Castro, amigo del alcalde, secretario general adjunto de la provincia eclesiástica de Madrid, y don José Luis Sánchez Valero. Se hicieron lecturas del Libro de Tobías (8,4b-8) y de la Carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses. Y en la oración de los fieles se pidió por España, los Reyes, la libertad, la justicia y la paz; por los novios; por los padres del alcalde, para que los guíen y protejan desde cielo, y por sus familiares fallecidos.

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Sobre estas líneas, Carla Pereyra, con vestido de IQ Collection azul marino y tocado de red en el mismo tono. A la izquierda, arriba, Luisa Bergel, con un dos piezas fucsia de Victoria, y Victoria López-Quesada, con un vestido inspiración mantón de Manila, de Rocío Peralta. Abajo, la chef Pepa Muñoz con su mujer, Mila Nieto

Enrique Cerezo, Gregorio Marañón y Vicente Dalmau con su novia también disfrutaron del enlace de Urquijo-Almeida

Los invitados, que accedieron a la iglesia mientras sonaban La musica notturna delle strade, del compositor italiano Luigi Boccherini, y el Canon y Giga en Re mayor, de Johann Pachelbel, coincidieron en que la ceremonia no pudo ser más emotiva, que hubo momentos de magia y que la música elegida fue insuperable.

Sonó el  Aleluya   del oratorio de Mozart   Exsultate, jubilate , y en el rito del matrimonio y consentimiento, el Veni Sancte Spiritus y el aria de la Suite n.º 3 en Re Mayor, ambas de W. A. Mozart.

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Sobre estas líneas, Alberto Núñez Feijoó con su pareja, Eva Cárdenas.

Durante la eucaristía, se interpretaron piezas de la Missa Brevis, de Mozart, y en el momento de la consagración sonó el Himno de España, seguido del Agnus Dein y el Dona Nobis Pacem de la Misa de la Coronación, de Mozart.

Carla Pereyra, mujer de Simeone, fue una de las invitadas más elegantes, y Victoria López-Quesada llevó un vestido muy original, en la cuenta atrás para su boda

Durante la ceremonia también se escuchó la canción Madre, del grupo religioso Hakuna, que interpretó una gran amiga de la novia, Camila Mayor Bravo; dos piezas de J. S. Bach, y el Gloria de la Misa de la Coronación, de Mozart, interpretados por el grupo Alborada, responsable de la música de toda la ceremonia, que enmarcó el primer ‘paseíllo’ de los novios.

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Arriba, en el centro, la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, y la periodista María Pelayo con Beatriz Fanjul; A la izquierda, Marta Rivera de la Cruz. Sobre estas líneas, los presidentes regionales de Aragón, Galicia y Castilla y León, Jorge Antonio Azcón, con su mujer Ana Blasco; Alfonso Rueda con Marta Coloret, y Alfonso Fernández Mañueco con Fina Martín

La alegría de los recién casados

El reloj marcaba la una y media del mediodía cuando las puertas de la iglesia volvieron a abrirse para los recién casados, que fueron los primeros en salir, con una explosión de alegría. “Somos muy felices”, dijo el alcalde, mientras muchos ciudadanos empezaron a pedir “¡que se besen!, ¡que se besen!”. Y los novios cumplieron su deseo, aunque fue un beso en la mejilla, antes de subirse al coche que los llevaría a la finca donde tendría lugar el almuerzo.

Alberto Núñez Feijóo y su pareja, Eva Cárdenas, bromearon con el novio sobre el matrimonio

Fue un gran momento para todos, incluida la abuela materna de la novia, que dijo que “es un matrimonio para toda la vida, estoy felicísima”, y la familia de Almeida, que no podía ocultar su alegría. Especialmente Magdalena: “Ha encontrado a su media naranja, la espera ha valido la pena porque Teresa es una persona maravillosa y llena de bondad y José Luis se ha emocionado porque nuestros padres están en el cielo”, dijo la hermana del novio, que trabaja en Bruselas, en la Dirección General de Justicia y Asuntos Internos de la Comisión Europea.

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José María Aznar y Ana Botella, con un vestido rojo granate.

“Él era el ojito derecho de mi madre y, probablemente, ella ha tenido algo que ver en esto”. Y añadió, sin dejar de sonreír, que, “aunque a veces da caña, mi hermano es muy emotivo, ha llorado y estaba mucho más nervioso que la novia”. Palabras a las que se sumó su hijo Pablo, quien aseguró que su tío “ha llorado mucho cuando ha visto entrar a Teresa” y que el momento más emotivo se produjo cuando una solista del grupo musical Hakuna cantó Madre. Finalmente, el sobrino del alcalde también aseguró que el milagro de que haya encontrado al fin el amor lo ha obrado su abuela Ángela de Navasqües Cobián Ruiz de Velasco desde el cielo.

Isabel Díaz Ayuso llamó la atención con su look de color buganvilla: abertura ‘Angelina’, hombro asimétrico y pendientes de rubíes y diamantes

Don Juan Carlos y la alegría de volver a Madrid

Y también fue un gran momento para el Rey Juan Carlos, quien, nada más bajar la escalinata, atento a todo y muy contento de verse en familia y en Madrid, preguntó a sus hijas si se animaban a hacer una foto… y en tres segundos ya estaban todos colocados.

En la oración de los fieles se pidió por los novios y por los padres del acalde, ya fallecidos, para que los guíen y los protejan desde el cielo
© GRES/CORDON PRESS/FERNANDO JUNCO

© PHOTONE

Sobre estas líneas, Isabel Díaz Ayuso, con un vestido de Vicky Martín Berrocal. Arriba, los dos ex presidentes de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón, con su mujer, María del Mar Utrera, y el exalcalde José María Álvarez del Manzano

Abril ha marcado otro punto de inflexión para el padre de Felipe VI. Después de haber estado alejado durante casi cuatro años de la vida social de Madrid —en este caso priman los lazos de sangre—, ha protagonizado otro cambio importante. Aunque no se ha quedado a dormir en la capital, sí ha dado el paso de aceptar la invitación de un amigo suyo de toda la vida que tiene casa y campo muy cerca de la ciudad. No tenía ningún sentido ir y volver a Ginebra o a Londres —las ciudades donde hace más escalas— por un solo día y tomó la decisión de hacer la parada más larga para poder asistir también, el lunes 8, al funeral de su sobrino Fernando Gómez-Acebo, hijo de la infanta doña Pilar, que se celebró a las seis de la tarde en la catedral castrense de Madrid. Una cita muy triste, después de la alegría de la boda y del almuerzo que compartieron el domingo en la Zarzuela, la residencia que sigue considerando su hogar.

Dos de los momentos más emotivos de la ceremonia se vivieron durante el intercambio de alianzas y cuando una gran amiga de la novia interpretó a la guitarra la canción Madre

La finca

Finalizada la ceremonia, y siguiendo los pasos de los novios, que se habían adelantado para hacerse las fotos, todos se trasladaron hasta la finca familiar   ‘El canto de la cruz’  , ubicada en Colmenar Viejo (Madrid), que pertenece a los abuelos maternos de la novia, los marqueses de Laserna, Teresa de Borbón y Borbón e Íñigo Moreno de Arteaga.

Teresa llevó unos pendientes de diamantes de doble hilo con dos brillantes de talla antigua, una joya de pelo sujetando su velo y el anillo de compromiso, con un diamante talla esmeralda
© ESTUDIO PLATAFORMA

© ESTUDIO PLATAFORMA

Arriba, la sonrisa cómplice de los novios, ya convertidos en marido y mujer, en el momento de la Comunión. A su espalda, en los primeros bancos, puede verse, a la derecha, al Rey Juan Carlos y a la madre de la novia, Beatriz, con la infanta Elena. Y en el lado izquierdo, al expresidente José María Aznar, acompañado de su mujer, Ana Botella. Sobre estas líneas, el momento en el que la pareja, tras firmar el registro eclesiástico, cruza entre sus invitados la nave central de la parroquia madrileña

La princesa de las Dos Sicilias es una de las más notables criadoras de caballos de pura raza árabe en el mundo, además de juez internacional y de estar al frente del Concurso Completo Flor de Lis Horse Trials, en su finca, una de las hípicas más privilegiadas de España. Y su marido, don Íñigo, académico correspondiente de la Real Academia de la Historia, caballero de la Orden de Santiago y de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, autor de una treintena de obras y propietario de la considerada mejor biblioteca de caza española.

Los guiños a Madrid

Los asistentes a la ceremonia, alrededor de 400, se desplazaron en autobuses y coches hasta la finca, uniéndose para el almuerzo y la fiesta la Reina doña Sofía y su sobrina Simoneta Gómez-Acebo, que llegaron en dos coches diferentes.

El responsable de elaborar y servir todo el catering fue el mítico restaurante madrileño Lhardy  —tiene casi dos siglos de historia—, que sigue siendo pionero en alta cocina desde que lo frecuentaban Reyes de España como Alfonso XIII e Isabel II.

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Una familiar y sonriente imagen de Teresa Urquijo con su madre, Beatriz Moreno.

Lhardy sirvió un menú compuesto por salpicón de bogavante, solomillo de wagyu a baja temperatura y milhojas de crema con fresas confitadas y brownie y helado de vainilla. Los vinos elegidos fueron Marqués de Riscal Verdejo (D.O. Rueda), Marqués de Murrieta Reserva Lhardy (D.O.Ca. Rioja) y champán Laurent Perrier.

La Reina doña Sofía acudió directamente a la finca familiar ‘El canto de la cruz’, donde se celebraron el almuerzo y la fiesta

La celebración fue completamente privada y el escenario principal tuvo como marco la gran terraza de la casa, que fue inaugurada en 1991 por los Reyes Juan Carlos y Sofía. Este lugar ofrece impresionantes vistas de la ciudad de Madrid y mira también a uno de los campos —de 24 hectáreas— más bonitos de cross-country del sur de Europa. Las mesas, todas redondas, a excepción de la imperial donde se sentaron los novios, fueron dispuestas para disfrutar del paisaje y, en homenaje a Madrid, llevaban nombres de lugares emblemáticos: Retiro, Puerta de Alcalá, Puerta del Sol, Cibeles, Neptuno...

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Arriba, el tierno beso del alcalde de Madrid a su esposa después de que los vecinos de la ciudad se lo pidieran encarecidamente. Sobre estas líneas, de izquierda a derecha, la prima de la novia por parte de madre Lucía Moreno, hija del tristemente fallecido Alfonso Moreno, y su tía Alicia Moreno; Delia Moreno y su hija, Alicia Ledesma; Alejandra Hernández Moreno, y Clara Moreno

Emotivo discurso: ‘No sé qué habrá visto en mí’

José Luis Martínez-Almeida protagonizó uno de los momentos más emotivos de la celebración con un discurso en el que recordó a sus padres fallecidos: “Cuando te faltan, siempre necesitas a alguien en quien descansar y confiar”. “He encontrado en Lucas y Beatriz a esas personas”, aunque “más que padres, he encontrado hermanos, por razón de edad”, añadió bromeando al hacer referencia a los 22 años de diferencia que le separan de Teresa. “Por otra parte, he encontrado a doña Teresa e Íñigo (los abuelos maternos), esas personas que están aquí y que nos han cedido tan generosamente esta finca, al igual que Piru (abuela paterna de su mujer), que nos cedió “Molinillos” para poder hacer nuestra pedida, porque, como tampoco tengo cuatro abuelos, ahora tengo tres”.

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Victoria de Marichalar con su prima Mónica Coronel de Palma y Marichalar.

La celebración tuvo lugar bajo una carpa que se instaló en la terraza de la casa, entre árboles y con vistas al impresionante campo de 24 hectáreas

Almeida agradeció también a los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía (sentada a su izquierda) haberlos acompañado en su gran día y centró después sus palabras en su mujer. El alcalde aseguró que Teresa había sido una bendición para él, que nunca pensó encontrar una mujer como ella y expresó su compromiso de formar una familia juntos. Y añadió, volviendo a usar su gran sentido del humor, que “no sé lo que habrá visto en mí”, pero “ahora ya no hay marcha atrás”.

© @carla.pereyra15

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Arriba, una estilosa Carla Pereyra, con un vestido azul noche de Inés Domecq, y la Reina Sofía, con un elegante traje de pantalón lila con detalles inspirados en la naturaleza. Sobre estas líneas, Carla con su marido, Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlé­tico de Madrid, y, al lado, charlando con los recién casados

El padre de la novia

El padre de la novia, Lucas Urquijo, también tomó la palabra y agradeció la presencia de los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía y sus hijas y la generosidad de sus suegros por brindarles ‘El canto de la cruz’ para celebrar la boda. Era lo que quería Teresa, quien creció entre los caballos, los perros y los libros del campo y la casa, y se cumplió su deseo. Lucas también tuvo palabras muy especiales para su mujer, Beatriz, por el cariño que puso en todos los preparativos, y dirigiéndose a los novios, les deseó ‘toda la felicidad del mundo’. Pidió a José Luis que siga “haciendo feliz a Teresa como lo es desde el día que te conoció”, bromeó con su hija y su “Pepe del alma”, y, hablando de sus futuros hijos, tiró de sentido del humor para dejar constancia que podrán ser del Madrid, el equipo de su hija, o del Atleti, la pasión del alcalde. De hecho, llevaba el escudo escondido en el cuello de la levita y la frase de batalla de su club rojiblanco: “Nunca dejes de creer”.

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El príncipe Mirko de Bulgaria con su novia, la anestesista Marta Embiz.

El chotis viral

En lugar del clásico vals, los recién casados hicieron historia al elegir para su  primer baile el chotis Madrid, de Agustín Lara, en otro un guiño a las costumbres más castizas de la capital de España.

En un vídeo que se hizo viral, se les ve bailando por separado. Primero, la novia con su padre y Almeida con su otra hermana, Magdalena, a la que también quiso dar un papel relevante, y después, a media pieza musical, haciendo el intercambio de parejas y protagonizando la gran sorpresa. Almeida arrodillado y Teresa bailando a su alrededor mientras todos los asistentes, incluidos los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía, los animaban y aplaudían.

Los recién casados hicieron historia al elegir para su primer baile el chotis Madrid, en otro guiño a las costumbres más castizas de la capital de España
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Arriba, una vista general del escenario nupcial, con mesas redondas que llevaban el nombre de los lugares y monumentos más emblemáticos de Madrid, entre otros, el Oso y el Madroño de la Puerta del Sol y el edificio del Ayuntamiento (sobre estas líneas)

La fiesta continuó amenizada por un DJ y terminó sobre medianoche, por lo que se preparó también una recena con embutidos, quesos, ‘minipizzas’, hamburguesas y perritos calientes, esto último deseo expreso del alcalde.

Fue una boda preciosa, llena de detalles y todo salió a la perfección. Contaron con la ayuda de Eva Iglesias, wedding planner al mando de Bodas Colorín Colorado, y no dejaron nada al azar. De hecho, en las vísperas de su gran día, los novios ensayaron paseíllo, ceremonia y banquete… Estaban listos para el día más feliz de sus vidas. El alcalde lo confirmó al día siguiente cuando compartió imágenes que resumieron algunos de los momentos más especiales. Entre ellas, una fotografía en blanco y negro en la que se les ve siendo levantados a hombros por algunos invitados, durante uno de los bailes, mientras entrelazan sus manos.

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Sobre estas líneas, el simpático momento en el que el alcalde, rodilla en tierra, comienza a bailar un chotis con su mujer, del que fueron testigos, entre carcajadas, los Reyes Juan Carlos y Sofía, la infanta Elena, Felipe de Marichalar y Simoneta Gómez-Acebo.

Una gran historia

Teresa y José Luis (Madrid, 17 de abril de 1975) se conocieron durante la Feria de Arte Contemporáneo Flecha, en febrero del pasado año. Almeida entregaba el Premio Flechazo 2023, hubo amor a primera vista y Cupido se encargó del resto. El día de Nochebuena, 24 de diciembre, comunicaron a sus familias y amigos que se habían comprometido. Y el 5 de enero Almeida publicaba en sus redes: “… estaba casi resignado. Hasta que apareció ella. Y Teresa me ha dicho sí”. El 27 de enero se celebró la pedida de mano. La joven abogada, nacida en Madrid el 8 de octubre de 1996, ha cambiado la vida de Almeida y no pueden estar más ilusionados por empezar una vida juntos, después de su luna de miel soñada en Maldivas y Bután.

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© @martinez.almeida

Arriba, de izquierda a derecha, la novia bailando con su padre y el alcalde con su hermana Magdalena; los recién casados en otros momentos del chotis, y la divertida fiesta en la que se ve al matrimonio subido a hombros de sus amigos