Son la pareja de América. Porque si Taylor Swift es la novia del país, se entiende que Travis Kelce forma parte ya también del patrimonio nacional... Pero, además de eso, tienen más éxito que nadie, son superescurridizos para los paparazzi y su agenda, por si fuera poco, es endiablada... Pero, ya se sabe, “el amor todo lo puede”, y la superestrella mundial y el tight end de los Chiefs de Kansas han conseguido hacer un alto en el camino. ¿Qué mejor que disfrutar de sus primeras vacaciones románticas juntos? Dicho y hecho. Pusieron pies en polvorosa —que jet privado no les falta— y aterrizaron en las turquesas aguas de las Bahamas, donde, tumbados en la arena y entre arrumacos, besos, caricias y cócteles tropicales, se abandonaron al placer y el ocio. La cantante lo necesitaba, después de haber cerrado su ciclo de conciertos en el Pacífico, y Travis también, que lo suyo ha sido un punto y seguido triunfal en la Liga, ganando la Super Bowl y concitando ante el televisor a más gente que la llegada del hombre a la Luna.
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Las instantáneas de esta huida secreta al Caribe han salido a la luz cuando la pareja ya descansa de su descanso: en Los Ángeles y saliendo a cenar a restaurantes tan exclusivos como el Nobu Malibú, propiedad de Robert de Niro. Y a los swifties no les ha hecho ninguna gracia ver ahora cómo el jugador de fútbol americano, al igual que Maradona para marcar un gol, pone la mano donde no debe: que se pasa de cariñoso, vaya, posando sus dedos sobre un punto estratégico de la escultural figura de la chica de oro.