“La primavera. O un maravilloso recordatorio de cómo de bonito puede ser el cambio”, escribía optimista Sara Carbonero , después de compartir un desconcertante mensaje en sus redes, que había hecho saltar las alarmas acerca de su estado de salud. “Me produce una extraña alegría que en la habitación 678, justo en este momento, alguien lee exactamente el mismo libro que yo, probablemente en el mismo sofá de polipiel, con la misma incertidumbre”, había expresado en su perfil, donde compartió, desde el hospital, un vídeo en el que aparece una mesita con una cadena de música y una caja de libros.
“En los pasillos y en la cafetería me cruzo con muchísimas personas, que siempre dejan paso en el ascensor y saludan sonrientes, como lo hago yo”, añadía y aseguraba que esos son ‘los códigos’ de ese lugar, donde todos saben que hay una gran “necesidad de cariño y afecto”. “Entre estas paredes se valora mucho más cualquier gesto, cualquier detalle, cualquier soplo de aire fresco. Cualquier buena noticia”, reflexionaba después sobre la vida en el hospital.
Aunque en otra imagen se veía que llevaba zapatillas y ropa de calle, descartando que pudiera estar ingresada, sus palabras habían preocupado a sus seguidores, quienes pensaban que, quizá, podría haber sufrido una recaída. Ahora, la presentadora ha reaparecido junto a su novio, Nacho Taboada, con quien celebra dos años de relación. Un romántico y tranquilizador abrazo, antes de que Sara inaugurará la Semana Santa, poniendo rumbo a las playas de Valencia, donde viajó con sus hijos y “la pandilla de padres y madres maravillosos que he conocido gracias al mundo fútbol/torneos de los peques”.