Ha pasado unos meses agitados hasta la coronación de su marido, Federico X de Dinamarca. Pero ya convertida en Reina, Mary ha empezado su declaración de intenciones. Discreta pero firme. Así quedó patente la pasada semana, cuando Federico y su mujer presidieron la primera cena de gala del Consejo de Estado danés, desde su ascenso al trono. Para la ocasión, Mary rescató un top negro y una falda de lentejuelas que estrenó en Nueva York, en 2007. Pese a haber pasado diecisiete años, la mujer de Federico estaba todavía más radiante. Pero para su cena en palacio, Mary también escogió varias de sus piezas favoritas del joyero real. Concretamente, algunas que forman parte del llamado Danish Ruby Parure , elaborado con diamantes y rubíes. Este juego, de inspiración floral, se compone de tiara, pendientes, broche, pulseras y horquillas para el pelo.
Las joyas fueron creadas en 1804 para Désirée Clary Bernadotte —que se convertiría años después en Reina de Suecia—, y las lució en la proclamación de Napoleón Bonaparte. Pasaron a la Familia Real danesa cuando la princesa Luisa de Suecia se casó con Federico VIII, tatarabuelo del marido de Mary. La actual monarca llevó el juego completo, por primera vez, en mayo de 2004 , días antes de casarse. Pero para su última cena en palacio, Mary solo escogió su imponente broche, una pulsera y los pendientes.