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ana mil n sebasti n gallego hola 4156© Álvaro Medina

Junto a su amigo Sebastián Gallego triunfa con el pódcast ‘La vida y tal’

Ana Milán: el amor, los tres grandes misterios de su vida y el éxito en las ondas

‘Yo hago casi todo mal en la vida y me equivoco’


25 de marzo de 2024 - 9:05 CET

Estábamos acostumbrados a verla en la pequeña y en la gran pantalla hasta que, hace dos años, dio la sorpresa ‘saltando’ a un nuevo mundo: el de las ondas. Desde entonces, Ana Milán se ha revelado como una nueva estrella del universo sonoro y, en esta aventura, la acompaña su gran amigo —y confidente— Sebastián Gallego. Juntos presentan el pódcast   La vida   y tal (disponible en la plataforma Podimo), un ‘consultorio’ donde escuchan los audios que les mandan sus oyentes contándoles algunos de sus dramas cotidianos, y ellos responden como lo harían si estuviesen hablando con sus propios amigos.

Ana Milán Sebastián Gallego HOLA 4156© Álvaro Medina
Ana dice que no sabe cuál es el secreto del éxito: “Si yo lo supiera, sería multimillonaria”, nos cuenta entre risas.

El pasado año, se hicieron con el premio Ondas al Pódcast Revelación, y ahora están inmersos en una gira que los ha llevado a Barcelona, Madrid y, próximamente, Sevilla (el 28 de abril) y Bilbao (el 26 de mayo).

—Hablemos de La vida y tal, como dice vuestro pódcast… ¿Cómo os está tratando?

ANA. —¡Hablemos! Pues está siendo tal y como arrancó… en estado de gracia, ¿no? (Mira a Sebastián).

Sebastián. —Es una etapa maravillosa. Vamos a hacer ya dos años desde que se estrenó…

A. —Cuatro temporadas, se dice pronto.

S. —Estamos en plena gira. Acabamos de gozarlo en Barcelona y vamos haciendo sold out en cada ciudad a la que vamos, y es una pasada.

—¿Cuál creéis que es el secreto de vuestro éxito? Porque, al final, no es fácil mantenerse…

S. —Yo creo que, previo al pódcast, existen ocho años de amistad y complicidad, y la gente se ha dado cuenta de eso.

A. —Pienso que ningún éxito revela su secreto, siempre hay un misterio. Yo he sido siempre una actriz muy afortunada, porque he estado en series que se han mantenido durante no temporadas, sino años: Camera Café, Betty,  Física o química … y muchas veces me preguntaban esto. Pero ¿cómo voy a saberlo? Si yo lo supiera, sería tan multimillonaria que no estaría hablando en este momento contigo, porque estaría en la cubierta de un barco, en algún mar que ni tú ni yo sabemos que existe, tomando el sol. Y no lo estoy porque el éxito guarda muy bien sus secretos siempre… y los oculta.

—¿Es fácil trabajar entre amigos?

A. —Muy fácil. Me fascina. Claro que es más complicado porque, cuando te enfadas, te estás enfadando con tu compañero de trabajo antes que con tu amigo. Y a mí me ha pasado con Sebastián y a Sebastián le habrá pasado conmigo. Pero luego perdonas y cicatrizas mucho más rápido, te une algo… Claro que te expones mucho más, pero también el resultado es tremendamente mejor. Nunca dudé de que Sebastián era la persona que tenía que estar a mi lado cuando sucedió.

S. —Muy fácil. Recuerdo el primer día, que yo estaba atacado, y Ana me cogió y me dijo: “Cariño, somos amigos, aquí no te va a pasar nada, porque estoy yo”. Y así ha sido todas las veces que hemos grabado.

“Yo tengo guardadísima mi privacidad. Se han publicado tantas cosas que son mentira... Novios y matrimonios que no han existido... Cosas que a mí me han despertado mucha risa”
Making of Ana Milán y Sebastián Gallego

—¿Y cómo ha sido el cambio del estudio al teatro? 

S. —Yo pensaba que había aprendido de Ana muchísimo, pero no había hecho esto tampoco nunca. Y cuando la ves sobre las tablas, esa presencia, ese tempo que lleva… Es como una masterclass en vivo.

A. —A ver, la historia es que yo, realmente, a Sebastián lo he metido en un berenjenal en el que creo que él ni siquiera es consciente, porque yo no le he permitido en ningún momento que lo sea. Salir al escenario delante de 3.000 personas, sin guion, sin haber escuchado los audios, que es como trabajamos…

—¿Y están funcionando los consejos que dais?

A. —Hemos rehecho parejas, salvado crisis…

S. —Hemos conseguido que parejas que no tenían que estar lo dejasen, que amigos se reconcilien… Es muy guay.

A. —Estamos limpiando nuestro karma con esto. Por eso lo hacemos. Me encanta el alma con sus defectos y sus carencias. Me interesa muy poco la gente perfecta. No me fío de nadie que no tenga cicatrices visibles, de nadie.

Ana Milán Sebastián Gallego HOLA 4156© Álvaro Medina
Ana Milán Sebastián Gallego HOLA 4156© Álvaro Medina
Lo cierto es que el ‘pódcast’ que lidera Ana Milán, junto a su gran amigo y confidente Sebastián Gallego (con quien posa, sobre estas líneas), ha conquistado a cientos de oyentes, que les confían sus secretos para que ellos les den sus consejos.

—De hecho, cuando ganasteis el Ondas, Ana, se hizo viral tu discurso porque decías precisamente esto…

A. —Es así. A mí dame folios arrugados. A mí la gente que dice: “Es que me va todo bien en la vida y lo hago todo bien...”, pues tú y yo no vamos a ser amigos, porque yo hago casi todo mal en la vida y me equivoco. Hay una frase que digo mucho, sobre todo, a mis amigos: en la vida pasan cosas. A mí me interesa más la gente que es capaz de meter la pata, que la que mantiene una cosa como lustrosa y perfectita. Me aburre que me muero y, además, me repele.

“Creo que me arriesgo un poco más a decir cosas que pueda ver desde la honestidad. En mi casa, las verdades volaban... Pero luego crecí sin miedo a la verdad. Y esto me gusta”

—Al final os escucha muchísima gente. ¿No os entra cierto sentimiento de responsabilidad? 

A. —Pues yo no me lo he planteado, y si me lo empiezo a plantear, lo mismo dejo el pódcast.

S. —Sí que a veces mido, evidentemente, igual que Ana, lo que se dice y cómo, porque es verdad que esa persona está confiando en ti.

A. —Lo único que puedo asegurar es que jamás hemos dicho nada que no nos hubiésemos dicho a nosotros mismos. En mi grupo de amigos, yo creo que soy la más dura diciendo la verdad, soy de “lo siento, mi vida, pero ahí va”. Creo que me arriesgo un poco más en decir cosas que pueda ver desde la honestidad. Todo lo políticamente correcto, aunque sea mentira, está mejor admitido que decir la verdad desde el amor, que es desde donde lo digo yo. No tengo ninguna intención de hacer daño y mis amigos lo saben, pero, a menudo, ocurre. Esto a mí me lo enseñaron en mi casa. Las verdades volaban como…

—Verdades como puños.

A. —Como puños. Era: “Mamá, no me ha llamado”, y me decía: “Pues porque no le gustas, hija. Si le gustaras, no tardaría nada en llamarte”. Y era como: “Vale, gracias”. Sí, pero luego crecí sin miedo a la verdad. Y esto me gusta.

—Dices que, desde pequeña, la gente ha venido a contarte siempre su vida... ¿Por qué crees que es así?

A. —Yo no lo sé. Los tres misterios de mi vida son los niños, los perros y los amigos.

—Explícame eso.

A. —Me gustan los perros, pero tampoco… porque no me puedo permitir tenerlos. Pero si hay un perro en cien kilómetros a la redonda, vendrá corriendo. Los niños, que no soy nada niñera —prefiero perro a niño—, se me tiran a los brazos directamente sin yo quererlo. Todos mis íntimos amigos saben que a mí me gusta estar en casa sola. Mi casa es el sitio donde mis amigos se curan y vienen a contar el “no sabes lo que me ha pasado” llorando. Estos son los tres grandes misterios que yo ya, a día de hoy, creo que he convertido en tres grandes regalos.

—¿Y cómo es guardar tu privacidad cuando eres tan conocida? Dificilísimo, ¿no? 

A. —No tanto, no. Yo tengo guardadísima mi privacidad y mucha gente se piensa que estoy muy expuesta. No es así. Ya te digo yo a ti que no. De hecho, se han publicado tantas cosas que son mentira, que a veces pienso: “Qué vida tan interesante debo tener a ojos de los demás”. Porque se han publicado novios y matrimonios que no han existido… Cosas que a mí me han despertado mucha risa.

Ana Milán Sebastián Gallego HOLA 4156© Álvaro Medina
Ana Milán Sebastián Gallego HOLA 4156© Álvaro Medina
La actriz lleva la honestidad por bandera, y reconoce que, desde bien pequeña, la gente se acercaba a confiarle sus secretos: “Mi casa es el sitio donde mis amigos se curan y vienen a contar el ‘no sabes lo que me ha pasado’ llorando”.

—Y también habrás tenido otras que no han trascendido ni trascenderán…

A. —Las más interesantes, querida.

S. —Yo las sé todas. Tan interesantes que seríamos portada…

“Me llevo grandes lecciones de mis exparejas, he tenido grandes maestros… ¿Los quiero? Pues a algunos… ¿Los odio? A ninguno. Ninguno ha sido tan importante”

—¿Y sois de los de ‘consejos vendo y para mí no tengo’?

S. —A veces sí...

A. —Cuando ayudo, soy un poco sargento. No les dejo flaquear. Soy muy empática y me cuesta mucho soportar el dolor ajeno. Una de las cosas que más me puede destrozar es ver a alguien llorando por la calle. Es superior a mí. Me da igual quién sea, lo voy a parar, con lo cual, imagínate con mis amigos. Soy muy madre, ¿no?

S. —Sí, vamos.

A. —Has dicho un sí que te ha salido del alma.

S. —Porque es verdad.

A. —Y si hacen daño a uno de los míos… Ay, me pongo mala de que quiero matar al otro.

—Al final, cuando dais estos consejos, es porque vosotros habréis aprendido de experiencias amorosas, entiendo…

A. —A ver, Sebas más que yo… Tiene muchísimas más relaciones a la espalda que yo, entonces...

S. —Pero vaya titular, ¿no? Tenemos un currículum bastante interesante los dos …

A. —Pero si tú siempre me decías: “Es que si yo sumo que tú tienes 50 años y has tenido cuatro parejas, no me salen los números, siempre me faltan”. Me hace mucha gracia.

—Y a pesar de que te rompan el corazón un millón de veces, ¿merece la pena volver a enamorarse?

A. —Punto número uno, el corazón no se rompe. Y a partir de ahí, lo que quieras. Existen muchos tipos de amor. Pienso que estamos convirtiéndonos, bajo el lema de que sobre todo te tienes que querer a ti mismo, en demasiado individualistas, y el ser humano está hecho para vivir en tribu, en pareja, y necesitamos amigos. El corazón no se rompe y las parejas fallidas son superimportantes, porque suelen ser grandes maestros y aprendemos mucho de nosotros mismos con respecto al otro. Yo me llevo grandes lecciones, he tenido grandes maestros. ¿Los quiero? Pues a algunos… ¿Los odio? A ninguno. Ninguno ha sido tan importante y alguno no me acuerdo ni de cómo era su segundo apellido. También te digo, aprender la lección y olvidar al maestro me parece de vital importancia. Sabemos quiénes somos porque el otro nos devuelve un reflejo. No hay nada más delicioso que lo inevitable. Lo inevitable es una cosa grandiosa siempre en el ser humano, porque te revoluciona y, también, se vive para eso.

—Ana, al final, seguro que te lo han dicho muchas veces, pero eres un icono para la generación Z.

A. —Es que como esto no lo entiendo… ¿Cuál es la Z?

“Me encanta el alma con sus defectos y sus carencias. Me interesa muy poco la gente perfecta. No me fío de nadie que no tenga cicatrices visibles, de nadie”

—Se supone que tienen como unos 25 años o menos…

A. —Pues de esa generación saca uno, que es mi hijo, que pasa mogollón de mí… Al resto solo decirles que los quiero mucho y que, no sé, nunca imaginarán el regalo que es… porque yo estoy muy conectada con la gente joven. Creo que los entiendo muy bien, ¿no?

S. —De hecho, tiene muchos amigos más jóvenes.

A. —Muchos…

S. —Casi que la mayoría.

A. —Si es que la gente mayor es superaburrida.

Ana Milán Sebastián Gallego HOLA 4156© Álvaro Medina
TEXTOANA CAAVEIRO
FOTOSÁLVARO MEDINA
ESTILISMOBEATRIZ MORENO DE LA COVA
AGRADECIMIENTOSONLY YOU HOTEL ATOCHA
ASISTENTE DE ESTILISMODIEGO SERNA
ASISTENTE DE PRODUCCIÓNMARÍA JOFRE
ASISTENTE DE FOTOGRAFÍATONI SORVENT
MAQUILLAJE Y PELUQUERÍAHELENA LIEBANAS
VÍDEOELENA ANDRÉS CASADO
Look 1 (Ana) - CamisaMirto, gabardina: Adolfo Domínguez, vaqueros: Uniqlo
Look 1 (Sebastián) - Camiseta, camisa vaquera y pantalonesUniqlo, pañuelo: Hermès
Look 2 (Ana) - AbrigoRoberto Diz, camiseta: Adolfo Domínguez, vaqueros: Uniqlo, zapatos: Aquazzura
Look 3 (Ana) - ChaquetaJulise Mabon en Esfascinante, pantalón: Adolfo Domínguez
Look 3 (Sebastián) - jerseyZara, pantalón: Uniqlo

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