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Al cumplirse 430 días de su entrada en prisión, Dani Alves (40) ha obtenido la libertad provisional hasta que la sentencia de su caso sea firme y ha salido del centro penitenciario de Brians 2, ubicado en la localidad catalana de San Esteban Sasroviras. El reloj marcaba las 16:26 horas cuando el exjugador del FC Barcelona ha salido de la cárcel y se ha dirigido a su casa, ubicada en Esplugues de Llobregat, a unos 35 kilómetros. El deportista, con semblante serio, estaba acompañado de su abogada, Inés Guardiola, e iba custodiado por los Mossos d'Esquadra.
La expectación era máxima a las puertas de Brians 2 desde que esta misma mañana ha sido depositado en la secretaría del tribunal el millón de euros que acordó la Audiencia de Barcelona para darle la libertad condicional. Tras 14 meses en prisión preventiva, Alves ha salido y durante los aproximadamente 30 segundos que ha estado ante las cámaras no ha hecho declaraciones a los medios de comunicación que aguardaban en las inmediaciones del centro penitenciario. Tampoco ha desviado la mirada y en todo momento miraba al frente.
Con vaqueros, botas negras de suela track, camiseta blanca de cuello alto y parka verde con botones y bolsillos en el pecho, Dani Alves ha caminado hacia el coche blanco en el que estaban su íntimo amigo Bruno (estaba con él la noche en la que fue demandado) y su también abogada Miraida Puente. No llevaba con él ninguna bolsa ni tampoco enseres personales. Ha accedido por la puerta trasera más cercana a la puerta de la prisión, que estaba ya abierta. Una vez sentado, su abogada ha dado la vuelta al vehículo para acceder por el otro lado y acompañarle durante el trayecto.
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Alves, que ha estado en el Sevilla FC, en el Paris Saint-Germain y en la Juventus de Turín, podrá estar fuera de prisión hasta que se resuelvan los recursos que se han presentado tras conocerse el 22 de febrero la condena: 4 años y 6 meses de cárcel por un delito de agresión sexual a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona el pasado 30 de diciembre de 2022. Además, 5 años de libertad vigilada y una indemnización de 150.000 euros a la víctima así como el pago de las costas judiciales
La acusación pide que se aplique una pena más alta mientras que la defensa pide anular la condena. Hasta que un juez comunique la resolución, el jugador no puede salir del país ya que ha tenido que entregar los dos pasaportes que tiene por su doble nacionalidad, española y brasileña al considerar que existe riesgo de fuga. Además, tiene una orden de alejamiento de la víctima de un kilómetro (tampoco podrá comunicarse con ella por otras vías) y mientras esté en libertad tendrá que acudir cada viernes al juzgado.
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