El comienzo de año no ha sido el mejor de los posibles para Bertín Osborne. Y lo que es peor, el infortunio se ha seguido cebando con él durante mucho, mucho tiempo aún. Nos lo cuentan fuentes cercanas al cantante, que ha sido —y está siendo— muy duro... Porque todas las alarmas saltaban cuando Bertín suspendía un esperadísimo concierto en Alicante, el pasado 8 de enero. Un recital, por cierto, al que le “tenía ganas”, con nuevo disco en el mercado e, incluso, su primer villancico. Lo contábamos en estas mismas páginas cuando el de Ámame, en una sincerísima entrevista, además de confesar su decisión de no volver a ejercer de padre, relataba cómo es su vida en el campo, el estado de su corazón y, por supuesto, su gira: 40 años son pocos.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Con aquella cancelación fortuita, se habló de ‘espantada’. También de que el público, ‘su público’, le había dado la espalda… Pero tanto el discurso, siempre vehemente y determinado de Bertín a la hora de afrontar la vida, así como el cartel de sold out, en el Auditorio de la Música de la capital valenciana, desmontaban cualquier teoría conspiranoica. ¿Cuál era entonces la razón de su ausencia de los escenarios? ¿Y del funeral por su amigo Arévalo? Recordemos que este hombre, grande como una montaña, se ha jactado siempre de no faltar jamás al trabajo… La razón debía de ser de peso. De mucho peso.
Él mismo lo aclaraba. También en ¡HOLA! Pero la atención, una vez más, se iba por otros derroteros. Ocurría cuando saltaba la noticia de que Gabriela Guillén había dado a luz y todo se enmarañaba sobre quién, cómo y cuándo se iban a presentar las pruebas de paternidad del bebé. A duras penas, Bertín hablaba del asunto. No le era fácil. Primero porque, pese a ser un tipo que llama a las cosas por su nombre, “al pan, pan y al vino, vino”, necesitaba un respiro. Segundo, porque, en el sentido más literal, también le faltaba la respiración. Algo tan dolorosamente prosaico, como la Covid se la robaba. Una Covid que, en los tiempos de la ‘nueva normalidad’, le obligaba a guardar cama y que, según hemos sabido, convirtieron su vida en “un infierno”.
Según ha podido saber ¡HOLA!, a consecuencia de la Covid persistente, sufre un agotamiento ‘enorme’ y ha perdido mucho peso
Pero la información sobre su delicado estado de salud se ponía entonces en ‘solfa’. Ya saben, siempre es más jugoso elucubrar… Eugenia, su hija mediana, tomaba la palabra en un photocall y esta, por fin, entraba en consideración: a su padre se le había ‘enquistado el virus’. Aún así, Eugenia, con la discreción que la caracteriza, quitaba hierro al asunto porque la situación, nos explican, fue “complicada”. “Un pozo negro”, nos apostillan.
Bertín está saliendo ahora de él. “Poco a poco” y gracias a “remedios naturales”, dado que los antibióticos no fueron, sin embargo, la mejor opción. “Tiene un cansancio enorme y ha adelgazado bastante pero, finalmente, está mejorando”, nos tranquilizan. Porque, en su momento, “le atiborraron de medicamentos. En dos tandas largas y fuertes… Y le “mataron”. Especialmente porque, cuanto cesaba con el tratamiento, su salud volvía a resquebrajarse.
Bertín padece de Covid persistente, una afección con la que el de Buenas noches, señora ha encadenado desde la infección de las vías respiratorias a las migrañas, la faringitis… y “una tos horrible que le dejaba el pecho y la garganta completamente destrozados”. Es más, el cantante llegó a “perder todas las defensas y el sistema inmunológico, a no trabajar”. Y eso, sumado al estrés y la ansiedad de no recuperarse nunca del todo, le afectaron al ánimo. Hoy, por suerte, la oscuridad comienza a disiparse y el cantante, a ganar fuerzas. Eso sí, pese a todo, el buen humor jamás lo ha perdido.