Don Juan Carlos disfruta, con 86 años, de una nueva gran etapa. Después de haber atravesado tiempos muy difíciles, tiene paz en su vida y toda la libertad. No fue fácil alcanzar una normalidad en sus visitas a España, pero lo ha conseguido y, si las circunstancias no cambian, pasará mucho más tiempo en Europa. El exjefe del Estado tiene previstos, al menos, seis viajes en los próximos meses, sin incluir el que acaba de hacer —el primero del año—, con salida desde Ginebra y doble parada. La primera, en Vitoria, para ver al doctor Eduardo Anitua, uno de sus grandes amigos. Y la segunda, en tierras gallegas.
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Recorrer miles de kilómetros resulta muy cansado para una persona mayor y don Juan Carlos ha encontrado una solución para poder atender este curso a todos los compromisos que se le avecinan, tanto deportivos como familiares, incluidas las bodas que ya están en camino.
Hôpital de la Tour
Según ha podido saber ¡HOLA!, la solución perfecta para emprender esta nueva etapa es poder vivir a caballo entre Abu Dabi, donde tiene su casa y su residencia —que esto no va a cambiar— y Suiza. Por un lado, porque es donde reside su hija la infanta Cristina. Los dos están solos y tienen la oportunidad de compartir mucho tiempo juntos. Y por otro, un factor también muy importante: porque quiere mejorar su movilidad, especialmente, la que afecta a su pierna izquierda. El ex jefe de Estado, que camina muy despacio y necesita ayuda, está en tratamiento con un prestigioso médico del Hôpital de La Tour, especializado en medicina deportiva y con programas personalizados.
Para don Juan Carlos, que tiene una fuerza de voluntad asombrosa y no se rinde nunca, Ginebra es, además, una ciudad llena de amigos y ligada a sus años de infancia, cuando estudió en el internado de Friburgo y pasaba los fines de semana con su abuela la Reina Victoria Eugenia, en Lausana.
El ex jefe de Estado quiere mejorar su movilidad y está en tratamiento en un hospital de Ginebra especializado en medicina deportiva y con programas personalizados
Tanta soledad
Después de años de tanta soledad, el Rey Juan Carlos disfruta de una nueva vida entre sus seres queridos —que lo echan muchísimo de menos— y de su larga lista de amigos, destacando, entre ellos, a su familia del mar, con la que se volvió a reunir la pasada semana.Don Juan Carlos llegó a Sanxenxo el miércoles, aunque no fue fotografiado hasta el viernes, cuando acudió a las instalaciones del Real Club Náutico de Sanxenxo con su hija la infanta Elena y su anfitrión, Pedro Campos. Con ropa náutica, gafas de sol y la gorra de la suerte, saludó a sus compañeros de tripulación y protagonizó una divertida anécdota con un perrito que se encariño con él y se lo demostró con lametazos, que recibió entre risas.El Rey padre se encontró también con personas muy queridas antes de empezar los entrenamientos, que, por cierto, se alargaron hasta la tarde. Fue el caso, por ejemplo, de Inés Muíños, la mujer de su íntimo amigo Josep Cusí, con quien doña Elena no perdería la ocasión de fotografiarlo con su móvil, para, después, concluir la jornada saliendo a cenar.
Celebrando
Don Juan Carlos, doña Elena, Pedro Campos y su esposa, Cristina, acudieron con otros amigos a la marisquería Ribadomar, en Cambados, donde disfrutaron de la especialidad de la casa: el salpicón de ‘lubrigante’ (bogavante). Había que celebrar que volvían a estar juntos y, por supuesto, que empezaba la temporada con la primera serie de la liga de 6 Metros. Lo hicieron, pero se retiraron pronto, eso sí.Según lo previsto, el ‘Bribón’ se hizo a la mar el sábado, pero, dadas las adversas condiciones climáticas de mar, viento y lluvia, don Juan Carlos decidió no embarcar y quedarse en casa con doña Elena, que dejaría Sanxenxo esa misma tarde. Pero, ya con el buen tiempo del domingo, sí que se animó a disputar la última jornada. Una competición en la que no alcanzaron la mejor puntuación, pero que, unida a la obtenida el día anterior, los llevó a hacerse con el título de vencedores. Otra alegría que, sin embargo, en esta ocasión, no celebraron. Tras cinco días de estancia y con la vista puesta ya en la segunda serie de la liga nacional, don Juan Carlos se despedía de Sanxenxo a primera hora de la tarde y ponía rumbo al aeropuerto de Vigo con destino a Ginebra, donde tenía una cena con la infanta Cristina.
Con el ‘Bribón’, pretende revalidar, una vez más, el Campeonato de Europa de 6 Metros, una competición en la que ya ha subido tres veces a lo más alto del podio europeo y mundial
Los viajes
Otra gran diferencia. De perderse en la noche sobre el océano, cuando regresaba a su casa de Abu Dabi, a despedirse con un hasta pronto porque la ruta está fijada. El 20 de abril estará de vuelta para participar en las siguientes pruebas de la liga. Y así hasta seis series marcadas en el calendario, sin olvidar tampoco que el ‘Bribón’ deberá defender en casa su título de campeón de Europa de la clase 6 Metros, un campeonato que organiza el Real Club Náutico de Sanxenxo entre el 27 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, en la ría de Pontevedra.Seis viajes deportivos a los que hay que añadir dos más ‘sociales’ que no coinciden con sus estancias en Galicia. Se trata de dos bodas y la primera es en Madrid. El próximo 6 de abril, Teresa Urquijo Moreno, nieta de su prima Teresa de Borbón y Borbón, princesa de las Dos Sicilias, se casa con el edil del Consistorio de la Villa y Corte, José Luis Martínez-Almeida. Para la segunda, habrá que esperar a principios de septiembre: Victoria López-Quesada, hija de Cristina de Borbón-Dos Sicilias, íntima de doña Cristina, y Pedro López-Quesada —íntimo amigo de Felipe VI—, se casa con el sevillano Enrique Moreno de la Cova.Hay una relación estrechísima entre las dos familias y difícilmente se perderá la boda de la nieta de su querido primo Carlos de Borbón Dos-Sicilias —fallecido el 5 de octubre de 2015—, en la finca «La Toledana» (Ciudad Real), donde siempre ha vivido horas felices.