Feliciano López y Sandra Gago acaban de pasar su Día del Padre más especial. En realidad, cada momento es único en su casa, desde la llegada del pequeño Marco, su segundo hijo, que nació el pasado 16 de febrero. En este momento tan excepcional para ellos, el tenista y su mujer posan por primera vez en familia y lo hacen para ¡HOLA! En este reportaje nos abren las puertas de su casa y nos presentan tanto al recién nacido, como a su hermano mayor, Darío, que cumplió tres años el pasado 4 de enero.
De primeras, podría parecer que Feliciano y Sandra están viviendo una auténtica revolución, entre tantos pañales y biberones. Pero lo cierto es que Marco no puede ser más tranquilo. Ni escuchamos un llanto, ni una llamada de atención del bebé durante toda la sesión fotográfica. Igual de bueno es su hermanito, Darío, pese a esa cara de travieso que pone cuando le toca posar ante la cámara. “Los niños se han portado bastante bien”, nos dice Feliciano tras tomar la última foto familiar. “Sobre todo Darío, que ya tiene tres añitos. Marco, como está dormido y como aún es tan pequeño, ha estado encantado. En brazos, feliz”, nos añade Sandra. A continuación, el matrimonio reflexiona con nosotros sobre su momento actual, lleno de cambios: desde la llegada de su segundo hijo, que ha tenido lugar en el año en el que celebran su quinto aniversario de casados, hasta la retirada de las pistas de Feliciano.
—Acabamos de celebrar el Día del Padre este martes 19. Menudo regalazo que habéis tenido con el pequeño Marco y qué forma más bonita de celebrarlo.
SANDRA.—La verdad es que sí. Es la primera vez que hacemos un reportaje en familia y es un recuerdo superbonito que vamos a tener para siempre.
FELICIANO.—Y unas fotos muy chulas.
S.—Son muy muy bonitas. Es algo que les podremos enseñar a los niños cuando ya sean mayores.
“Pesó 3,040 kilos al nacer y Darío, 100 gramos más. Pero se parecen muchísimo”, comenta Sandra. “Lo único es que Marco tiene los ojos claros, aunque lo mismo le cambia el color”, apostilla
—¿Cómo habéis celebrado este año el Día del Padre?
F.—Siempre comemos con nuestras familias. Como este año el Día del Padre caía en martes y yo tenía que estar en Londres por trabajo, el domingo comimos con mi hermano, mis padres y los padres de Sandra.
S.—Siempre lo celebramos así.
F.—Ahora, con más motivo.
El nacimiento del bebé
—¿Cómo habéis vivido la llegada de Marco?
F.—Un poco más tranquilos que con Darío. Y también con más experiencia.
S.—Sí, porque ya no estaban esos nervios al parto que tiene toda madre primeriza. Con Marco, fui supertranquila y todo fue todavía más fácil, superrápido.
F.—Y superbonito también.
“Para mí, el parto fue como un paseo. Sin esos nervios de madre primeriza, fui supertranquila”, dice Sandra. “Lo disfrutamos más”, afirma Feliciano, que cortó el cordón umbilical. “Y eso que Feli se marea con unas gotas de sangre”, agrega su mujer
—¿Fue un parto natural?
S.—Sí. Para mí, el parto fue como un paseo. Por norma general, el segundo suele ser más fácil y más rápido. Tanto el ginecólogo como la matrona, que además son amigos, ya estuvieron cuando nació Darío y lo hacen todo muy fácil. Ya con la llegada a casa de Marco, hemos pensado mucho en Darío. Al igual que todos los padres que tienen un segundo hijo, y piensan mucho en cómo se lo tomará el primero.
F.—En el príncipe destronado (ríe).
S.—En cómo se lo tomaría Darío y seguir dándole ese tiempo que le dedicábamos antes, para que no sufriera, entre comillas. Pero, para nuestra sorpresa, Darío es un hermano mayor con todas las letras. Es supercariñoso con Marco, superdelicado y está muy pendiente de su hermanito. Quiere cogerle todo el rato, abrazarle, besarle… Obviamente, tiene sus rabietas, pero no por su hermano.
F.—Lo que siente por Marco es amor. En ningún momento ha hecho un gesto raro ni nada. Al contrario, solo quiere estar con él y le adora.
—Feli, ¿estuviste en el parto?
F.—Sí, como en el primero. En este segundo, todo fue todavía más fácil, así que lo disfrutamos más.
S.—Y eso que Feli se marea con unas gotas de sangre (ríe).
F.—Pero los dos partos han sido superbonitos. En ningún otro momento, he sentido nada igual.
SANDRA: “Al llegar a casa con Marco, le hemos dedicado tiempo a Darío, para que no sufriera. Pero, para nuestra sorpresa, es un hermano mayor con todas las letras”
—¿Cortaste también el cordón umbilical del bebé?
F.—Sí, el médico me dejó, como en el de Darío. Los dos partos fueron espectaculares. Es un recuerdo que te llevas para siempre. Por mucho que te cuenten, tienes que vivirlo para saber realmente lo que es.
De la elección del nombre, al carácter del pequeño
—¿Por qué habéis llamado Marco a vuestro segundo hijo?
S.—El nombre de Darío lo elegí yo. Con Marco, teníamos varios nombres en mente, pero un día Feli me dijo: “Sandra, me gusta Marco”. En ese momento, le dije que también me gustaba y no le dimos más vueltas. Fue así de sencillo.
F.—Lo decidimos bastante al principio.
—¿A quién le encontráis parecido?
F.—A su hermano. Es igualito.
S.—Nada más verlo en el parto, Feli dijo: “Es un miniDarío” (ríe).
F.—Cuando nacieron, los dos eran muy parecidos. Ahora vemos alguna diferencia, pero son casi iguales. Quizá Marco es un poquito más pequeño.
S.—Marco pesó 3,040 kilos al nacer y Darío, 100 gramos más. Ahora mismo, es un poco más chiquitín. Pero se parecen muchísimo. Lo único es que Marco tiene los ojos claros, pero tiene solo un mes y lo mismo le cambia el color.
FELICIANO: “Lo que Darío siente por su hermano es amor. En ningún momento ha hecho un gesto raro ni nada. Al contrario, le adora y solo quiere estar con él”
—¿Y de carácter? ¿Siempre está tan tranquilo como hoy?
F.—Todavía más que su hermano. Darío ya era bueno y dormía bien, pero Marco más.
—¿Eso significa que os deja dormir por las noches?
F.—Sí. Por la noche duerme un poquito más. Pero cada cuatro horas, tiene que comer.
—Sandra, ¿le estás dando el pecho al bebé?
S.—Sí. Lactancia materna.
—¿Y cómo gestionáis el despertarse por la noche, que suele ser un tema complicado en las parejas?
F.—Soy menos dormilón que Sandra y, si se despierta Darío, casi siempre estoy yo con él. A Sandra le gusta más dormir y a mí tampoco me importa levantarme si el niño está llorando. Como he viajado tanto, nunca me ha importado. Luego, una vez que te acostumbras, ya da igual. Además, si ahora Sandra puede descansar un poco, después del embarazo y todo lo que ha pasado, pues mejor. Pero, si se tiene que levantar, ella también se levanta.
S.—A Feli se le da muy muy bien dormir a los niños. Tanto a Darío como a Marco.
—Entonces, a la hora de repartir las tareas, ¿cada uno tiene su especialidad?
F.—Más o menos, los dos por igual. Obviamente, cuando el bebé es más pequeñito, las madres siempre tienen más habilidad. Pero a mi hijo le cambié un pañal desde que nació. Lo hago, aunque pueda tardar un poco más de tiempo.
S.—A muchos amigos con hijos les sorprende que Feli cambie pañales, pero es que se involucra un montón. Desde el principio. Nos repartimos superbién todas las tareas del bebé, pero porque lo disfrutamos muchísimo.
“No hay un libro de instrucciones”
—Dicen que la llegada de un segundo hijo siempre es más complicada, en las familias, que con el primero. Al fin y al cabo, hay que repartir la atención con los dos. En vuestro caso, Darío ya tiene más de tres años y es bastante autónomo.
F.—Darío ya va al colegio y tiene unas rutinas establecidas. Cuando está en casa, repartimos el cariño. Por eso, Sandra está más con Marco y yo más con Darío. En realidad, no hay un libro de instrucciones y te vas adaptando como puedes.
S.—Pero sí es cierto que, con el segundo, tienes más experiencia y menos miedos. A la vez, cuando llegas con el chiquitín a casa, tienes al mayor esperándote. Por eso, tienes que repartir tu atención al tiempo que uno de ellos —se refiere al recién nacido—te demanda muchísimo.
SANDRA: “El nombre de Darío lo elegí yo. Con Marco, teníamos varios nombres en mente, pero un día Feli me dijo: “Me gusta Marco”. Como también me gustaba, no le dimos más vueltas”
—Sandra, ¿cómo estás viviendo el tema de la recuperación tras el parto? ¿Te está costando más que con el primero?
S.—Como tuve un buen parto y fue todo tan fácil, me he recuperado muy rápido. Me encontré bien prácticamente nada más dar a luz.
—Físicamente, estás bastante recuperada. Cualquiera diría que has dado a luz hace un mes.
S.—Por un lado, tengo 28 años y soy muy joven, que eso ayuda muchísimo. Por el otro, he estado muy, muy activa, haciendo muchísimo ejercicio adaptado a mi estado. Cogí once kilos durante el embarazo, como me ocurrió en el primero. Y ahora no puedo decirte lo que me falta por perder, porque aún no me he pesado (ríe).
F.—Serán tres o cuatro kilos, como muchísimo.
S.—Dicen que el cuerpo de una mujer tarda en volver a estar igual entre uno y dos años. No solo son los líquidos que puedas retener o la grasa que hayas ganado, sino que la recuperación afecta también a los órganos y los huesos. Pero, como te digo, todavía no me he pesado. Sin embargo, hice ejercicio durante el embarazo y seguí comiendo lo mismo.
FELICIANO: “Soy menos dormilón que Sandra y, si se despierta Darío, casi siempre estoy yo con él. A ella le gusta más dormir y a mí tampoco me importa levantarme”
Sin presión postparto
—Que no te hayas pesado deja claro que no te obsesiona volver a tu cuerpo de antes.
S.—Y mucho menos ahora que estoy dándole el pecho. Lo importante es que el bebé se alimente bien, así que hay estar fuerte y comer todo lo que me pida el cuerpo. Ya habrá tiempo de recuperarse. Esta es una etapa que hay que disfrutar y olvidarse un poco del físico.
—Ya que ha coincidido este primer posado familiar casi con el Día del Padre, Sandra, ¿cómo dirías que es Feliciano como padre?
S.—Es un padre muy entregado. Y muy paciente también (ríe). Supercariñoso. Le encanta jugar y dedicarles muchísimo tiempo a los niños.
SANDRA: “A Feli se le da muy muy bien dormir a los niños. Tanto a Darío como a Marco. Es un padre muy entregado. Supercariñoso. Y muy paciente también” (ríe)
—Y desde que se retiró de las pistas, todavía le dedicará más tiempo.
F.—Tampoco hay tanta diferencia. Cuando nació Darío, en el 2021, viajó mucho con nosotros.
S.—Sí, voló a México con dos meses, porque Feli tenía que jugar un torneo allí, así que le pusieron las primeras vacunas a Darío y nos lo llevamos. Viajamos tanto los tres porque era la única manera de pasar tiempo de calidad todos juntos.
F.—Y ha merecido la pena.
S.—Sobre todo, los niños siempre se adaptan a todo antes que los adultos.
—Feli, ¿cómo definirías a Sandra como madre?
F.—Es la mejor madre que pueden tener nuestros hijos, en cuanto a dedicación y cariño, porque lo lleva en la sangre. Desde muy joven, Sandra tenía muy claro que quería ser madre a una edad temprana. La verdad es que no le puedo poner ni un pero. Se preocupa mucho por todo… A veces, hasta demasiado. En general, las madres tienen algunos miedos más, aunque tampoco hay que generalizar.
“Poli bueno, poli malo”
—¿Quién diríais que es más permisivo de los dos?
S.—Los dos (ríe).
F.—Ahora, creo que Sandra (ríe). No sé si es que la voz de un padre impone un poco más o qué, pero Darío siente que su madre es más permisiva (ríe).
“Siempre me he imaginado con tres hijos. Y cuando tienes dos niños, inevitablemente piensas en la niña. Lo iremos viendo sobre la marcha”, nos desvela Sandra
—¿Quién hace más de “poli bueno” y quién de “poli malo”?
S.—Los dos. En eso estamos bastante equilibrados. Pero, hasta ahora, Darío ha sido un niño muy bueno.
F.—Quizá puedo frenarle yo mejor, pero porque quizá le impongo algo más.
S.—También depende de la situación. Los niños son muy inteligentes y saben qué pedir a los padres, qué a las madres y qué a sus abuelos.
—Darío es un niño muy bueno y Marco parece supertranquilo, lo que se suele llamar un bebé trampa. Seguramente sea demasiado pronto para preguntar por ello, pero, ¿os planteáis tener un tercer hijo e ir a por la niña?
S.—Siempre me he imaginado con tres hijos. Y cuando tienes dos niños, inevitablemente piensas en la niña. Sí me gustaría (tener un tercero), pero ahora tenemos que ver cómo nos cambia la vida con dos hijos y cómo nos adaptamos a ellos. Lo iremos viendo sobre la marcha.
“Cogí once kilos durante el embarazo, como en el primero. Y ahora no puedo decir lo que me falta por perder porque no me he pesado todavía”, añade la modelo entre risas
Cinco años ‘volando, volando’
—La llegada de Marco se ha producido en el año en el que cumplís cinco de casados. ¿Qué balance hacéis de este tiempo?
F.—Es inmejorable. El tiempo se me ha pasado muy rápido.
S.—Volando, volando. El otro día, veíamos el documental de Feli y salía el primer torneo en París al que fui yo. Ahí todo el mundo se enteró de que los dos nos estábamos conociendo. Mientras veíamos el documental, yo pensaba: “Dios mío, ya ha pasado tanto tiempo”. En octubre se cumplirán siete años de ese primer viaje en el que empezamos de novios y, ¡madre mía!, parece que fue ayer.
F.—Ha pasado el tiempo muy rápido, porque han ocurrido muchas cosas.
S.—Desde que nos conocimos, no hemos parado de viajar… No todos los meses, sino casi todas las semanas.
Feliciano nos habla de sus casi cinco años de casados: “El balance es inmejorable. El tiempo se me ha pasado muy rápido”. Sandra añade: “Volando, volando. Madre mía, parece que fue ayer”
F.—Ahora pasamos más tiempo en casa, pero los tres primeros años de Darío nos lo llevamos por todo el mundo.
S.—Sí. Ahora tenemos una rutina más establecida, pero antes de que Darío fuese al colegio, nos íbamos de viaje cada dos por tres. Nuestros padres siempre nos preguntaban: “¿Dónde estáis ahora?”. (Ríe). Hemos vivido tantas cosas… Nos casamos cuando llevábamos dos juntos, y enseguida tuvimos a Darío. Han sido siete años maravillosos, la verdad.
La despedida de Feliciano de las pistas
—Feli, el pasado verano también colgaste la raqueta. ¿Te costó dar este paso?
F.—No, lo tenía muy meditado. Por suerte, no me he retirado por una lesión u otra circunstancia. Lo he hecho cuando he querido y como he querido. A final de 2022, decidí que jugaría los torneos, como así hice. En el último en Mallorca, jugué muy bien y lo disfruté mucho. Me retiré de la manera que siempre pensé.
El extenista, que se retiró en verano, se encuentra grabando la nueva edición de «El Desafío». «A Genoveva la veo bien y Victoria de Marichalar me ha parecido encantadora», nos confiesa
—Después de tener una vida dedicada a entrenar y a los campeonatos, muchos deportistas sienten un vacío o bajón emocional al enfrentarse a un cambio tan brusco. ¿Cómo lo estás gestionando tú?
F.—Siempre tuve claro que, tarde o temprano, llegaría ese momento, así que me preparé para ello. También he tenido mucha suerte. Hace como cinco años, empecé a trabajar en el torneo de Madrid como director. Fue una gran decisión porque pude seguir compitiendo al máximo nivel y empezar a prepararme para el final de mi carrera.
—Además, has empezado a vivir otras experiencias, como participar en el programa El Desafío.
F.—El año pasado me surgió la oportunidad. Como tengo muy buena relación con la productora, me invitaron a un programa. Me lo pasé muy bien, así que decidí aceptar participar como concursante en esta nueva edición. La verdad es que lo estoy disfrutando muchísimo.
—¿Conocías a algunos de tus nuevos compañeros?
F.—A Genoveva un poco, pero no mucho. Lo mismo que a ‘El Cordobés’ —Manuel Díaz—, que le había saludado alguna que otra vez. También coincidí con Roberto Brasero una vez en un programa. A Victoria Federica y Lola Lolita, al igual que a Gotzon Mantuliz y a Susi Caramelo, no las conocía en persona.
Sobre su adiós a las pistas, nos añade: “Lo tenía muy meditado. Por suerte, no fue por una lesión u otra circunstancia. Me he retirado cuando he querido y como he querido”
De Genoveva a Victoria de Marichalar
—Las grabaciones de esta nueva edición están generando bastante expectación, por la participación de Genoveva. ¿Cómo la encuentras?
F.—La veo bien, aunque tampoco coincidimos mucho. Durante la semana, cada uno hace su entrenamiento y los viernes es cuando grabamos todos el programa.
S.—Feli graba el programa y se vuelve corriendo a casa, porque tiene dos chiquitines que le necesitan.
—¿Y qué te parece Victoria de Marichalar, que también está en El Desafío?
F.—Ya te digo que tampoco nos vemos mucho, pero el poco tiempo que he podido tratar con ella, me ha parecido encantadora. Como todos los concursantes.
—Sandra, el año pasado te vimos en MasterChef Celebrity. ¿Te has vuelto una loca de los fogones y has seguido cocinando, como le ocurre a muchos concursantes? ¿O realmente terminaste harta?
S.—Cuando salí del programa, tuve mi momento de euforia y seguí cocinando. Sobre todo, repostería, que fue lo que más disfruté y lo que mejor se me daba. Estuve un par de meses haciendo postres y la verdad es que triunfaba cuando invitaba a mis amigos. Pero, como hace un mes que nació el chiquitín, ya no lo hago tanto.
—Tu amiga Ana Boyer también está demostrando sus dotes de repostera en la tele. ¿Le pudiste dar algún consejo antes de que empezara?
S.—No. Hace un montón que no vemos a Fernando (Verdasco) y a Ana. Entre el embarazo, el nacimiento del chiquitín y todo, hemos visto a muy poca gente. Pero seguro que lo está disfrutando muchísimo.
—Ahora que estás volcada en tu maternidad, está empezando la temporada de bodas. ¿Tienes previsto retomar tu proyecto de wedding planner?
S.—Pretendo volver al trabajo en poco tiempo, porque soy superinquieta, necesito estar activa y tener la mente ocupada. Esta temporada no podré estar tan presente, pero ya tenemos varios eventos para el 2025. Y de moda, volveré a hacer cosas en cuanto esté del todo recuperada, que espero que sea pronto.