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Después de haber desfilado en las pasarelas más importantes de todo el mundo, acaparar las portadas de revistas de moda más influyentes y de protagonizar campañas internacionales, Judit Mascó acaba de vivir “un sueño”. A sus 54 años, acudió a la fiesta que la revista Vanity Fair organizó en Los Ángeles el pasado domingo 10, después de la ceremonia de los Oscar. “Si lo tengo que resumir, es una gran experiencia que me llevo profesionalmente y, sobre todo, personalmente. En regalo que nunca hubiera imaginado que me llegaría a esta etapa de mi vida, así que la disfruté al máximo, con la plenitud y la madurez que tengo”, nos cuenta la modelo de 54 años.
Judit no sólo posó con Alessandra Ambrossio en el photocall, sino que tuvo la oportunidad de conocer –y hablar– con a una larga lista de estrellas de Hollywood. ¿Cómo entró en la fiesta más codiciada de Los Ángeles? ¿Con quién habló dentro? ¿Qué anécdotas guarda de esta noche tan mágica? La propia modelo, recién aterrizada en Barcelona, cuenta toda su experiencia en ¡HOLA!
© @isdin—¿Cómo te encuentras después de vivir esta experiencia?
—Han sido dos días y medio en Los Ángeles. Todo ha sido muy intenso, por los preparativos y el trabajo previo. Hice unas fotos, vídeos y mucho contenido. Y la fiesta, una pasada. Espectacular. Una vez que pasé el photocall, todas eran caras súperconocidas: desde actores, actrices y directores consagrados a gente joven, muy potente, que lo está petando. Algunos me sonaban y otros ni sabía ni quiénes eran (ríe).
—Con tanta actriz y tanto actor, costaría procesar todas esas caras
—Claro. Además, estaba bien discreta, bien guapa y observando todo. Como hace tantos años que no trabajo en Estados Unidos, la gente no se acordaba de mí. Entonces, era yo quien estaba observándolos a todos tranquilamente en la fiesta (ríe). Había muy buen rollo, sin cámaras ni presión de ningún tipo. Algunos llegaron de la ceremonia larguísima de los Oscar y otros, con el premio en la mano, más tarde, que venían de fiesta de Elton John.
—¿Te ha podido acompañar alguien de tu familia? Porque a un planazo así, se querría apuntar todo el mundo
—Es que tenían que ir a la universidad o trabajaban. Fui acompañada de mi representante, Beatriz Santamaría, que es la persona que me ha llevado toda la vida y con la que disfruté de la experiencia. Lo enfocamos en plan profesional y fue un acierto, porque, aunque parezca todo muy divertido, había mucho trabajo que hacer.
—Aunque cuentas una larga trayectoria, ¿sentías nervios o inquietud por acudir a una cita tan importante?
—Este tipo de experiencias siempre crean mucho estrés, sobre todo, en los últimos momentos. Hay una preparación de vídeos de making of: cómo te maquillan, cómo te peinan, las pruebas de vestuario… Luego, es una cuenta atrás y exige mucha puntualidad. Como el photocall es tan potente, había que llegar a una hora de antelación para no coincidir con otras personas.
© Cortesía Judit Mascó—Es que la lista de invitados era larguísima y muy potente
—Por suerte, mi hotel estaba justo al lado del Wallins Annemberg Center, que es donde se celebró la fiesta en Beverly Hills. La zona estaba llena de todas las limusinas, vans y coches, todos negros y con cristales tintados. Luego, veías las luces de policía, porque había una cantidad de seguridad brutal. Había una manifestación por Gaza y la zona estaba acordonada desde hacía más de 24 horas. El ambiente era como el que sale en las películas cuando hay un presidente que llega a un sitio (ríe). Con todo eso, ya hay cierto estrés. Luego, sabes que, nada más llegar, viene el momento más esperado: pasar por el photocall.
—En tu caso, tu entrada fue espectacular, porque posaste con Alessandra Ambrosio, Abbie Herbert y Michelle Salas, la hija de Luis Miguel
—Nosotras llegamos juntas en uno de esos coches, porque fuimos todas como parte de equipo ISDIN, y entramos en este impresionante photocall. A nuestro lado mismo, estaba Lenny Kravitz y no paraban de gritar su nombre. Entonces, como para no estar nerviosa (ríe). Es verdad que los años de experiencia te dan temple para saber que ese es tu momento y, ya una vez que entras en el photocall y miras esas cámaras, porque no llega ni a un minuto, tienes que darlo todo. Y eso es lo que hice.
—¿Conocías a Alessandra o alguna de tus compañeras?
—Personalmente, a ninguna. Pero, el día antes, estuvimos juntas en un brunch. Con Alessandra nunca había coincidido. Aunque también sea modelo, es más joven que yo. A Abbie Herbert, que es una influencer americana con millones de seguidores en TikTok –15,5 millones–, ni sabía quién era. Es muy mona y muy divertida, siempre muy pendiente de su segundo bebé. Parecía una de mis hijas (ríe). Me comporté más como madre (ríe). Luego, Michelle Salas es muy divertida y tiene muy buen rollo. En la fiesta, las dos estuvimos juntas todo el rato. Podíamos hablar el mismo idioma y el mundo latino siempre tira (ríe). De hecho, nos dimos los teléfonos para mantener el contacto.
© Cortesía Judit Mascó—Y luego, entraste la gran fiesta. ¿Qué sentiste al entrar?
—Nada más entrar, a la primera persona que me crucé fue a Michael Douglas. Ahí pensé: “Este es el nivel. Vete acostumbrándote, Judit” (ríe). Entré acompañada por el CEO de ISDIN, Juan Naya, que es astrofísico de profesión. Ahí nos encontramos con Matthew McConaughey. Al haber hecho la película Interestellar, habló con Juan Naya sobre astrofísica, así que me lo presentó. Este invitado ya fue el segundo.
—¿Pudiste hablar con alguna actriz o actor?
—Tuve la ocasión de saludar y de felicitar a Lili Gladstone, la actriz que estaba nominada por Los asesinos de la Luna. Monísima y muy simpática. Luego, coincidí con el manager de Sofía Vergara y él me la presentó. Sofía es la bomba y la adoro. Estuvimos un ratito corto y la felicité por Griselda. También vi a Elsa Pataky, a quien conozco de años atrás. Evidentemente, a su lado estaba su marido, Chris.
—Te presentaría a Chris Hemsworth
—Claro. Elsa también estaba con una chica morena que era argentina. Al ver que nosotras estábamos hablando español, se sumó a la conversación. Al rato, me di cuenta de que ella era la pareja de Matt Damon, que estaba junto a ella. Pero también vi a Margot Robbie; Anne Taylor-Joy, de Gambito de dama; Jennifer Lawrence, Jessica Alba, Diane Krugger… Estaban todas… Todo el clan Kardashian…
© Cortesía Judit Mascó—Vamos, que ibas de estrella en estrella
—(Ríe). Tengo que decir que a Elsa ya la conocía. Es muy agradable, muy educada y preciosa. Después, una persona que trabaja en contenido de Netflix me presentó a Omar Sy, el actor francés de Intocable y de la serie Lupin, a quien adoro. Estuvimos hablando un buen rato los dos y, además, en francés, que se me da mejor que el inglés. Con este tipo de personas, con las que estuve hablando un buen rato de manera relajada, sí me atreví a sacar el móvil y hacerme alguna foto de recuerdo. Es que en esta fiesta, con un nivel tan alto y sin prensa dentro, nadie pide fotos o autógrafos.
—Por eso, tenía que haber cierto nivel de confianza para atreverse
—Claro, como con este actor francés. También con Sofía Vergara o Bayona, que le vi en la terraza. Con él sí estuve un buen rato comentando todo: de como se sentía y de todo lo que había vivido con la promoción de La sociedad de la nieve , que llevaba más de tres meses y estaba agotado.
—De todas las personas que viste, ¿quién te hizo especial ilusión?
—Me encantó conocer a Steven Spielberg y Scorsese. Para mí, fue lo más. También Roger Federer. Qué elegante, qué encantador y qué guapetón (ríe). Es verdad que llaman mucho la atención los actores y actrices, pero también me gustó conocer a ejecutivos de Condé Nast, que son las personas que hacen equipo con Anne Wintour. También conocí a la señora que inventó esta fiesta. Me contó cómo surgió hace 30 años: de ser sólo cuarenta o sesenta personas a convertirse en la fiesta más codiciada de Los Ángeles. Estar dentro ya es un premio excepcional.
—Es que es la fiesta
—La fiesta con mayúsculas. Me hizo mucha gracia ver a grandes directivos, como el fundador de Amazon, Jeff Bezos, que estaba con su pareja. Ese era el nivel. Luego, había cantantes muy actuales y jovencitas, como Billie Eillish o Camilla Cabello. También estaba Serena Wiliams, maravillosa con su vestido.
—¿Te encontraste con alguna modelo o alguien de tu etapa de modelo en Estados Unidos?
—No vi a ninguna modelo de mi quinta. Ahí yo era la desconocida (ríe). Con el equipo de Condé Nast, comentamos mi etapa de Sports Illustrated y alucinaron que hubiera pasado tanto tiempo.
© Cortesía Judit Mascó—Es que entonces no había redes, pero tú trabajaste muchísimo en Estados Unidos
—Sí, soy de otra generación. Luego, había una cosa muy divertida. En la pista de baile, la gente hasta se quitaba los zapatos para bailar de manera relajada. En un momento dado, como a la una y media de la madrugada, aparecieron unos camareros vestidos como de los años 50. Llevaban bandejas con unas hamburguesas gigantes y porciones de pizzas.
—¿Hubo alguna actuación con algún cantante importante?
—No vi ninguna. Todo el rato que yo estuve, que me quedé hasta las dos de la mañana, toda era música con DJs. Hubo una parte más retro, como con música de Michael Jackson, y otra más actual.
—Yendo a un evento tan importante, ¿le diste muchas vueltas a tu look?
—Quise ir a tiro seguro, así que hablé con Fran Marto y fue él quien hizo de estilista. Me propuso diferentes opciones, con vestidos repartidos por todo el mundo y sus accesorios. Le pedí una opción que yo pudiera tener en Barcelona, porque prefería llevarme yo el vestido, probármelo antes y poderlo arreglar si hacía falta. Escogimos un vestido de Michael Costello, un diseñador de Los Ángeles. Como también tiene showroom en Madrid, me hizo llegar el vestido a Barcelona. Los zapatos, maravillosos y con cristales de Swarovski, eran de Jimmy Choo. Y el bolsito, también de Swarovski. Ya las joyas sí las tuve que recoger en Los Ángeles. Como maquillador y peluquero, contraté a Ramón Ríos, con el que he hecho campañas de baño, de El Corte Inglés… Es excepcional, aparte de amigo. A estas alturas de la vida, también quiero trabajar con gente amiga y compartir experiencias así con ella.
—¿Qué te han dicho tus hijos y tu marido al verte tan espectacular en la fiesta de los Oscar?
—A nivel familiar, es divertidísimo. También llamé a mi madre, a mi hermana y amigos… Lo han vivido como si ellos estuvieran allí. Es muy bonito cuando tienes gente que se alegra tanto y quiere saber todos los detalles… Aunque todavía no ha dado la vida casi para para explicarlo todo como como Dios manda, porque llegué el miércoles. Quedan muchas cenas con amigas para contarlo (ríe). ¡Tú eres de los primeros a quien se lo cuento todo!
—Además de la fiesta, ¿has tenido ocasión de hacer planes en Los Ángeles?
—Llegamos el sábado a Los Ángeles y estuvimos dos días y medio. Hubo mucho trabajo, pero también hubo momentos muy cortitos para pasear. Estuvimos por donde se grabó Pretty Woman, que está lleno de tiendas.
—¿Rodeo Drive?
—Sí. Además, estaba de noche. También estuvimos en el Paseo de la Fama y la zona de tiendas de Melrose. Sí tuve algún ratito de relax. Estoy muy agradecida que ISDIN me haya dadlo la oportunidad de vivir esta magnífica experiencia, siendo sponsor oficial de esta fiesta. Ha sido un regalazo tremendo a estas alturas de mi carrera. Lo hemos vivido de una forma tan bonita, tan divertida… Ha sido un sueño, un lujazo.
