Sandra, la hija ‘dj’ de Fernández-Tapias se acerca con su música a España tras la muerte de su padre

Físicamente se caracteriza porque siempre aparece en sus ‘shows’ con la cara pintada con tres rayas y un punto

15 de marzo de 2024 - 8:02 CET15 mar 2024 - 8:02 CET

Es hija del desaparecido empresario Fernando Fernández-Tapias, fruto de su segundo matrimonio con Juana (Chiqui) García-Courel. Durante años, y tras estudiar Comunicación Audiovisual especializándose en Relaciones Internacionales y Económicas, Sandra fue la mano derecha del naviero en sus negocios. Era la depositaria de toda la confianza de su padre, una actividad que la joven ya combinaba con la mesa de mezclas haciendo malabares para llegar a todo y quitándose horas de sueño.

A Sandra siempre le había gustado la música, en una publicación especializada reconocía recordar con cariño los viajes familiares en coche, cuando su padre les ponía su repertorio de música que incluía a Julio Iglesias, Los Panchos, Michael Jackson o Barry White. También el modo en que imitaba a su hermana mayor grabando remezclas de Madonna, Whitney Houston o George Michael. Pero su punto de inflexión llegó cuando a los dieciséis años su madre le regaló su primera mesa de mezclas y dos platos.

Desde ese momento Sandra comenzó tocando como DJ en fiestas de amigos, hasta que le llegó una oportunidad profesional que supo aprovechar y se convirtió en ‘DJ La Santa’. Físicamente se caracteriza porque siempre aparece en sus shows con la cara pintada con tres rayas y un punto, símbolo de las tres divinidades del hinduismo y un ojo.

Es feliz, porque ha conseguido hacer de su pasión su profesión, esa que le permite compartir su música y viajar por todo el mundo desde Bali (Indonesia) donde tiene su cuartel general. También ejerce como productora con su propio sello discográfico ‘Redolent’ el cual creó en 2020 junto a su inseparable DJ Chus. Ahora en el mes de marzo ha preparado una serie de colaboraciones con Radio Ibiza Paradise que le acercarán un poco más a nuestro país.

Durante sus actuaciones se caracteriza porque siempre aparece con la cara pintada con tres rayas y un punto, símbolo de las tres divinidades del hinduismo y un ojo.

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