Los asiduos a la prensa económica conocen de sobra a Pablo Isla , expresidente y exdirector ejecutivo del grupo Inditex, pero no todo el mundo conocía que el empresario madrileño, de cincuenta y siete años, tiene un hijo, Santiago, el mayor de los tres, que ha decidido darle otro rumbo a su vida, queriendo separarla de los negocios de su padre. Tras estudiar Derecho en ICADE, el joven decidió enfocar su futuro a la música, una vena que le viene de su madre, María de la Vega Cabrera. “Siempre me ha gustado la música. Creo que me viene de familia, pero también fue por motu propio“, explicaba el madrileño en una entrevista concedida a La Opinión A Coruña, donde contaba también que “alucinaba” cuando le ponían los temas de los grupos de moda de la década de los sesenta en casa.
Está claro, desde luego, que María sentó precedentes en la carrera artística de su primogénito, que tiene Woman de John Lennon como uno de sus temas favoritos. “Es una de las canciones más perfectas que he oído en mi vida. Me emociona como la primera vez que la escuché”, comentaba él mismo en sus redes sociales. Con catorce años, la música le había enganchando y formó su primer grupo, Sin Blanca, con sus amigos en La Coruña, que creó un himno para el Básquet Coruña. Actualmente, Santiago Isla tiene un “trabajo normal” -como él dice- en una empresa de telecomunicaciones que compagina con los conciertos que ofrece con su banda, Chelsea Boots, con el que publico en el año 2018 el álbum Guilty Pleasure.
La banda del que también ha estudiado UN Master en el IE sobre Management y Digital Business, tenía madera, y la compañía que preside Narcís Rebollo , -marido de Eugenia Martínez de Irujo– Universal Music, fichó al flamante grupo. Sus padres siempre prefirieron que, aunque se decantara por la música, terminara sus estudios. A sus casi veintiséis años su ‘curriculum vitae’ es inigualable y aseguraba también en La Opinión A Coruña, que no se ha empeñado en luchar contra la etiqueta de “niño de papá”: “Lo que digan me da bastante igual. No he tenido ningún problema en mi carrera. Lo que he podido, lo he hecho”.
Santiago Isla tiene un “trabajo normal” -como él dice- en una empresa de telecomunicaciones que compagina con los conciertos que ofrece con su banda, Chelsea Boots
Con cerca de diez mil seguidores en su cuenta de Instagram, el grupo que lidera Santiago Isla, voz, guitarra y compositor, recibe su nombre por las botas que calzaban, en la década de los sesenta, las bandas anglosajonas, clara influencia en su música, cantada en inglés y con ecos de las grandes bandas británicas de rock and roll. Le acompañan Dani Ferrandis, a la guitarra y coros, Dani Núñez, en el bajo y también en los coros, y Martín Mosquera, con quien coincidió y entablo amistad en el colegio, a la batería. Desde que comenzaron en el 2014 se han convertido en habituales del circuito de salas de Madrid, desde la emblemática El Sol al Ocho y medio, en el que presentaron su disco. Pasaron por el Mad Cool en el 2017, que ganaron, y el pasado diecinueve de junio actuaron en el Teatro Lara de Madrid.
En la agenda del grupo madrileño-gallego todavía no hay fechas para actuar en La Coruña, pero Chelsea Boots ya empieza a dar pequeños pasos hacia la tan ansiada normalidad con temas como Dientes Largos, grabado con Xoel López, Turista Japonés y La Fama, grabado con Taburete .
En estos últimos años, Santiago Isla se ha atrevido con las letras más allá de las canciones y a comienzos de 2020, antes de que el mundo se encerrase por un enemigo común, publicó su primer libro Buenas noches, en el que habla de un hombre joven que no encuentra su sitio mientras recorre las calles de Madrid. Aunque el libro salió a la luz el año pasado, el primer capítulo se gestó hace mucho tiempo, cuando Isla en 2007 comenzó a escribir en un blog, Sonajero. “El libro viene porque el escritor Javier Aznar, al que le debo mucho, me puso en contacto con la editorial (Círculo de Tiza), con Eva Serrano, la cual leyó el blog, le encantó y me propuso escribir el libro”, relata. Por aquel entonces, el escritor no tenía un tema cerrado ni sabía por dónde tirar o cómo escribir el libro, pero con la ayuda de Serrano lo pudo sacar adelante. ”Fueron ocho meses de intenso trabajo, pero he de reconocer que me lo pasé genial escribiendo. Tenía absoluta libertad y además pude plasmar cosas que siempre había querido hacer”, apunta.
Tras su debut en el mundo literario, no descarta seguir escribiendo más novelas, eso sí “con un margen entre una y otra”, ahora tiene la cabeza puesta en el lanzamiento de su segundo disco con Chelsea Boots. “Me interesan mucho mi trabajo y también muchas otras cosas, aunque en un mundo idílico sí que me gustaría que la parte más creativa de mi vida, la música y la literatura, tomaran un poco las riendas”, declaraba en La Voz de Galicia Santiago Isla, que acaba de publicar su segundo libro, Los juegos florales.