Abril es un mes lleno de recuerdos para el rey Simeón de Bulgaria. El próximo día siete se cumplirán nueve años de la muerte de su hijo el príncipe Kardam de Bulgaria. El príncipe de Tírnovo, primer marido de Miriam de Ungría, falleció, a los 52 años, en el hospital de Sanchinarro (Madrid), debido a una infección pulmonar relacionada con la parálisis que sufría tras el grave accidente de tráfico que tuvo lugar en el fatídico día 15 de agosto de 2008.
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Kardam fue velado hasta su entierro, en el panteón que tiene la familia Ungría en el cementerio de San Isidro, en Madrid. Aquella fue una despedida muy triste, en la que su familia avanzó en procesión hasta el cementerio, siguiendo a su viuda y sus dos hijos, Boris y Beltrán.
Ahora, según ha podido conocer ¡HOLA!, el último rey de los búlgaros está preparando el regreso de los restos de su hijo y sus seres queridos al palacio museo de Vrana , su residencia desde 2001. Los trámites ya están en marcha, y se espera que pronto se fije la fecha para el traslado de Kardam, que descansará, para siempre, en una cripta que el rey ha construido en el palacio, junto a sus antepasados.
Se espera que, también, antes del entierro, se celebre una misa, a la que asistirá la familia real búlgara.
El último adiós en el antiguo monasterio de San Jerónimo el Real
Siguiendo la tradición ortodoxa, transcurridos los cuarenta días de la muerte, se celebró el funeral en su memoria en el antiguo monasterio de San Jerónimo el Real. Casi siete años después (agosto de 2008) de que sufriera un trágico accidente, los seres queridos volvían a reunirse para recordarle, llorarle y rezar por él. Muchos –hasta trescientos- porque Kardam era un hombre muy querido.
La familia real búlgara en pleno, una alta representación de la familia Borbón encabezada por los Reyes don Felipe y doña Letizia. don Juan Carlos y doña Sofía llegaban la princesa Irene de Grecia y por la Infanta doña Pilar. las infantas doña Elena y doña Cristina. El rey Simeón y doña Margarita siempre han tenido con don Juan Carlos y doña Sofía un trato familiar, sus hijos se criaron juntos y las excelentes relaciones han pasado de generación a generación.
En esta misa de recuerdo rindieron a Kardam un enorme homenaje personal los Reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, y las princesas Beatriz y Laurentine, quienes volaron hasta Madrid para estar presentes como los amigos cercanos de una familia que vivía un momento de enorme tristeza.
Todos recordando al príncipe de Tirnovo. Un título que quedó en manos de su hijo mayor, así como el primer puesto en la línea de sucesión a los derechos dinásticos al trono de Bulgaria, después de su abuelo, Simeón II.
Miriam de Ungría, la princesa de Tírnovo
La muerte de Kardam fue un duro golpe para Miriam de Ungría . La princesa hizo un cambio radical de vida hace dos años, pero, contrariamente a lo que se ha publicado, no recibió un nuevo nombre cuando contrajo matrimonio. Se le ha atribuido el de Maryam, pero sigue siendo Miriam y, ahora, princesa Miriam Ghazi. Asimismo, y según diferentes informaciones, hemos podido saber que no se ha convertido al Islam, como se había dado por hecho, y que continúa siendo cristiana ortodoxa. Esta es la fe que abrazó después del gravísimo accidente de coche que tuvieron en 2008 —su marido, el príncipe Kardam de Bulgaria, falleció en 2015 debido a las secuelas— y continúa practicando, aunque fue bautizada como católica.
En la actualidad, además de princesa de Jordania, Miriam lleva los títulos de princesa de Tírnovo y princesa de Bulgaria, al igual que sus hijos: Boris, príncipe de Tírnovo, que ha sido designado por su abuelo el Rey Simeón como ‘guardián de la Corona’, y Beltrán, príncipe de Bulgaria. Como nos cuentan fuentes cercanas, Miriam pasará el mes del Ramadán en Madrid.
El deseo de Simeón, el último rey de los búlgaros
Siempre albergó la esperanza de regresar a casa, un sueño cumplido con lágrimas de emoción al viajar en 1996 como turista, y de dar gloria a su país, que hizo realidad también en 2001 como fundador del partido Movimiento Nacional Simeón II, con el que se presentó a unas elecciones.
Hijo del zar Boris III y de la reina Juana, fue proclamado Rey tras la muerte de su padre en extrañas circunstancias –posiblemente envenenado por los nazis- y con nueve años experimentó lo que se siente tras ser desterrado de su país y apartado de sus gentes. El último rey de Bulgaria, que nunca renunció a los derechos dinásticos, asumió la corona con seis años, vivió exiliado en España desde los diez y vio cumplido el sueño de viajar a su país como turista en 1995. Una vida y un destino singular el del hombre que ha sido testigo de la II Guerra Mundial –abandona Sofía con los bombardeos aliados-; de la vida de las familias reales en el exilio; la Guerra Fría; la caída del Muro; la Transición española, además de haber sido el único Monarca en la historia de Europa que consiguió ganar unas elecciones democrática. Fundó del partido Movimiento Nacional Simeón II y salió elegido Primer Ministro de la República de Bulgaria entre 2001 y 2005. Un hito en la Historia protagonizado por un monarca.
Ahora, a sus 86 años, Simeón cumplirá su deseo de reunir a su familia en el palacio de Vrana, situada en los alrededores de Sofía. Una propiedad que recuperó en 2020 después de que le fuese confiscado tras proclamarse la república en su país. Como él mismo contó en Mujer hoy, “mi madre, a los 50 años de la muerte de mi Padre, depositó en la tumba original del Rey Boris en el monasterio de Rila, la urna con su corazón. En 1946, las autoridades comunistas nos obligaron a trasladar los restos del Rey Boris al parque del palacio de Vrana donde vivíamos. A mediados de los años 50 la pequeña capilla en la que yacían sus restos fue volada. Poco tiempo antes del regreso a Bulgaria del 93 , nos habíamos enterado de que el corazón de mi Padre había sido conservado en el Instituto Anatómico Forense de Sofía”. Con esta cripta, podrá, al fin, reunir a sus antepasados.