Endulza la vida a miles de personas a través de su cuenta de Instagram bajo el nombre de Alma Cupcakes , trabaja también en Canal Cocina y tiene varios libros de repostería, pero su verdadero nombre es Alma Obregón y no, no tiene nada que ver con la conocida Ana Obregón ni con su familia. No hay ningún tipo de nexo familiar entre ellas y nunca se han visto en persona.
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La repostería es a día de hoy su gran sueño cumplido, aunque no imaginó que su camino acabara aquí. Ella estudió Comunicación Audiovisual, también la carrera profesional de piano y la carrera superior de violín, y fue cuando estaba estudiando el doctorado en Alemania cuando comenzó con sus recetas a modo de hobby … y terminó convirtiéndose en su profesión.
Alma es madre de tres hijos , Bruno, Lola y Chloe, está casada con el emprendedor Lucas Rodríguez, y compagina su faceta de madre de familia numerosa con su trabajo de repostera en televisión, redes sociales y libros con su otra pasión: la escalada. Y es que no hay nada que se le resista porque a base de ganas, esfuerzo y constancia siempre se llega a la cima y, si no, se aprende por el camino para seguir luchando por los sueños. Ahora acaba de lanzar un nuevo libro y hemos podido hablar con ella de dulces, familia, escalada y la receta de su éxito.
-Cuentas con una legión de seguidores en Instagram, trabajas en Canal Cocina y además eres autora de libros, ¿cómo has conseguido conquistar a la gente por el estómago?
-La verdad es que me siento muy afortunada de tener tanta gente que me sigue y que hace mis recetas. Creo que la repostería tiene algo de festivo que hace a la gente feliz y eso se transmite. Además, es una afición que viene genial para desconectar del estrés y del ritmo de vida tan ajetreado que llevamos hoy en día, y eso creo que es lo que atrae a mucha gente de mi cuenta.
-¿Te ha sido fácil llegar hasta aquí? ¿Alguna vez pensaste tirar la toalla?
-Me apasiona la repostería, así que es un sueño poder dedicarme a ello. Hay veces en que me puede el estrés o me siento un poco bloqueada buscando nuevas ideas, pero no podría tirar la toalla, me gusta demasiado lo que hago.
-Tu formación no ha tenido nada que ver con el mundo de la cocina, eres licenciada en Comunicación Audiovisual, ¿verdad? ¿Cómo acabaste aquí?
-Cuando me fui a estudiar el doctorado a Alemania me sentía muy sola y empecé con la repostería a modo de hobby . En seguida me sedujo y desde entonces no he parado. De ahí nació el blog y del blog los libros, los programas de tv… ¡Nunca lo había pensado!
-¿Eres una persona muy golosa?
-Súper golosa. Me encanta el dulce, en eso soy como mi padre.
-Te lo han preguntado mil veces, pero aquí va de nuevo: ¿tienes algo que ver con Ana Obregón?
-Nada de nada (ríe). Sé que siempre dicen que es mi tía, pero no tenemos parentesco alguno, es más, ¡nunca la he visto en persona!
-¿Recuerdas cuál fue la primera receta que hiciste y a raíz de la cuál te entró el gusanillo de la repostería?
-Cuando era pequeña, ayudaba mucho a mi madre en la cocina y recuerdo con mucho amor las veces que hacíamos crema pastelera, aunque siempre acabara quemándome la lengua por probarla aún caliente. Después, ya cuando estaba en Alemania, lo que me atrapó por completo fueron los cupcakes. Era pura obsesión.
-¿Hay alguna receta que se te resista?
-Soy muy cabezota, así que, cuando algo no me sale, lo peleo hasta que me sale. Los macarons en su momento me dieron muchos dolores de cabeza, pero no he parado hasta dominarlos. Pero, vaya, que siempre hay algo que lleva varios intentos hasta que se consigue, y nos pasa a todos los pasteleros profesionales. ¡Si saliera todo bien a la primera sería muy aburrido!
-Hay gente que dice que si se te dan bien los postres, no se te dan tan bien el resto de platos, ¿es tu caso?
-Me cuesta mucho hacer recetas ‘a ojo’, la verdad. Estoy acostumbrada a pesar y medir todo, así que cuando tengo que enfrentarme a algo que no está súper detallado me agobio (ríe). Pero si tengo una receta clara, me suele salir.
-Ahora lanzas un nuevo libro, ¿qué vamos a encontrar en él?
-En este libro he querido compilar todo lo necesario para que cualquier persona entre en el mundo de la repostería y, sobre todo, para que le quite el miedo. Creo que el miedo se quita entendiendo el porqué de las cosas y por eso está todo súper explicadito. Hay todo tipo de recetas, desde bizcochos a macarons pasando por croissants , galletas, tartas, financiers… y están ordenadas de fácil a difícil, para que a todas las personas que les guste la repostería encuentren algo que les haga disfrutar. Están además explicadas paso a paso, con ingredientes fáciles de encontrar, para que nada nos limite.
-¿Es difícil seguir innovando en la repostería o es un terreno en el que aún hay mucho por descubrir?
-Creo que es un mundo que no tiene fin. Cada día surgen nuevas cosas y es maravilloso. Esa es, sin duda, una de las razones por las que creo que me atrae tanto la repostería, que es creatividad pura.
-Otra de tus pasiones es la escalada, ¿desde cuando lo haces?
-Empecé hace 10 años con un amigo, pero cuando nacieron los peques lo dejé bastante aparcado. Hace dos años retomé y estoy enganchadísima, me encanta. Me desestresa un montón y me lleva a estar intentando superar mis límites a diario.
-¿Cuál es tu proyecto soñado escalando?
-Mi sueño es ir a escalar fisuras en Indian Creek, en Utah. Es la técnica de escalada que más me apasiona y allí son espectaculares. ¡Ojalá algún día lo consiga!
-¿Y tu mayor logro conseguido hasta la fecha?
-Estoy muy orgullosa porque hago mucha escalada clásica en autoprotección y siempre iba de segundo. Por fin he dado el paso a atreverme a ir de primera y la sensación de concentración y de superación es única. Me hace muy feliz.
-Además se te da bien la música, ¿qué instrumentos tocas?
-Estudié la carrera profesional de piano y la carrera superior de violín, pero el miedo escénico me llevó a desechar la idea de dedicarme profesionalmente. Hoy en día sigo practicando ambos instrumentos de forma esporádica, pero sí que muchas veces me da pena no haberme dedicado a la música ya que me apasiona. No podría vivir sin música.
-¿Te es fácil conciliar tu vida como madre de familia numerosa y tus hobbies?
-Tengo la suerte de que hago muy buen equipo con mi marido y entre los dos hacemos todo lo posible para que ambos podamos conciliar nuestros hobbies con el trabajo y la crianza. No es fácil y a veces vivimos estresados y agotados, pero merece la pena intentarlo.
-¿Tus hijos son buenos en la cocina también?
-Sí, sobre todo la mediana, Lola, es una súper chef. Le encanta cocinar y se le da bien tanto el salado (que aprende con mi madre) como el dulce. Los otros dos son cocinillas, pero en ella es pasión.
-¿Cómo les controlas el tema de los dulces? Porque con los niños es complicado, la mayoría son muy golosos.
-Pues creo que he tenido suerte porque han salido a su padre y no son muy golosos. Yo lo prefiero porque creo que si no en casa tendríamos un verdadero problema ¡siempre hay dulce por todas partes! Al final, la que más dulce como soy yo y también todo nuestro entorno (¡mis amigos y mis padres se ponen las botas!)
-Después de este libro, ¿cuáles son tus próximos retos de 2024?
-A nivel laboral estoy súper centrada en mis cursos online, acabo de lanzar uno de hojaldres y masas laminadas y ya estoy pensando en el siguiente, me apasiona la docencia. Aparte de eso, escalar mucho y disfrutar de muchas cosas con mis hijos, aprovechando que aún son pequeños y siguen queriendo hacer cosas con mamá.