La de Mercedes Carbonell , hermana del músico Pablo Carbonell y prima de la actriz Aitana Sánchez-Gijón, es una de esas pequeñas grandes historias que merecen la pena contar y parecen reconciliarnos con el mundo que nos rodea. Tuvo que afrontar hace doce años la pérdida de su hermana Nuria, aquejada del síndrome Prader-Willi, fue víctima de abuso sexual en Ecuador, intentó suicidarse cuatro veces y, tras separarse de su marido, el crítico de arte Pepe Íñiguez, decidió cambiar de aires y mudarse a Londres donde para ganarse la vida. Comenzó a trabajar en un residencia de ancianos y limpiando casas hasta que, poco a poco y prácticamente sin buscarlo, entró en contacto con algunas de las familias más importantes del Reino Unido.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Sin embargo, a pesar de su difícil historia, Mercedes, nacida en Cádiz el siete de septiembre de 1963, no pierde su sonrisa ni sus ganas de vivir, y, ni mucho menos, su pasión por la pintura, a la que se dedica desde que tenía dieciséis años. Licenciada en Bellas Artes en la Universidad de Sevilla, hoy en día es una de las retratistas más prestigiosas e innovadoras de Gran Bretaña y, una de las mujeres del momento gracias a una de sus últimas obras: un retrato de la princesa Charlotte, la mediana de los tres hijos de los príncipes de Gales, que fue admirado por la mismísima Reina Camilla en la galería Kindred Studios de Londres. “La verdad es que no esperaba tanta repercusión, estaba más centrada en la posibilidad de exponer uno de mis cuadros en la National Portrait Gallery”.
-Imagino, Mercedes, que tendrás unas obras más queridas que otras, ¿esta de Charlotte es una de las que más satisfecha estas?
-Yo cuando estoy más satisfecha es cuando estoy pintando mis cuadros y, una vez terminados, contemplo lo que he querido captar. En el caso de Charlotte, no veo solamente una niña, sino a una niña que podría ser reina si su hermano renunciara al trono.
-¿Qué fue lo que te llevó a retratarla? ¿Qué es lo que más te atraía de ella?
-Es que yo siempre he pintado muchos niños. Sus miradas siempre me han llamado mucho la atención. Un día me encontré una foto de Charlotte cuando tenía dos años y, contemplándola, me pregunté: ¿Cómo es posible que, con solo dos años, se parezca tantísimo a su abuela, la Reina Isabel? Me pareció espectacular su parecido y su presencia. Cuando la estaba pintando, no tenía la sensación de que estuviera retratando a una niña sino a una Reina.
“No esperaba tanta repercusión, estaba más centrada en la posibilidad de exponer uno de mis cuadros en la National Portrait Gallery”
-En la exposición del cuadro conociste precisamente a la Reina Camilla. Era la primera vez que conversabas con ella, ¿qué te comentó del retrato?
-Se quedó fascinada. Me dijo: ¡A esta niña la conozco! Le pareció maravilloso y me comentó que le dábamos envidia las personas que pintábamos y que a ella le habría gustado pintar. Le di mi tarjeta cuando se iba y le dije: “Llámame y cuando quieras te doy clases”. A mí lo más bonito que me ha pasado en la vida es dar clases. Para mí es una pasión.
-¿Ella no te insinuó la posibilidad de que la retrataras a ella?
-En ese momento, no. Y ya no te puedo contar más.
-Por cierto, ¿cómo ha acabado viviendo en Londres una gaditana como tú?
-Es que Londres me ha salvado muchas veces. Es una ciudad muy importante en mi vida. La primera vez me vine con dieciocho años para recuperarme de la pérdida de un amigo y la verdad es que me sentó muy bien. Y cuando decidí separarme de mi exmarido, el crítico de arte José Antonio Íñiguez, también decidí poner tierra por medio y venirme aquí. Además estaba muy tocada animícamente por el abuso sexual que había sufrido en Ecuador. Aquello me hizo no poder pintar durante casi siete años, porque no podía estar sola en una habitación. Fue una época en la que me tuve que renovar como distribuidora de aceites esenciales para una casa americana y depués diseñé un jabón que patenté. Ahora tengo mi sueño de hacer una exposición individual en la National Portrait Gallery y lo voy a conseguir. Todo los sueños se pueden hacer realidad en la vida, lo que hay que hacer es visualizarlos.
“La Reina Camilla me comentó que le dábamos envidia las personas que pintábamos”
-¿Te gustaría pintar también a los otros hijos de Guillermo y Kate Middleton?
-Es que yo no tengo ese tipo de expectativas, pero si me encargan sus retratos, claro que me gustaría. ¿Sabes a quién me gustaría pintar también? A Pablo Motos, en El Hormiguero. Además, me gustaría pintarlo en directo ,en el plató.
-¿Recuerdas cuál fue tu primer retrato?
-El primer retrato que yo hice fue de Lady Di a partir de un primer plano que se publicó en ¡HOLA!
-¿A los miembros de tu familia te gusta retratarlos o no lo has hecho?
-En casa del herrero, cuchillo de palo, aunque es verdad que a mi sobrina Mafalda, la hija de mi hermano Pablo, le he hecho dos retratos y a los tres hijos de mi hermana Elena también los he pintado. Pero ni a mi prima Aitana ni a mi hermano les he hecho un retrato. ¿Te lo puedes creer?
-¿Con Aitana tienes relación?
-Intentamos vernos, pero es complicado porque yo vivo en Londres y estamos muy liados. Me encanta como es Aitana, muy cariñosa y muy diva. Cuando actúa, voy a verla y luego cenamos juntas.