Amar es para siempre ha llegado a su fin en Antena 3 tras más de una década en emisión en la cadena de Atresmedia. Aterrizaba en la cadena privada el 14 de enero de 2013 para revolucionar las sobremesas y unir a millones de familias en torno a la ficción diaria española más longeva de la televisión. A los miles de mensajes de despedida que ha recibido, se suma el de Carmen Morales. La actriz ha querido mandar un mensaje muy especial a los que fueron sus compañeros de rodaje durante 91 capítulos en este triste adiós.
"En este jueves del recuerdo, mi recuerdo va para “Amar en tiempos revueltos”, comenzaba escribiendo la actriz en su perfil público. Ha continuado sus emotivas palabras dando la enhorabuena a todos sus compañeros y recordando su etapa en la citada ficción: "Felicito a los compañeros por tan precioso final de anoche. Yo estuve en 2 temporadas de Amar en tiempos revueltos a lo largo de 91 capítulos, donde mi personaje tuvo una vida de lo más azarosa, algo que para una actriz es maravilloso, el poder trabajar diferentes registros".
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Unas palabras que Carmen Morales ha acompañado de una preciosa secuencia de vídeos recordando sus mejores momentos: "El video es largo… de 6 minutos… pero es que tengo excelentes recuerdos de este trabajo, y quería compartir estos momentos, ya que me siento muy honrada de haber participado en esta producción que es ya historia de la televisión de España".
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La serie de sobremesa, con 12 temporadas y un total de 2.829 capítulos, ha sido una de las más longevas de la historia de España, y el desenlace de la historia ha supuesto un cúmulo de emociones tanto para los propios actores como para los espectadores, sobre todo con el guiño final a Amar en tiempos revueltos, la serie donde comenzó todo. Los seguidores han dicho adiós a la famosísima Plaza de los Frutos y sus vecinos, junto a los que han reído, llorado, vivido acontecimientos históricos, de superación, de lucha...
El papel de Carmen Morales
La actriz interpretó a Sor Lucía, una monja cariñosa y dedicada a los demás y que trabaja en un centro psiquiátrico cuidando a los pacientes. Tras su paso por el sanatorio mental como monja y enfermera, Sor Lucía cae en una fuerte depresión y cuelga los hábitos, desencantada de la vida religiosa y con dudas sobre su verdadera vocación. Lucía es una mujer humilde y recatada, pero con gran coraje, sentido de la justicia y espíritu de sacrificio, que tiene que descubrir el mundo y reconocerse como una nueva mujer.