Hace algo más de un mes, Patricia Pérez sorprendía a todos al desvelar la grave enfermedad que sufre su marido, Luis Canut, hermano de Nacho Canut, compañero de Alaska en Fangoria. Se trata de una meningitis criptocócica, contraída por las heces secas de las aves, de la que, once meses después, sigue recuperándose. Tan grave fue la situación que, durante el casi año y medio que estuvo ingresado, llegó a debatirse entre la vida y la muerte. Una situación que ha unido aún más si cabe al matrimonio, que empieza a ver la luz al final del túnel.
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La pareja era fotografiada por primera vez, tras los difíciles momentos vividos, en la estación de Atocha de Madrid, donde cogieron un tren con destino a Valencia, ciudad en la que viven. El día anterior, el productor audiovisual y publicista aseguró que “me encuentro muy a gusto conmigo y con mi vida” y dedicó unas románticas palabras de admiración a su mujer, que se volcó por completo en él a lo largo del annus horribilis que ha vivido: “Nunca me ha soltado la mano. Ella me salvó la vida y ha luchado como nadie”.
Por su parte, Patricia, sin poder contener la emoción, rompía a llorar cuando le preguntaron si llegó a temer por la vida de su pareja: “Esa pregunta me la hacen muchas veces y no la sé contestar. Yo no me imagino la vida sin él”.