Lo primero que pensó Carlos Franganillo cuando le llamaron de Mediaset para tomar el relevo de Pedro Piqueras fue: "Menudo marrón. ¿Por qué me tengo que ver en esta disyuntiva? ¿Por qué tengo que elegir entre algo bueno y algo bueno?". Así lo ha confesado en una entrevista concedida a Carles Francino en la Ser. "A veces cuando uno tiene que elegir entre algo bueno y algo malo es facilísimo, te lanzas, no hace falta ni pensarlo. Aquí pues tuve que darle muchas vueltas. Tuve que estar muchos días y muchas noches sin dormir, con muchas ideas que se me cruzaban", ha declarado.
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El periodista ha dicho que el proyecto que le ofrecía Mediaset era y sigue siendo muy atractivo, pero suponía decir adiós a Televisión Española, "un sitio donde estaba muy agusto, donde quería mucho a la gente y donde la gente me quería mucho". "Son las decisiones difíciles de la vida y es una decisión muy privilegiada porque las dos salidas eran buenas", ha asegurado.
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Finalmente, aceptó la oferta y el pasado 15 de enero debutó en Informativos Telecinco. "Los inicios son siempre duros, pero estoy muy contento y cada vez me siento más cómodo", ha manifestado. A pesar de la gran acogida que está teniendo su telediario, el presentador considera que todavía es pronto para relajarse. "Yo creo que hasta que no pase al menos un año, no me sentiré seguro. Estoy en fase de mucho aprendizaje, tratando de no meter la pata", ha explicado.
Franganillo era todo un referente en los informativos de Televisión Española, primero como corresponsal en Moscú y Washington, y luego como presentador del Telediario 2. Su carrera estaba tan vinculada al ente público que se sintió "un poco traidor" por aceptar la oferta de Mediaset. "Uno se siente un poco traidor porque yo no tengo nada que recriminarle a Televisión Española. Al final se lo debo prácticamente todo, todas las oportunidades que se me han dado, todos los viajes, todas las coberturas... Es que me siento y me sentía un gran privilegiado, entonces uno se siente mal, claro que te sientes mal", ha afirmado.
Según el periodista, trabajar en un medio de comunicación como la televisión o la radio crea unos lazos muy especiales con los espectadores y oyentes, lo que dificulta mucho más la salida de un trabajo y la llegada a uno nuevo. "No es como cambiar de trabajo en una empresa diferente de otro sector, donde uno da un aviso de 15 días y adiós, y empiezas una nueva etapa. Aquí hay unos componentes emocionales muy profundos para el que trabaja y para el que ve y lo hace todavía un poco más complicado", ha expresado.