Con mucha ilusión, felices, pero sobre todo con tranquilidad, Ana Guerra y Víctor Elías están preparando todos los detalles de su boda. Fue el pasado mes de octubre cuando anunciaron su compromiso y, ahora, la cantante y el músico y actor nos han desvelado que será en otoño cuando se den el ‘sí, quiero’.
La música los ha unido y, sin perder el compás, han decidido dar este importante paso. Estaban hechos el uno para el otro, aunque nada más conocerse chocaron e incluso no se caían muy bien, pero ‘la complicidad’ —la canción de la artista Vanesa Martín— hizo que empezaran a verse como algo más que dos compañeros de trabajo y que surgiera, poco a poco, algo muy bonito entre ellos.
Eran dos notas sueltas que han encajado a la perfección, en un pentagrama que quieren seguir escribiendo juntos y, como cantaba Fran Perea en Los Serrano —serie con la que Víctor saltó a la fama— uno más uno son siete pero, en su caso, el gran día de su ‘uno más uno’ dará como resultado una gran suma de artistas y actores —cómo no, de los Los Serrano y Operación Triunfo—, además de su familia, sus amigos y, por supuesto, sus perros, Dumbo y Jack.
Sobre los preparativos, los detalles de su enlace, sus invitados y la curiosa historia de cómo comenzaron su relación, hemos hablado con ellos en una cita llena de música, miradas cómplices, bromas y, sobre todo, mucho amor.
“El ingrediente principal de nuestra boda será la música y la ceremonia estará oficiada por Fran Perea”
—Ya ha empezado la cuenta atrás. ¿Cuándo os casáis?
—ANA: El jueves 31 de octubre. Es Halloween, pero no es una boda temática, vamos a dejarlo claro —dice riendo.
—VÍCTOR: Queríamos que la gente fuera de lo que quisiera —bromea.
—A: Lo hacemos ese día porque la mayoría de nuestros amigos se dedican al mundo del arte, y los fines de semana tenemos mucho trabajo. Además, al día siguiente, 1 de noviembre, es fiesta, entonces cuadra muy bien.
—¿Dónde será?
—A: En Madrid.
—No has tirado entonces para tu tierra, Canarias.
—A: No, porque yo tengo un círculo de personas superchiquitito. Mi familia también es pequeña, entonces es menos jaleo mover a la gente de Tenerife a Madrid.
—¿Dónde será el enlace?
—V: En la finca Prados Moros, que está en Guadarrama. Allí haremos una ceremonia civil y la celebración.
—A: Es para nosotros una finca perfecta, porque es suficientemente grande para la cantidad de invitados que tenemos, que son unos 350, pero se ve acogedora. Tiene embarcadero y una playa, que no me puede faltar a mí algo de playa.
“Somos muy afortunados de tener grandes amigos artistas como Alejandro Sanz, Álvaro de Luna, Dani Fernández, Nil Moliner o Pablo López, que están invitados”, dice la cantante
—¿Estáis nerviosos?
—V: La verdad es que no, somos dos novios bastante atípicos. Creo que la demostración de que es la persona con la que me quiero casar es que los dos estamos tranquilos. No nos sentimos como que esto es la boda del año y supone nuestra relación. Es un paso que nos apetece dar… De hecho, quizás estamos excesivamente tranquilos.
—¿Lo estáis organizando vosotros, o contáis con ayuda?
—Lo estamos haciendo con las wedding planners Petite Mafalda, que nos están echando un buen cable.
—V: Y tenemos una parte muy positiva y es que lo más complicado, que es la fecha, la finca, la música, fotos y vídeo, ya lo tenemos.
—La música tendrá que ser muy especial, siendo dos músicos.
—A: El ingrediente principal de la boda es la música.
—V: Nuestra idea es que sea tipo boda americana, pero que no quede hortera. Queremos un coro de góspel en la ceremonia, que interprete canciones que significan mucho para nosotros, y estará oficiada por Fran Perea.
—V: Luego, a lo mejor, se une alguien más con él pero, por el momento, Fran Perea está seguro.
—¿Y el resto de la música?
—V: Queremos tener también un grupo en el cóctel y otro en la fiesta.
—A: Si en algo coincidimos musicalmente Víctor y yo, es que somos amantes de los boleros. Eso fue el primer match que tuvimos cuando nos conocimos, y es rarísimo que a dos personas tan jóvenes nos gustaran los boleros y, por eso, no van a faltar. Por otro lado, él hizo la carrera de jazz, así que también habrá.
—Ana, ¿tú cantarás algo?
—Cantaré, pero no sé en qué momento, no me quiero poner presión con eso. Igual canto, pero ya de forma distendida.
—Perros también habrá en vuestro gran día, empezando por los vuestros, ¿no?
—V: Queremos que sea pet friendly. Tenemos la suerte de que la finca tiene un servicio de cuidadores, que se quedan con ellos durante la ceremonia, y también les pueden enseñar a hacer algo, por si queremos que participen en la ceremonia. Pero habrá que verlo.
—A: A mí me encantaría que aparecieran los perros con los anillos o algo así, que hicieran el paseíllo, o que salgan conmigo.
—V: Dumbo va a ir a tu lado seguro y Jack, mordiéndote —ríe.
“Mi prima, la Reina Letizia, claro que está invitada, es familia. Hace mucho que no la veo y no sé qué pasará. Tengo más relación últimamente con su padre y su hermana”, confiesa Víctor
—Ana, ¿tú tenías a Dumbo y Jack es de Víctor?
—A: Él adoptó a Jack ya estando conmigo, cuando llevábamos un año.
—Algo de protagonismo tienen que tener, que también son de la familia.
—V: Al final todo el mundo quiere que su boda sea especial y única, que es una cosa muy complicada, pero también todo el mundo quiere no caer en los clichés. Entonces, como yo he tocado mucho en bodas con los grupos de versiones con los que trabajo, hay mil cosas que he visto y tengo clarísimo qué no quiero hacer. Pero claro, hay cosas que no hay otra manera de hacerlas.
—¿Te veo experto en bodas?
—A: ¡No sabes bien! Toda la boda la está creando él y es el que tiene más gusto de los dos.
—V: No, mi amor.
—A: Ha conseguido que mis damas de honor no vayan vestidas de lila feo —ríe.
—V: ¡Eso sí! Pero he de decir que no lo he conseguido solo yo, lo ha conseguido también una de tus damas de honor.
—¿Quiénes serán los padrinos?
—V: Queremos llevar cada uno como cuatro madrinas, cuatro padrinos y entrar todos juntos. Queremos tener a nuestra gente más cercana. La idea es darnos la vuelta y que lo que veamos sea el recorrido de nuestra vida, tanto lo que nos ha unido, como la gente que ha estado siempre.
Más de 300 invitados, desde artistas a ‘royals’
—¿Qué personas estarán invitadas?
—V: Habrá que ver los que pueden venir y los que no. Pero la lista de invitados la engordan los 16 de Operación Triunfo y sus acompañantes.
—A: Ya solamente con eso… ¡Y eso que no gané OT y no estoy usando el premio para invitarles a cenar! —dice entre risas—. También estará toda nuestra familia y amigos, y somos muy afortunados de tener grandes amigos artistas como Alejandro Sanz, Álvaro de Luna, Dani Fernández, Nil Moliner, Pablo López, profesores de OT como Manu Guix… que están invitados y veremos si, por sus agendas, pueden acompañarnos en este día.
—V: Y mi familia ficticia de Los Serrano, que vendrán todos. También Rossy de Palma, porque era muy amiga de mi madre y me ha visto crecer.
—Víctor, tú eres primo de la Reina Letizia. ¿Está invitada?
—V: Claro que está invitada. Hace mucho que no la veo y no sé muy bien qué pasará. Tengo más relación últimamente con su padre y con su hermana, pero a ella hace mucho que no la veo. Evidentemente, hay una parte de protocolo y otra de familiaridad, porque es normal que en tu boda invites a la familia. Enviaremos la invitación a través de mi tía Marisol, que es su tía abuela y mi tía abuela también, que es la que nos queda de las mayores de la familia y la que más relación tiene con ella. Pero bueno, esto siempre ha sido algo particular, especial… Hasta qué punto parece también que somos nosotros los que nos estamos aprovechando de esto y es todo lo contrario porque, a veces, nos perjudica, a veces parece que la noticia es esa y no lo que estamos haciendo en el momento. Pero bueno, desde luego que invitada está.
—Ana, ¿tú la has conocido ya?
—A: No, y siempre que me lo dicen respondo que nunca me han preguntado tanto por una persona que no conozco. Evidentemente, si va a venir a la boda, me gustaría conocerla antes, porque hacerlo ese día es un poco raro.
En busca de su vestido
—¿Os preocupa algo de los preparativos? ¿Tenéis algo que os quite un poco el sueño?
—A: Bueno, a mí me lo quita un poco el tema vestido de novia, porque estoy todavía como con diferentes propuestas encima de la mesa, y siento que ahora, como además estoy haciendo un programa de baile, no me quiero tomar las medidas aún, porque estoy bailando muchas horas al día e igual no van a ser las reales. Tengo un poco de presión, porque sé que el vestido es una de las cosas que despiertan más expectación en las bodas, entonces estoy haciendo el ejercicio de intentar restarle un poco de importancia a ese aspecto, y que sea lo que yo quiero y con lo que me sienta identificada.
—¿Tienes alguna idea? Sin darle pistas a Víctor, ¿quieres, por ejemplo, un vestido tradicional?
—A: Me lo haré a medida pero, antes de decidirme, quiero probarme varios diseños porque, aunque desde niña en mi cabeza siempre he tenido un corte más tradicional, todo lo que me ha rodeado de moda este año, que pensaba que no iba a ponerme nunca, me ha encantado y el concepto de la moda me ha ido cambiando. Igual hay una simbiosis perfecta entre algo tradicional con un toque moderno.
—Vuestra boda es el final feliz de algo que no comenzó con buen pie porque, cuando os conocisteis, no os caíais bien, ¿verdad?
—V: De hecho, todavía no nos caemos muy bien, pero nos hemos enamorado —ríe.
—A: Nos conocimos en 2018, en los Premios Dial, que él dirigía. Yo acababa de salir de OT y me acerqué a pedirle una foto a Fran Perea, y a enseñarle una que me hice con él cuando era pequeñita. Y en ese momento, estaba hablando con Víctor.
“Mis compañeros de Operación Triunfo estarán a nuestro lado ese día, al igual que la familia ficticia de Víctor en la serie Los Serrano”, nos cuenta Ana
—¿Cuándo os volvisteis a ver?
—A: Estábamos buscando director musical para mi gira, e hicieron un casting a ciegas. Solamente una persona del equipo sabía quién estaba detrás de cada presentación musical y, cuando desvelaron que el nombre del que elegí era Víctor, yo iba un poco con el cliché de ‘mira a este chico de Los Serrano que se dedica a la música’; tenía como poca confianza en él e iba con mis ideas superclaras. Entonces él, que también es muy bueno en lo que hace y enseguida tiene un concepto claro para cada artista, propuso muchas cosas y chocó conmigo.
—Como un choque de dos trenes.
—A: Yo me puse bastante ‘farruca’ y luego el destino nos unió, porque Cadena Dial decidió que yo presentara ese año la gala, con lo cual en mi gira yo era su jefa, pero en Dial lo era él. Teníamos un medley para arrancar la gala y yo cantaba un cachito de cada canción de los artistas premiados, y quedamos para elegirlas. Entonces, de Vanesa Martín dije Complicidad, y añadí ‘la que nos falta’, y él me respondió ‘o la que nos sobra’. Y ese día, cambió algo.
—V: Ese día también hablamos por primera vez de por qué cada uno era así, y entendí que ella tenía esas imposiciones por todas las que le habían puesto anteriormente, y esa era su gira más libre.
—Ana, si en ese momento te dicen que vas a acabar casándote con él, ¿cómo te quedas?
—A: ¡Olvídate! Recuerdo que en esa reunión tenía un asistente que nos decía: ‘chicos, por favor, tranquilos’. Cuando Víctor se fue, yo le decía ‘¿qué se cree el tío este?’. Yo tenía el ego por las nubes en aquella época, era para darme de comer aparte, no lo había trabajado.
—V: Pero a raíz de lo de la complicidad, a mí me empezó a pasar algo; creo que me sentí muy identificado con su falta de libertad, y lo que significaba para ella la libertad de ese disco, y empecé a escribirla y a preocuparme por ella de otra manera.
—A: Dile cómo me llamabas.
—V: Una ‘pistacha’… porque no contestabas nunca.
—Y de repente, pasáis a ser algo más que compañeros de trabajo.
—A: Sí, y yo pensaba que mezclar trabajo y amor lo acababa fastidiando todo. Yo era superdiferente a como soy ahora, y él siempre le ha quitado mucho hierro a todo y ha hecho de la vida algo normal, que yo no tenía normalidad en mi vida. Él me hizo vivir el amor normal otra vez, que yo lo había perdido. El amor y la vida. El poder ir un domingo al cine y ver que no pasaba nada.
—¿Os fuisteis a vivir juntos pronto?
—V: Al año, y nos costó trabajo.
—A: Porque estábamos como reteniéndonos el uno al otro, intentando retrasarlo.
—V: No queríamos meter la pata, porque teníamos alguna imagen de que esto podía ser para siempre, y dijimos ‘no cometamos los errores que hemos cometido en otras relaciones por correr’.
—Y encajaron todas las piezas del puzle perfectamente.
—A: Es uno de los indicativos de que estás con la persona correcta, que todo va rodado, que todo es fácil, que todo es simple. Hombre, tenemos nuestros días, por supuesto, no vamos a dar una imagen de unicornios de colores, pero… pero todo es fácil.