Ira de Furstenberg ha fallecido en Roma a los 83 años, según informa la prensa italiana. La princesa, cuyo nombre real es Virginia Carolina Tereza Pancrazia Galdina von Fürstenberg y tenía tratamiento de Alteza Serenísima, era hija del príncipe austro-húngaro Tassilo von Fürstenberg y de Clara Agnelli, nieta del senador Giovanni Agnelli, el fundador de la Fiat. A pesar de haber crecido en un impresionante palacio veneciano, adoraba la sencillez, tuvo una vida apasionante en la que España siempre ocupó un lugar privilegiado en su corazón y tenía un estrecho vínculo con Marbella, de cuya época dorada fue una de las grandes protagonistas.
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La princesa Ira, a la que su padre comenzó a llamar así en honor de una tía que falleció siendo muy joven, tenía 15 años cuando contrajo matrimonio en Venecia con Alfonso de Hohenlohe-Langenburg, empresario e histórico promotor de Marbella y fundador del Marbella Club, que se convirtió en el destino predilecto de estrellas internacionales como Audrey Hepburn o Brigitte Bardot. Fruto de aquel matrimonio que finalizó en 1960 nacieron Christopher, cuyo fallecimiento en 2006 fue el golpe más dolorosos de su vida; y Hubertus. Este último es esquiador olímpico, fotógrafo y cantante además de compartir su vida con Simona Gandolfi.
Un año después de la separación volvió a contraer matrimonio, esta vez con Francisco ‘Baby’ Pignatari , un industrial brasileño al que ha definido en alguna ocasión como el hombre de su vida y del que dice que le ayudó a cambiar el estilo de vida que llevaba hasta el momento. Su unión, aunque finalizó tres años después, supuso el inicio de una nueva era para la Princesa, que era un icono de belleza, sofisticación y glamour. No en vano, Ira de Furstengerg inició su carrera como actriz apareciendo en la película Sin rival. Aquella comedia que protagonizaba junto a Patrick O'Neal le abrió las puertas de la industria cinematográfica, en la que siempre destacó el compañerismo que Anthony Quinn le mostró.
Mientras se consagraba como estrella del celuloide, la princesa Ira comenzó a interesarse por otras vertientes del arte y encontró en Rainiero de Mónaco un gran impulsor de su talento. Su proceso de creación de piezas decorativas, según narró en ¡HOLA!, pasaba por comprar "cosas por todos los países del mundo y después les doy formas diferentes y las monto de una manera muy personal". Cada año desde finales de los 90 solía hacer diferentes exposiciones "por toda Europa con estas piezas enriquecidas con oro.
Inquieta y polifacética, Ira de Furstenberg era una apasionada de los viajes. Tenía su residencia fijada en Roma, pasaba etapas entre Nepal, India y Filipinas y su refugio se encontraba en España, concretamente en la localidad malagueña de Ronda. Desde hace una década solía pasar los veranos en Las Monjas, un antiguo monasterio del siglo XIX que su primer marido transformó en cortijo y que ella posteriormente reformó y decoró para adaptarlo a su estilo.
Se trata de un oasis de paz con una superficie de 1.200 metros cuadrados rodeados de más de 200 hectáreas, 20 de las cuales están destinadas a viñedos en los que Alfonso de Hohenlohe, ayudado por su buen amigo el marqués de Griñón, produjo el primer vino tinto de la localidad, bautizado como Príncipe Alfonso. En este enclave, a Ira le gustó hasta el final ejercer de anfitriona con amigos, mostrarles la cultura española y descubrirles la Goyesca, una de las citas más destacadas de la tauromaquia.
Su última gran celebración
En 2022, con motivo de su 80 cumpleaños aunque dos años más tarde debido a la crisis sanitaria, la Princesa celebró una fabulosa fiesta en un marco incomparable: el Palacio de Liria de Madrid. En este emblemático edificio de estilo neoclásico y construido en el siglo XVIII celebró una velada velada única de la que ¡HOLA! mostró todas las imágenes. Estuvo acompañada de más de cien personas, sus familiares y amigos, un amplio círculo del que forman parte aristócratas, primeras fortunas del mundo, artistas y miembros de la jet set internacional.
Aquel día, en el que su mejor regalo fue soplar las velas rodeada de su entorno, nos explicó que sus problemas de salud, esos que la mantuvieron alejada de los focos, habían quedado atrás: "Ahora que ya estoy bien, ¡estoy tan aliviada que me volvió la vida al cuerpo y la alegría a la cara!". También echó la vista atrás y nos contó su recuerdo más feliz. "¡Son tantas vidas distintas! Lo que sí recuerdo con cariño es mi época de actriz en Italia y también en España. Creo que fue la etapa más dura y satisfactoria de mi vida, pero, al final, me arrepiento de no haber seguido haciendo cine. Aunque mis objetos preciosos son mi pasión de hoy, el cine lo es más todavía", dijo.