Como cada año, el Museo de Historia Natural de Londres eligió las fotografías finalistas del concurso ‘Wildlife Photographer of the Year’ y, en la categoría del voto del público, ha habido una clara vencedora, la llamada ‘Cama de hielo’. Se trata de una conmovedora imagen de un oso polar durmiendo en un pequeño bloque de hielo, que refleja el impacto del calentamiento global sobre algunos hábitats.
Otras instantáneas muy alabadas son las que aparecen junto a estas líneas. Desde el beso por partida doble de dos leonas a un cachorro, en Masái Mara hasta la silueta de un pájaro gigante dibujada en el cielo de Roma por una bandada de estorninos en pleno vuelo, y al lado, una libélula muy confiada.
El amor está en el aire y en la naturaleza: el San Valentín más animal
No solo los humanos tenemos la capacidad de sentir amor; en el reino animal también se enamoran, quizá no como en las películas, pero lo saben demostrar de las maneras más románticas. Hay especies de animales que eligen a un compañero de viaje para formar una familia y pasan juntos el resto de sus vidas, como ocurre con los pingüinos, cisnes, cigüeñas y águilas, ya que las aves suelen ser monógamas y crean fuertes vínculos con sus parejas.
También los hay que se enamoran a primera vista y pueden pasar varios días cortejando a las hembras, como es el caso de los caballitos de mar, que tienen fama de ser los más románticos, tanto que se dice que a veces llegan a morir de amor cuando sus parejas desaparecen. Otros animales que inevitablemente están relacionados con San Valentín son los flamencos, con cuyos cuellos llegan a ‘dibujar’ perfectos corazones; aunque para cuellos largos los de las jirafas, que demuestran su cariño con abrazos imposibles.