Sábado 10 de febrero. Valladolid se convirtió en el epicentro del cine español en una noche mágica, llena de reencuentros, amor y emoción, donde Bayona y el equipo de La Sociedad de la Nieve alcanzaron la cima de los Goya, convirtiéndose en la tercera película más premiada de su historia al llevarse 12 ‘cabezones’. Fue la clara triunfadora de la 38º edición, y su destino parecía estar escrito cuando las estrellas y las personalidades más destacadas del cine y la cultura aterrizaban en el teatro de la ciudad castellano-leonesa en una gélida noche de invierno. Fue un acontecimiento muy especial para los jóvenes actores, Enzo Vogrincic, y el premiado Matías Recalt, que han alcanzado la fama mundial por sus memorables actuaciones en la cinta de Bayona, y vivieron sus primeros Goya con una mezcla de nervios y emoción. El glamour de la alfombra, la euforia de los fans y las luces de los flashes aún se tornan extrañas para ellos, que se mostraron en todo momento conmovidos y con palabras de agradecimiento por la acogida de nuestro país a la historia de los supervivientes de los Andes.
Fue una noche única donde se celebró la cultura y el séptimo arte español, cargada de momentos que pasarán a la historia de los Goya, y marcada en rojo para las estrellas, cantantes y artistas. Y como buen espíritu español, cualquier acontecimiento es perfecto para convertirlo en una fiesta. Durante la ceremonia de los Premios, la marca de tequila Don Julio acondicionó una sala especial, para aquellos que fueran a entregar los galardones. Un espacio de reunión, charla y preparación antes de salir al escenario. Invitada a esta sala estuvo Isabelle Junot, que no quiso perderse el evento y que acudió con un total look de Giorgio Armani, un vestido de archivo de la firma y una original capa, y joyas de Leandra.
También pasaron por esta sala parejas como Macarena Gómez y Aldo Comas, que se convirtió en ‘dj’ para amenizar la fiesta. Tampoco faltaron Marta Hazas y Javier Veiga, actrices como Hiba Abouk, Ana Rujas o Greta Fernández, quien entregó el premio de mejor película europea a Anatomía de una caída junto a Enzo Vogrincic.
Una vez se apagaron los flashes y los focos del escenario, cuando los nervios de los nominados y la emoción de los premiados se habían apaciguado, la noche daba paso a la fiesta de Bululú, en el Círculo del Recreo y el Club 1844 de Valladolid, organizada por Orson Salazar, marido de Paz Vega. Desde hace años, el empresario está detrás de la plataforma a cargo del cóctel post-gala, donde una vez más se dieron cita las estrellas del momento.
No hay Goyas sin el after party más glamuroso y exclusivo de la industria cinematográfica. Había llegado el momento de divertirse, de celebrar y de bailar. Todo sin olvidarse del cine, que seguía presente como telón de fondo.
Este evento VIP reunió a personalidades como los directores -y maestros de la ceremonia de esa noche- Javier Calvo y Javier Ambrosio, los actores Pol Monen, Miguel Ángel Muñoz, Fernando Tejero, La Dani -nominado al premio actor revelación-, la actriz Kira Miró , Cayetana Guillén-Cuervo; influencers como María Lozano e Ignacio Ayllón; David Bisbal y Rosanna Zanetti, entre otros.
La celebración fue el broche de oro a una edición de los Goya donde estrellas y promesas emergentes se fusionaron en un espectáculo de cine y diversión, y bailaron al compás de la música de la cantante Mel Omana y el DJ Mygal. Donde una vez más, se festejó el talento y el orgullo de la industria cinematográfica española.