Antes de morir, el 7 de marzo de 2008, Luisa Isabel Álvarez de Toledo, XXI duquesa de Medina Sidonia y conocida como la duquesa Roja por sus convicciones políticas, aglutinó todos los tesoros familiares -el palacio, el archivo, las obras de arte y los muebles- en una fundación y se casó in articulo mortis, con quien había sido su secretaria, Liliane Dahlmann, a la que nombró presidenta vitalicia de la institución. Sus tres hijos, Leoncio, Pilar y Gabriel, nacidos durante su matrimonio con el jinete Leoncio González de Gregorio, se quedaron al margen de la gestión del patrimonio y desde entonces luchan por la legítima, pues según la Justicia, fueron privados "de manera indebida" de su herencia, un patrimonio valorado en 56 millones de euros.
Este miércoles, Dahlmann fue condenada por la Audiencia Provincial de Cádiz a seis meses de prisión y a indemnizar al promogénito de la duquesa y actual titular de la Casa de Medina Sidonia con 278.678 euros, más intereses, por un delito de apropiación indebida, por haberse apoderado, en perjuicio de los herederos, de la totalidad del dinero que, a la muerte de Luisa Isabel Álvarez de Toledo, estaba depositado en sus cuentas de titularidad en un banco londinense.
Esta resolución también incluye la inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, tres meses de multa por importe de 1.350 euros, y a la indemnización 278.678,32 euros se le debe sumar los intereses legales calculados de conformidad con las leyes y las costas procesales.
En el juicio, celebrado el pasado mes de noviembre, Eduardo Ferreiro, abogado del primogénito de la duquesa Roja, expuso que el importe de dichas cuentas, que ascendía a 466.960,25 euros, fue adjudicado a su cliente para ser destinado al pago de deudas de la herencia, pero fue retenido por Dahlmann con la excusa de que se trataba de unas cuentas de titularidad compartida.
El letrado de Dahlmann, por su parte, dijo que su clienta era cotitular de dichas cuentas en 2008, pero que cuando falleció la duquesa Roja y se repartió la herencia, renunció a la cantidad que había en ellas y se lo otorgó a las albaceas, por lo tanto, no puede devolver ese dinero porque no es suyo. Además, sostuvo que con esta denuncia lo único que pretendía Leoncio era destituir a Dahlmann como presidenta de la Fundación Casa Medina Sidonia, inhabilitarla legalmente y asumir él el cargo.
La resolución judicial no es firme y el abogado de Leoncio-Alonso González de Gregorio ha anunciado que, a pesar de que la sentencia les ha sido favorable, recurrirá al Tribunal Supremo en busca de una condena más elevada debido a la gravedad de los hechos.
Luisa Isabel Álvarez de Toledo nació en Estoril (Portugal) el 21 de agosto de 1936 y ostentaba el título de XXI duquesa de Medina Sidonia, uno de los más antiguos de España. Era tres veces Grande de España y tenía, además, 12 títulos reconocidos por el Cuerpo de la Nobleza Italiana. En 1955 contrajo matrimonio con Leoncio de González y Martí, con quien tuvo tres hijos: Leoncio, conde de Niebla; María del Pilar, duquesa de Fernandina, y Gabriel. La felicidad de la pareja no duró mucho y el matrimonio se rompió cinco años después.
Tras el accidente nuclear de Palomares, en 1967, la duquesa de Medina Sodonia encabezó un movimiento en el que reivindicaba los derechos de los labradores. Este hecho la llevó a ser procesada y encarcelada entre marzo y noviembre de 1969. Un año antes había publicado el libro La huelga, obra que le supuso el paso por un Juzgado militar. Estos acontecimientos la obligaron a autoexiliarse en Hasparren, en los Pirineos atlánticos, donde permaneció siete años. En 1976 regresó a España, fijó su residencia en Sanlúcar de Barrameda e hizo de un palacio del siglo XVI su nuevo hogar. Desde entonces, la duquesa de Medina Sidonia se dedicó a recopilar todos los archivos y documentos históricos familiares, dando lugar al mayor archivo privado de España. En 2007, el entonces príncipe de Asturias le hizo entrega de la Medalla al Mérito en las Bellas Artes. Un año después, falleció a causa de una neumonía y comenzó la lucha entre su viuda y sus hijos por su legado.
En una entrevista concedida a ¡HOLA!, María del Pilar, duquesa de Fernandina, dijo que no le había sorprendido que su madre les hubiera desheredado. "Me lo esperaba. Sabía que íbamos a tener problemas. Intenté hablar con Lilian Dahlmann a la muerte de mi madre para resolver el conflicto pacíficamente, pero no fue posible", confesó. En estos años, tanto ella como sus hermanos han luchado en los tribunales por el reconocimiento de sus derechos. "Nosotros tenemos razón legal y esperamos que haya un destino estupendo para este archivo, pero siempre reconociendo nuestros derechos", puntualizó.