Hacía una noche gélida en Valladolid. Tanto que alguien le gritó a Enzo Vogrincic a su llegada que eso sí que era frío —y no lo del rodaje en Sierra Nevada le faltó decir—, y el actor uruguayo, abrumado por la expectación a su paso, sonrió tímidamente. El furor con el que fue recibido junto a su compañero, el argentino Matías Recalt, auguraba una noche especialmente cálida —valga la paradoja— para Jota Bayona y su troupe de La sociedad de la nieve . Tras entregarse los dos primeros premios, a los que la película no estaba nominada, llegaron diez seguidos, un auténtico alud, si nos permiten la expresión, en menos de una hora de ceremonia: mejor vestuario, efectos especiales, maquillaje y peluquería, actor revelación, montaje, fotografía, sonido, dirección de arte, dirección de producción y música original.
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Del triunfo en los Goya al sueño del Oscar: apenas sin tiempo para celebrar sus doce premios, J. A. Bayona ponía rumbo a Los Ángeles para asistir al tradicional almuerzo de nominados
Así empezaba la velada, que terminó con otros dos cabezones más, el de mejor director y mejor película, para la epopeya de los Andes. Total, doce premios de los trece a los que optaba y la medalla de bronce en el podio de los Goya como la tercera película más premiada de la historia, tras Mar adentro (Alejandro Amenábar) y Ay, Carmela (Carlos Saura). J. A. Bayona se emocionó una vez tras otra, casi no se sentaba en la silla cuando volvía a subir al escenario para recoger galardones… pero también para entregar uno de los más especiales, el Goya Internacional a Sigourney Weaver, a la que dirigió en Un monstruo viene a verme. Ella, que ha vencido a Alien, ha defendido a los gorilas, fue una working girl, una policía con agorafobia, luchó contra fantasmas y ha tenido hasta un avatar… Pero no por aparecer en grandes producciones de Hollywood se es una estrella, el hábito no hace al monje, como decimos en España; lo que la convierte en una estrella es su calidad humana. Por si nos lee en su “nave” de regreso a Estados Unidos: teniente Ripley, es usted muy grande.
Belén Rueda impactó sobre la alfombra con un vestido de inspiración arquitectónica emulando la forma y el color original del museo Guggenheim de Nueva York
La explosión de la buena cosecha de cine patrio —342 producciones con alguna nominación— reunió a todos con ganas de celebrar.
Todo al rojo: de Blanca Romero a Aitana Sánchez-Gijón, muchas invitadas apostaron por el color de la temporada
Y en esta fiesta de cine español , en la que todos se juntan para hacer historia y contar historias, hubo inclusión y diversidad —películas que hace una década ni se hubieran imaginado— y también condena tajante de los abusos de poder y la violencia contra las mujeres en cualquier ámbito de la sociedad. Fue también la ceremonia da la 38ª edición de los Goya una noche de amor al cine, de parejas, amigos, homenajes y, de nuevo, históricos y sorprendentes reencuentros. Si la pasada edición Penélope Cruz protagonizaba uno de ellos con sus “hermanas” de Belle Époque, en esta ocasión volvía de la mano de Pedro Almodóvar en el 25 aniversario de Todo sobre mi madre . Sí, parece mentira, cinco lustros han pasado desde aquel “Peeedro” de la actriz al leer la tarjeta cuando el filme ganó el Oscar, en 1999. Ella misma se reía al recordárselo los periodistas: “Me parece increíble que hayan pasado ya 25 años desde que rodamos Todo sobre mi madre. Y estar hoy en el escenario con Pedro y mis compañeras de la película me emociona mucho”, señalaba. “¡Y está más guapa!”, añadía el director manchego, que quería encontrarse con Sigourney Weaver tras saber que la actriz había confesado su deseo de trabajar con él. De momento, comenzará de nuevo a rodar el 4 de marzo, mientras espera poder dirigir a Penélope otra vez: “Primero hay que escribirle un papel a su altura”, y apuntó, divertido, la posibilidad de una continuación de la historia de Raimunda de Volver.
Bárbara Lennie, que fue madre por primera vez hace un año, se mostró muy emocionada con esta nueva etapa
En pleno éxito de Ferrari, Penélope paseó por la alfombra rosa —que no roja esta vez— enfundada en un diseño de alta costura de Chanel, firma de la que es embajadora, con joyas de la maison y con su recién estrenado nuevo look de melena bob más clara. Bordado con 367.000 elementos formando rosas y fresas en tonos negro, rosa y azul, con una sobrefalda de tul negro, el vestido ha necesitado en su confección 1.260 horas de trabajo en el taller. En marzo o abril comenzará el rodaje del remake de La novia de Frankenstein, que va a dirigir Maggie Gyllenhaal, con ella como novia y Christian Bale en la piel del famoso doctor —ambos trabajaron juntos ya en La mandolina del capitán Corelli—; un proyecto muy diferente y con el que la actriz está muy ilusionada.
“Estoy feliz, con el corazón contento”, dijo Macarena García por primera vez de Enric Auquer, que estaba nominado
Otras dos fechas están señaladas en su calendario para este 2024. El próximo 22 de febrero se cumplen 15 años desde que entró en la historia del cine como la primera intérprete española en ganar el Oscar, por Vicky Cristina Barcelona (inolvidable ese Balmain), y justo un año después de lograrlo Javier Bardem. “Todavía hay una parte de mí que lo vivió como si fuera una especie de sueño. Menos mal que fue el primero de la noche, porque de otra manera no habría podido resistirlo. Solo pedía mentalmente “que no me caiga, que no me dé un ataque de pánico en el escenario, que sea capaz de decir todo lo que quiero decir…””, contaba en una entrevista en Fotogramas. Y el 28 de abril celebrará las velas de su 50 cumpleaños.
Ernesto Alterio y su novia, Ella Jazz, celebran cinco años juntos, y Hugo Silva posó por primera vez con Marta, su pareja desde hace siete
Para el recuerdo, verla tarareando Mi gran noche , cantada por Amaia primero y luego por David Bisbal, y la divertida escena del filme de Almodóvar con Marisa Paredes, Antonia San Juan y Cecilia Roth, a la que se sumaron los maestros de ceremonia, los Javis. Junto a ellos en las labores de presentación, Ana Belén, un trío de anfitriones intergeneracional y de lo mejor avenido que consiguió su “sueño” —como señalaban al inicio— y arrancar muchas sonrisas. Véase el famoso selfi viral que propusieron los creadores de la aclamada La mesías. Al estilo de Ellen DeGeneres, convencieron a los actores y actrices que nunca han logrado el premio tras ser nominados para posar en una foto de “la derrota”. La autora de dicha imagen, Isabel Coixet, la directora más premiada, con ocho Goyas, y cuya película Un amor optaba a siete.
“Todavía no sabemos si es niño o niña”, nos dijeron Candela Serrat y Daniel Muriel, que están esperando su segundo hijo, y resumen el secreto de su éxito como pareja en “ser buenos amigos y querernos mucho”
Feliz, relajado y dispuesto a disfrutar llegaba a la ceremonia José Coronado. “Estoy muy tranquilo y afronto la gala con mucha ilusión y, sobre todo, con mucha alegría de ver a mis compañeros y compañeras”, nos decía y desvelaba que tiene sus premios “en el despacho, en una biblioteca; ahí están y me acompañan”. A ellos —incluido el Goya que ganó en 2012 por No hay paz para los malvados— suma ya el galardón como mejor actor de reparto en la piel del enigmático Julio Arenas de Cerrar los ojos, el regreso del maestro Víctor Uribe después de 30 años. Era la quinta nominación para el actor madrileño, que rompió el hielo al ser el primero en subir al escenario para recibir el premio de manos de Fernando Tejero y Loles León. “Sigourney, soy muy fan tuya. Lo he visto todo”, le decía divertida la actriz mientras la estadounidense intentaba captar algo. Fue el momento, además, en el que Loles y sus inesperadas palabras sugirieron que el galardonado podría convertirse en abuelo pronto, a los 66 años: “¡Ah! Un futuro abuelo, como yo, ¡José Coronado!”, dijo al leer su nombre. ¿Qué quiere decir? Pues ya veremos.
En la capital castellanoleonesa, el rojo español fue la estrella. Quizá por eso de que San Valentín andaba cerca fue el color elegido por muchas de las actrices: de Belén Rueda a la ganadora como mejor actriz, Malena Alterio (Que nadie duerma); Aitana Sánchez-Gijón; Marta Hazas; Natalia Sánchez; Inma Cuesta; Blanca Romero, y Toni Acosta, entre otras.
La protagonista de El orfanato estaba impresionante con su look old Hollywood, un diseño de Valenzuela Atelier de inspiración arquitectónica.
El color fue deseo de Belén, y Cristina, fundadora de la firma española, arquitecta de interiores de formación, recordó inmediatamente que el Museo Guggenheim de Nueva York inicialmente fue diseñado en color rojo por Frank Lloyd Wright, precursor de la arquitectura orgánica y de pliegues, que tienen una gran relevancia en el diseño. De sus hijas, Belén y Lucía, que están en la industria, delante y detrás de las cámaras, señala que sí le aconsejan cosas: “Muchas, en realidad. Nuestra generación tiene mucho que enseñar a las nuevas generaciones, pero estas tienen mucho que enseñarnos a nosotros también”. A finales de marzo estrena Caída libre y nos adelantó también que ha rodado una serie “muy divertida y muy intensa de intriga en la Marbella de los años 80”. Señaló además que, igual que hay Navidades maravillosas y otras más tristes, “hay días de San Valentín estupendos y otros estupendos con amigos”.
Hablando de amor, las flechas de Cupido dispararon directamente hacia el auditorio. Macarena Gómez y Aldo Comas son una de las parejas favoritas de toda alfombra: simpáticos, cercanos y siempre juntos. Y de nuevo conjuntados, ella con las sombras de ojos a juego con la chaqueta multicolor de su marido. Alberto Ammann —la película que protagoniza, Upon entry (La llegada) opta a tres Independent Spirit Awards— y Clara Méndez-Leite; David Bisbal, encargado del opening de la ceremonia, con su mujer, Rosanna Zanetti, ambos con looks del estilista Víctor Blanco; Ernesto Alterio y Ella Jazz celebrando cinco años de relación; el nominado por Un amor, Hugo Silva, por primera vez con su novia desde hace siete años, Marta Guerras, en una alfombra; Marta Hazas y Javier Veiga, unidos, cómplices y muy divertidos; Natalia Sánchez y Marc Clotet, o Candela Serrat y Daniel Muriel, que acaban de anunciar que están esperando su segundo hijo. Y hablando de niños, varias mamás primerizas brillaron en la alfombra, como Isabelle Junot, que estudió Interpretación en la Universidad de Virginia, y aunque ahora está centrada en su trabajo como coach de nutrición intuitiva y en sus colaboraciones en el mundo de la moda y la belleza, estaba de lo más cómoda en el ambiente cinematográfico.
Hiba Abouk, encantada con su regreso a los Goya, e Isabelle Junot, en su debut, nos contó que su hija y la de su hermana nacieron con una semana de diferencia
Invitada en la sala del tequila Don Julio, donde se reúnen los entregadores antes de salir al escenario, impactó con su total look de Giorgio Armani, un vestido de archivo de la firma y una original capa. Como complementos, joyas de Leandra. Madre de una niña de siete meses, la marquesa de Cubas nos contó que su hija y la niña de su hermana, Victoria, “tienen una semana de diferencia. Ha sido un regalo enorme tener a las dos primas con tan poca diferencia, es increíble”. Se emocionó hablándonos de la maternidad Bárbara Lennie, para quien la llegada de su bebé, a finales de 2022, ha supuesto una verdadera revolución, una experiencia y un viaje increíbles. La actriz, que siempre causa admiración en sus apariciones, eligió un elegante look: un vestido negro de la diseñadora uruguaya Gabriela Hearst y maquillaje old Hollywood de Armani Beauty. Quien se acaba de estrenar como mamá es Belén Cuesta, que dio a luz a una niña el pasado 20 de diciembre.
La emoción de los ganadores: de Sigourney Weaver dedicando el galardón a su dobladora española a Matías Recalt recordando a su padre
Para el recuerdo, varios momentos muy destacados de la gala: Ana Belén y los Javis encabezaron el homenaje a Concha Velasco, en su ciudad, cantando La chica yeyé y Mamá, quiero ser artista ante la emocionada mirada de sus hijos. La legendaria artista, que nos dejó tristemente el 2 de diciembre, descansa en el Panteón de los Ilustres del cementerio de El Carmen, de Valladolid, donde reposan los restos de Miguel Delibes, José Zorrilla y Rosa Chacel. Su querido amigo José Sacristán, que acudió a la ceremonia para presentar el premio de honor a Juan Mariné, la recordó con cariñosas palabras. Y también Cristina Castaño, espectacular con su diseño de Zuhair Murad, que dejó su estilismo en manos de Víctor Blanco.
Miguel Ángel Muñoz, recién llegado de Australia, y Nerea Barros entregaron el premio a Mabel Lozano
Aplaudidísimo el discurso de Sigourney Weaver. Primero, hizo el esfuerzo de hablar en español. Y conmocionó a todos —incluido a Jim, su marido, que no perdía detalle desde la primera fila— con la mano en el pecho. “Estoy abrumada”, comenzó diciendo la estrella: “Me hacéis sentir como una verdadera reina”, afirmaba. Alabó a la familia “extraordinaria de artistas y cineastas del cine español. Estoy llena de gratitud”, y llegó a decir que “quería volver cada año”, resaltando el ambiente de compañerismo y apoyo que se respira en la gala. Pero el momento más sublime de su agradecimiento fue al recodar a la actriz de doblaje que le pone voz en nuestro país: “Mi amigo Bill Murray siempre me dice que mi trabajo como actriz es mucho mejor doblado al español. Ella, mi dobladora, ha sido mi voz en más de 30 películas, desde “Alien: el octavo pasajero”. Y debería estar aquí conmigo en el escenario. Su nombre es María Luisa Solá. María, espero que estés viendo la gala esta noche porque te lo agradezco de corazón”.
José Coronado, cinco veces nominado, ganó su segundo Goya tras las enigmáticas palabras de Loles León cuando abrió el sobre: “¡Ah! Un futuro abuelo, como yo!”
Y mucha ternura nos produjeron las lágrimas de la pequeña Sofía Otero, de diez años, protagonista de 20.000 especies de abejas —ganadora, con solo nueve, del Oso de Plata de Berlín— al entregarle el premio como mejor actriz de reparto a su tía abuela en el filme, Ane Gabarain. Para Estíbaliz Urresola Solaguren y su “opera prima” también fueron el Goya a la mejor dirección novel y al mejor guion. Y también nos conmocionó la dedicatoria —mirada al cielo y premio en alto— de Matías Recalt, elegido mejor actor revelación y una de las sorpresas de la noche, a su padre fallecido cuando hacía los castings de La sociedad de la nieve.
“De Marta me encanta que siempre busca la parte lúdica de las cosas”, nos dijo Javier Veiga, y la actriz respondió: “De él me gusta la manera de entender la vida y la profesión”
La película que lo ha catapultado a la fama sigue su camino con dirección a los Oscar . De hecho, casi ni tiempo tuvo de celebrar sus doce cabezones J. A. Bayona, que cogía un avión a las nueve de la mañana rumbo a Los Ángeles para asistir, el lunes 12, al tradicional almuerzo de nominados. Otro español es también candidato, Pablo Berger y su Robot Dreams, que en la noche del cine español logró dos cabezones. Ahora queda esperar al próximo 10 de marzo. Continuará…