Miley Cyrus cantando Flowers e intercalando en la letra “¡Acabo de ganar mi primer Grammy!” ha sido el momento viral de la semana. Desde el momento en que la artista subió al escenario del Crypto.com Arena de Los Ángeles para interpretar su gran éxito de 2023, las redes sociales empezaron a arder y a inundarse con imágenes de la cantante y su vestido vintage de Bob Mackie.
Fue la gran noche de Miley, la de su consagración —consiguió dos de los codiciados galardones Mejor Grabación del Año y Mejor Interpretación Pop Solista—y la de su ingreso en el Salón de la Fama de las Grandes Divas de la Música. Así, con mayúsculas. Con su cardado —bien de laca—, su coreografía y su rutilante vestido cut out de pedrería y flecos, se transmutó en dos de los iconos por excelencia: Cher y Tina Turner, a las que rindió homenaje vistiendo dos diseños vintage de Bob Mackie, el diseñador fetiche de muchas de las grandes voces de este mundo.
“Solo quiero ser la artista de la que mis ídolos estarían orgullosas: Tina, Patty, Dolly, Celine, Whitney”, dijo Miley en un vídeo que colgó en sus redes el mismo día de la gala. Es decir, no eligió ese peinado ni esos vestidos por causalidad. Decidió convertirlas en su máxima inspiración.
Miley lució un total de cinco looks a lo largo de la gala. Amén del magnífico y artesanal vestido dorado que John Galliano, director creativo de Maison Margiela, diseñó para ella, compuesto por 14.000 imperdibles y con el que rindió tributo a Dolly Parton —su madrina musical —, la artista recurrió a la colección To Broadway With Love, que Bob Mackie creó en 2002, y escogió dos espectaculares outfits : el plateado de su actuación y otro, un jumpsuit negro de encaje y lentejuelas, con escote corazón y boa de plumas, que paseó por el backstage.
“Diseño ropa para mujeres que no están interesadas en pasar inadvertidas“, dijo en una entrevista Bob Mackie. A sus 83 años, sigue siendo uno de los más deseados de las alfombras rojas como acaba de demostrar la intérprete de Wrecking Ball. El nombre del californiano y su sello, transparencias, plumas y lentejuelas, están estrechamente ligados al mundo del espectáculo.
Desde su inicios como figurinista de Jean Louis, responsable de los diseños de Marlene Dietrich, ha vestido a numerosas estrellas de Hollywood y de la canción: de Judy Garland y Marilyn Monroe —suyo es el vestido con el que cantó el Cumpleaños Feliz al presidente Kennedy en 1962, el mismo que Kim Kardashian rescató en la gala del Met de 2022— a Zendaya, pasando por Carol Burnett, Diana Ross, Rachel Welch, Olivia Newton-John, Madonna, Beyoncé, Katy Perry y un largo etcetera de nombres que incluye al mismísimo Elton John.
Pero sin duda, las divas a las que Mackie ha encumbrado con sus estilismos han sido Cher y Tina Turner. El idilio de la primera con el creador empezó en 1967, cuando la protagonista de Hechizo de Luna se convirtió en su musa, elevando a las cotas más altas sus famosos y sensuales naked dress (vestido desnudo). Las apariciones más impactantes de Cher en los Oscar, bien para entregar un premio o recogerlo, en la Gala del Met, en sus giras y actuaciones llevan siempre la firma de Bob Mackie.
Después llegó Tina, a la que Mackie conoció en la década de los 70, cuando ésta apareció en The Cher Show. Se hicieron íntimos y juntos rubricaron años de intensa colaboración, hasta el punto de que el diseñador fue una fuerza fundamental en la carrera de la cantante. Entre los muchos trajes del vestuario escénico de Turner, destacan el vestido Flame y el Wing, dos iconos en sí mismos que evocan los años en los que las actuaciones poderosas se unían al vestuario poderoso.