Desde el pasado verano, hay una nueva princesa en la corte hachemita. Tras dar el ‘sí, quiero’ al príncipe heredero Hussein, hijo de los Reyes Abdalá II y Rania, el pasado uno de junio, en Amán; Rajwa de Jordania continúa fascinando al mundo, aunque han sido contadas las ocasiones en las que hemos podido verla.
El pasado julio, en un viaje a Estados Unidos con los Reyes a la cumbre de Sun Valley; en septiembre, acompañando a su marido en un acto oficial en Washington, y en un par de eventos en Jordania, en concreto, un partido de baloncesto entre las selecciones de Jordania y México y la boda de Talal Al-Saleh, hijo de la princesa Alia. Ahora, meses después, reaparecía en su primer viaje oficial con el príncipe Hussein -una visita de dos días a Singapur que incluyó, entre otros actos, una reunión con el Presidente Tharman Shanmugaratnam y una visita al Instituto de Enseñanza Técnica y la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew-.
Todas las miradas se volvieron hacia ella... Y demostró, una vez más, por qué es la digna sucesora de su suegra.
Madera de futura reina
Cuando se conoció su compromiso con el hijo mayor de los Reyes de Jordania, aunque aún era pronto para saber si será una buena futura reina, quedó claro que tiene madera. Bien es cierto que todavía le queda camino por recorrer. Debe prepararse para, algún día, acompañar al príncipe Hussein en el trono; pero, en esta ‘misión’, cuenta con la mejor mentora, la propia Rania.
La Reina comentó, emocionada, la felicidad que sintió al conocer que su hijo había decidido casarse con ella: “Nunca olvidaré lo felices que nos pusimos el Rey y yo cuando Hussein nos dijo que quería casarse con Rajwa. Ella es la respuesta perfecta a todas mis oraciones por él”.
Nadie mejor que ella sabe que su papel es arduo. “Una de las primeras cosas que hice, antes de que mi hijo anunciara su compromiso, fue coger a Rajwa y decirle: sabes, no existe tal cosa del 100% de aprobación. Siempre vas a tener gente en contra de ti y el consejo que quiero darte es: por favor, no leas los comentarios”, confesó a la periodista Hoda Kotb en el programa Today. “Sólo vas a dudar de ti misma. Siempre va a haber negatividad y esa negatividad no es por ti, viene de la persona, de aquellos que no son felices con su propia vida, por tanto, no lleves esa infelicidad contigo. Tan sólo concéntrate en qué es lo que quieres hacer tú porque eso te dará confianza. Piensas que no te va a afectar, pero sí te afecta”.
Licenciada en Arquitectura en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Siracusa, en Nueva York, comparte formación con otra Reina de Jordania, Noor, que también hizo la carrera de Arquitectura en Estados Unidos.
Rajwa tampoco no pertenece a la realeza, pero desciende de una dinastía de jeques. Los Al-Saif tienen su origen en la tribu subai, jeques de la ciudad de Al-Attar, en la región de Sudair.
Elegancia y minimalismo
Al igual que Rania, Rajwa desprende elegancia . Tiene, al igual que la actual reina, un gran sentido del estilo, lo que no ha pasado desapercibido para los jordanos. Sus looks están cuidados al detalle, y sabe bien cómo vestir para cada ocasión.
En su armario, digno de una princesa, no faltan vestidos florales, blusas, trajes de chaqueta y, como cualquier joven de su edad, a veces ha apostado por el denim y monos más casual.
El día de su boda deslumbró con un vestido firmado por Elie Saab, en el que un equipo de veinte personas trabajó durante tres meses. Un modelo en crepé de seda, con escote asimétrico, detalles drapeados en el corpiño, de manga larga, y con una cola adornada con flores recortadas. Sorprendió, también, al optar por zapato plano, y una tiara de diamantes que tenía un guiño a su nombre y a su suegra, con las palabras ‘Rajwatum min Allah’ (Esperanza de Dios).
Su segundo look fue totalmente diferente, de tul y seda, con bordados tridimensionales de flores, de Dolce & Gabbana, y unos guantes blancos. Entonces ya supimos que lo tiene todo para ser la digna sucesora de Rania, que siempre figura en la lista de royals más elegantes del mundo.
Rajwa puede ser, también, la mejor embajadora de una monarquía moderna y progresista en Medio Oriente; y es consciente de que la moda puede ser su mejor aliada en su papel.