Gisele Bündchen atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida. La supermodelo brasileña ha perdido a su madre, Vania Nonnenmacher, que falleció el pasado domingo 28 de enero, a los 75 años, a consecuencia de un cáncer contra el que llevaba mucho tiempo luchando. De origen alemán, Vania estaba casada con el profesor de universidad Valdir Bündchen, junto al que, además de Gisele Bündchen y su hermana gemela Patricia, eran padres de otras cuatro hijas : Rafaela, Graziela, Gabriela y Raquel.
Para Gisele, su madre era su heroína, su gran ejemplo e inspiración. “Ella es la razón por la que pienso que la mujer es el núcleo de la familia”, declaró en 2010 con motivo del Día Internacional de la Mujer. “Crecí viendo a mi madre hacer siempre lo mejor que podía por nosotras seis”, aseguraba también. “Mi madre dedicó toda su vida a su familia, y lo hizo con tanta gracia…”, escribía la modelo en un mensaje que compartió con sus seguidores. Además, no solo admiraba cómo las había criado a ella y a sus hermanas, sino que se esforzaba por seguir su ejemplo como madre: “Solo espero ser para mis hijos lo que mi madre es y ha sido siempre para nosotras: nuestra roca”, añadía.
Tras separarse del famoso jugador de fútbol americano Tom Brady, Gisele se encuentra completamente volcada en sus hijos Benjamin, de catorce años, y Vivian, de diez, así como en su familia. Siempre que sus compromisos profesionales se lo permiten, vuela a Brasil para estar cerca de sus seres queridos.
La modelo siempre ha asegurado que tuvo “la mejor infancia del mundo” en Horizontina, un pueblo en la zona rural de Rio Grande do Sul, junto a sus hermanas, de las que ha dicho: “Somos todas muy diferentes, pero nos complementamos las unas a las otras y nos ayudamos”. Precisamente, crecer rodeada de naturaleza la llevó a convertirse en defensora del medio ambiente, participando en muchas campañas de concienciación, ya que la conservación de la Tierra es una de sus mayores preocupaciones desde su infancia.