Iñaki Urdangarin comienza una nueva etapa… y una nueva vida. Ha firmado su divorcio, en secreto, con la infanta Cristina, tal y como publicó ¡HOLA! en exclusiva; y, por tanto, ya es un hombre libre. Dos años después de que saliesen a la luz las fotografías que hicieron saltar todo por los aires -y precipitaron su separación-; el tiempo ha demostrado que, lo que en un principio apuntaba a ser un romance, ha terminado por convertirse en una relación que se consolida día a día.
De hecho, incluso, en algún momento, podrían sonar las campanas de boda: nuestras fuentes apuntan a que “han hablado de ello y es más que probable que acaben contrayendo matrimonio en el futuro”.
Nuevos pasos
El mundo del exdeportista ha cambiado por completo en los últimos tiempos. A diferencia de doña Cristina, para la que todo seguirá prácticamente igual -vida en Ginebra, viajes frecuentes a España por trabajo y para estar con su familia y cero planes de recomponer su vida sentimental-, él continúa sentando las bases de su nueva realidad, de la que también forma parte Ainhoa Armentia.
Primero fueron los besos fugaces tras los cristales de la escuela de yoga a la que acudían; después las escapadas secretas, y, ahora, se materializan, poco a poco, los planes de construir un futuro juntos.
Según ha avanzado ¡HOLA!, en exclusiva, Iñaki y su novia han dado un importante paso, yéndose a vivir a un piso de alquiler en Vitoria. En las instantáneas que publicamos hace unos días, se podía ver al exduque de Palma llevando algunas de sus pertenencias al que ahora es su nuevo hogar.
Pero Ainhoa no estará todos los días allí, puesto que seguirá turnándose con su exmarido, Manuel Ruiz, el que fue su domicilio conyugal —tienen acuerdo de anidamiento para que sus hijos no se tengan que mover— y seguirá con su rutina, aunque ya no dormirá en casa de su padre.
Siempre cerca de Claire Liebaert
La vivienda que comparten Ainhoa e Iñaki se encuentra situada, además, en la misma urbanización en la que reside Claire Liebaert , madre del exjugador de balonmano, quien le estuvo ayudando con la mudanza.
Ella ha sido su gran apoyo, su confidente en medio de la tormenta, y su relación es excelente. Están muy unidos -no se separó de él ni en los momentos más difíciles-, aunque bien es cierto que a día de hoy, para Claire, de 88 años, la infanta sigue siendo su nuera, y doña Cristina se refiere a ella como su suegra.
A diferencia de los hijos de Ainhoa -que han acogido muy bien al exmarido de la infanta Cristina-, los hermanos Urdangarin han optado por mantener las distancias con la pareja de su padre. Están felices por él, lo adoran -lo pudimos ver las pasadas navidades, durante su reencuentro en la capital alavesa-, pero no quieren formar parte de su mundo más privado porque, para ellos está, ante todo, el respeto a su madre.