Veintiséis años después de su boda, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han puesto fin a su matrimonio en el más absoluto secreto y sin que haya trascendido la fecha exacta, tal y como informa ¡HOLA! en exclusiva en el número de esta semana.
Fuentes cercanas a doña Cristina avanza a ¡HOLA! que después de anunciar su separación, el lunes 24 de enero de 2022 a través de un comunicado emitido por la agencia EFE, el deseo de la hija de doña Sofía era ir despacio, que no se dejaría presionar por nadie y que el divorcio tardaría. Y así ha sido. Tras llegar al acuerdo definitivo en diciembre, pusieron fin a su vínculo matrimonial en Barcelona, en los últimos días de 2023. Así lo apuntan nuestras fuentes, pero sin descartar que pudieran haber firmado a principios de 2024, antes de que doña Cristina viajara a Abu Dabi con Pablo e Irene para asistir al 86º cumpleaños del Rey don Juan Carlos.
Juntos en la notaría
Los exduques de Palma, que se casaron en la Ciudad Condal el 4 de octubre de 1997 optaron por el divorcio notarial (introducido en el año 2015 por la Ley de Jurisdicción Voluntaria), que exige la presencia a la vez de ambos cónyuges.
Acudieron con su abogado de familia y sin sus hijos, aunque Juan, Pablo, Miguel e Irene tuvieron que prestar consentimiento respecto a las medidas tomadas que afectan a sus vidas. La ley no exige presencia personal, por lo que se deduce que estuvieron representados por un apoderado.
La manutención de sus hijos
A lo largo de este último año en diferentes informaciones se dio casi por hecho que Iñaki Urdangarin recibiría una indemnización millonaria y una elevada pensión, pero nada más lejos. Según ha podido saber ¡HOLA!, la infanta y Urdangarin han firmado un acuerdo económico para cubrir los gastos comunes de sus cuatro hijos y tener los dos las mismas oportunidades dada la enorme diferencia de ingresos entre ambos. Eso se traduce en que todas sus necesidades estén cubiertas, sigan disfrutando de un estilo de vida cómodo; o en que, por ejemplo, puedan seguir haciendo planes de vacaciones y viajes con Iñaki cuando estén juntos.
La infanta Cristina ha sido la cabeza de la familia, la que se hizo cargo de todos los gastos desde que Urdangarin dejó de trabajar en Telefónica, en 2012 -aunque se ocupó de sus hijos y de la casa- y seguirá siendo así. De ahí, también, que no se haya fijado ninguna cantidad ya que esta variará según las necesidades de los cuatro hermanos.
A diferencia de Felipe VI y de doña Elena, la Infanta y su ya exmarido no firmaron capitulaciones matrimoniales -ordenan el régimen económico-, bien es cierto que, al casarse en Cataluña, y no habiendo estipulado nada, al contrario, el régimen matrimonial por defecto es la separación de bienes. En su caso sólo había una propiedad que suscitaba dudas, Bidart, en Francia, pero según ha podido saber ¡HOLA!, seguirá siendo de doña Cristina, aunque cuando sus hijos acudan a esta localidad francesa para estar con su padre, Iñaki también podrá usarla.
Puede que la infanta termine vendiéndola con el paso de los años, pero no lo hará ahora porque sabe lo importante que es para Juan, Pablo, Miguel e Irene poder compartir días de verano con sus primos y la familia. Su abuela Claire Liebaert tiene una casa cerca y una hermana del exdeportista también dispone de una vivienda en la misma urbanización donde se ubica la de doña Cristina. Un piso que no es grande, pero que tiene buenas vistas y está cerca de la playa. Bidart, su refugio en el País Vasco francés (cantón de San Juan de Luz), siempre fue un destino fijo y se seguirá manteniendo firme en la ruta estival de todos.