Mónica Randall recibirá esta noche el Premio Feroz de Honor tras una extensa y exitosa carrera en cine y televisión. La intérprete barcelonesa, de 81 años, ha sido una actriz emblemática e imprescindible de nuestro país durante décadas. Aunque lleva años alejada de platós y escenarios, en 2023 regresó al cine para hacer un cameo en la película Saben aquell de David Trueba en el que se interpreta a sí misma, y esta noche recibirá el aplauso de todos sus compañeros y admiradores en la undécima gala de los Feroz, que se celebrará en el Palacio Vistalegre de Madrid.
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Además de haber sido dueña de un atractivo colosal, "su depurada forma de actuar, alejada de toda afectación, dotaba de toneladas de profundidad y de verdad a sus personajes", revela el comunicado difundido por la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE). Se atrevió a aceptar papeles arriesgados, de mujeres complejas y sin prejuicios, y trabajó con directores muy diversos. Ha sido protagonista de algunas películas míticas de la historia del cine español como Mi querida señorita, de Jaime de Armiñán; Cría cuervos, de Carlos Saura; Retrato de familia, de Antonio Giménez-Rico; o La escopeta nacional, de José Luis García Berlanga.
Debutó con tan solo 19 años en el teatro con Cena de matrimonios, de Alfonso Paso, y fue integrante de la compañía de Alejandro Ulloa en obras como Los intereses creados, Caminos de Damasco o El alma se serena’ También trabajó en programas de teatro para la televisión como Estudio 1, Novela y Teatro de siempre y ya en los años setenta presentó Mónica a medianoche y Tele-Revista, entre otros espacios de entretenimiento. A principios de 2000 participó en la serie Ana y los siete, protagonizada por Ana Obregón.
En cuanto a su vida personal, Mónica Randall no se casó ni tuvo hijos. Quiso ser madre en una ocasión, pero no salió bien. "Tener hijos es algo muy serio, una responsabilidad enorme, una entrega absoluta, y no he encontrado al hombre que pudiera ser el padre perfecto para mi hijo", reconoce al diario La Razón. Randall, en cuyo curriculum sentimental aparecen José Sacristan, José Luis Balbín, Joan Manuel Serrat, Ricardo Merino y el mismísimo Jeremy Irons, al que estuvo unida un año, confiesa que hubo dos ocasiones en las que habló muy seriamente sobre el matrimonio con sus parejas, fueron ellos los que le propusieron casarse, pero ella salió huyendo. "Nací y moriré soltera… siempre he sido demasiado independiente", revela.
En los años 60 vivió un romance con el cantante Joan Manuel Serrat, aunque todavía no era muy conocido, y a mediados de los 70 estuvo varios años con José Sámano, productor cinematográfico y teatral hasta que la dejó por la periodista Mercedes Milá. José Sacristán fue su pareja durante la época en la que rodaron una de las películas más conocidas de su trayectoria, La escopeta nacional, y también estuvo relacionada con el periodista José Luis Balbín. Era tal su belleza que llegó a conquistar al actor británico Jeremy Irons, a quien conoció en el Festival de Cine de San Sebastián. Separado de su esposa, comenzaron una relación y ella se marchó a vivir a Nueva York. Alrededor de un año duró su romance, hasta que Mónica decidió regresar Barcelona y se despidió amigablemente del actor británico, que finalmente regresó al lado de su esposa. Mónica Randall después de más de 20 años retirada del cine y la televisión se ha dedicado a una de sus grandes pasiones: viajar.