Frances Helen Manners se convirtió en la duquesa más joven del Reino Unido cuando se casó el 15 de mayo de 1958, cuando aún no había cumplido 21 años, convirtiéndose así en la señora del fabuloso castillo de cuento Belvoir, la residencia familiar de su marido, Charles Manners, con 365 habitaciones y vistas a una finca de 6.500 hectáreas en el condado inglés de Leicestershire. Ha sido allí, en una casa de la finca, donde Frances, duquesa de Rutland, ha muerto en paz a la edad de 86 años, arropada por el cariño del mayor de cuatro hijos, David Charles Manners, undécimo duque y casado con Emma Manners, que se preocupó de ella hasta el último día.
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Frances y Charles Manners, los duques de Rutland
Muchos podrían mostrar fascinación por el mundo de la duquesa de Rutland, sin embargo, quienes conocieron a la difunta Frances señalan que su vida se vio claramete ensombrecida por el divorcio de su madre Margaret Campbell del duque de Argyll, apenas cinco años después de su boda. El divorcio de los duques de Argyll se convirtió en el proceso judicial más escandaloso del siglo XX en Reino Unido y acaparó las portadas de la prensa británica a principios de los años 60, que cargaron contra la duquesa, Margaret Campbell, por sus supuestos escarceos amorosos.
Margaret Campbell, duquesa de Argyll
Ian Douglas Campbell, XI duque de Argyll y jefe de una de las primeras familias de la aristocracia escocesa, cansado de las continuas infidelidades de su esposa, llevó a su mujer a juicio. Frances y su hermano Brian, ambos descendientes del primer matrimonio de Margaret con el corredor de bolsa estadounidense Charles Sweeny, instaron a su madre a no impugnar el proceso iniciado contra ella por su segundo marido. Sin embargo, Margaret estaba convencida de que ganaría el juicio. El duque no dudó en aportar pruebas, siendo la principal una fotografía Polaroïd muy explícita de un hombre desnudo al que habían recortado la cabeza para no desvelar su identidad junto a la que se suponía era la duquesa, totalmente desnuda pero identificada por su famoso collar de perlas de tres vueltas.
El duque de Argyll ganó el juicio y tras la sentencia de divorcio Margaret se convirtió en una mujer repudiada en los círculos de la alta sociedad británica. Dejó de ser invitada a reuniones sociales, eventos y fiestas de la época y su vida dio un giro de 180 grados. Después de aos rodeada de lujos y de estar acostumbrada a un alto nivel de vida, dilapidó su fortuna y tuvo que vender su lujosa casa de Londres y trasladarse a la suite de un hotel. Finalmente murió en una residencia para jubilados de Pimlico en 1993 en el má puro ostracismo.
Claire Foy y Paul Bettany en la serie 'Un escándalo muy británico'
El precio que tuvo que pagar su hija Frances fue muy alto, señalan sus seres queridos. Después del divorcio de su madre, se produjo un claro distanciamiento entre madre e hija. Margaret, que había sido conocida por su belleza, carisma y estilo, acaparó las portadas como una divorciada que enfrentaba acusaciones de falsificación, robo, violencia, consumo de drogas, grabaciones secretas y sobornos. Su hija se veía incapaz de soportar toda esa publicidad bochornosa y cuenta la leyenda que madre e hija se encontraron por casualidad en un cóctel. "Hola, soy tu madre", le dijo Margaret; a lo que supuestamente Frances respondió: "Lo recuerdo" y se dio la vuelta. Tan truculenta fue la historia de la duquesa de Argyll que inspiró el guión de la miniserie, Un escándalo muy británico, protagonizada por Claire Foy y Paul Bettany.