Cristina Gutiérrez ha hecho historia en el Dakar. La piloto se ha convertido en la primera española en ganar una de las categorías más duras del rally y es la segunda mujer en la historia en hacerlo. Hace dos meses, la deportista aún no era conocedora de que se iba a tener que subir a un coche para ponerse al volante en la categoría Challenger. Sin embargo, Red Bull quiso apostar por ella y le ofreció enfrentarse a esta complicada prueba. Una aventura que se ha convertido en una de las mayores de su vida y con la que ha conseguido su mayor triunfo.
La piloto, nacida en Burgos en 1991, desde muy pequeña ha sentido una gran pasión por el motor, un interés que su padre le transmitió con cariño desde sus primeros años. A través de su perfil público, ha revelado que a los cuatro años ya había una minimoto en su hogar, despertando su curiosidad de manera significativa. Aunque su formación y profesión como odontóloga la vinculan a la empresa familiar, donde ejerce con dedicación, Cristina no ha podido resistirse a abandonar el asiento de piloto, siguiendo así la huella de su padre, un apasionado del mundo del motor. “Desde pequeña mi sueño ha sido poder dedicarme a esto al cien por cien, aunque en 2020, con la pandemia, y aún llevando unos once años compitiendo por mi cuenta, llegué a pensar en dejarlo. Incluso me apunté a un postgrado de Odontología, pero, a finales de verano, me salió una gran oportunidad con Carlos Sainz, disputé el rally de Andalucía con un Mini All4 Racing, y decidí mantener mi apuesta personal”, confesaba hace unos años Cristina en una entrevista exclusiva para la revista ¡HOLA!.
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“La conducción es mi pasión y, si tuviera que elegir, elegiría correr. Trabajo en la clínica familiar, me encanta la odontología y mi profesión me permite trabajar un tiempo concreto al mes. Incluso, en algún momento, escaparme a Uganda para trabajar como dentista en orfanatos. El resto de los días se los dedico al mundo del motor”, continuaba añadiendo. Este vínculo con el motor, descrito por ella como un "amor a primera vista", ha sido una pasión que ha llevado consigo desde la infancia y que recientemente ha demostrado con creces al ingresar en la historia de la categoría Challenger en una destacada competición. “Donde mejor me siento como persona y como piloto es al volante. Me relajo y se me olvida todo. Y me oriento bien. Sé de dónde vengo, hacia dónde voy y por dónde quiero ir. Yo comparo el Dakar con la vida… El desierto tiene algo que atrapa, hace que las personas sientan una paz diferente y una energía muy especial. Son un conjunto de sensaciones que recomiendo vivir, sí o sí, aunque vayas de turismo”, expresaba.
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Fuera de los circuitos, Cristina Gutiérrez es una gran amante de los deportes, entre los que se encuentran algunos de sus favoritos, como por ejemplo, el fútbol, el baloncesto, el tenis y el golf. Le gusta también divertirse con sus amigos y disfrutar de la comida, a pesar de que no le guste cocinar. Sin embargo, una de sus grandes pasiones, la cual le encanta hacer en su tiempo libre y que viene de familia, es su amor por descubrir sitios nuevos. Respecto a su vida amorosa, la piloto ha optado por mantenerla al margen y en 2021 recalcó a ¡HOLA! que no tenía novio.