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En el palacio principesco, unos suaves gorjeos se escapan del despacho de Estefanía de Mónaco . Nada más cruzar la puerta, se asoma una cara adorable. Es Victoire, la hija de Louis y Marie Ducruet, nacida el 4 de abril de 2023. En los brazos de sus padres, enérgica y sonriente como siempre, termina su compota en un ambiente alegre. No cabe duda de la felicidad de esta joven familia. Es más, ¡se respira por todas partes! Incluso en este despacho, donde, desde hace unos meses, está colgado un bonito retrato de la princesa rodeada de sus tres hijos, su nuera y, por supuesto, su primera nieta, que la ha convertido en una abuela feliz. Para todos ellos, un nuevo capítulo acaba de comenzar. Con destellos en los ojos, Louis y Marie no paran de hablar.
© FRÉDÉRIC NEBINGER / PALACIO PRINCIPESCO, MÓNACO—Hace poco más de ocho meses que dieron la bienvenida a su hija. ¿Cómo se encuentra?
MARIE.—¡Muy bien! Victoire es una niña tan amable que nos hace olvidar todas las pequeñas molestias. Duerme bien por la noche, así que no tenemos nada de qué quejarnos. Al menos, de momento, porque todo puede cambiar. Tenemos suerte.
—¿Qué clase de niña es?
LOUIS.—Es muy curiosa y despierta. Nos dimos cuenta muy pronto. A partir de los dos meses, empezó a observar el entorno y a mirarnos fijamente, con los ojos muy abiertos. Hace poco nos fuimos de vacaciones con unos amigos y quería participar en todo, ver a todo el mundo y no perderse ni un momento.
Louis: “Victoire es muy curiosa y despierta. Nos dimos cuenta muy pronto. A partir de los dos meses, empezó a observar el entorno y a mirarnos fijamente, con los ojos muy abiertos”
—-¿Por qué eligieron este nombre? ¿Le han puesto otros?
L.—Nos pusimos de acuerdo enseguida. Yo quería que nuestra hija tuviera un nombre francés antiguo, poco común hoy en día. No me entusiasmaba la idea de que más adelante se llamara como otras cuatro niñas de su clase. No habíamos conseguido ponernos de acuerdo sobre un nombre de niño, así que, en cierto modo, ella nos facilitó las cosas.
M.—Victoire tiene dos otros nombres. El primero, Maguy, en homenaje a la abuela paterna de Louis. Y el segundo, Lam Huong, que es el nombre vietnamita de mi abuela.
L.—Es tradición poner los nombres de las abuelas en lugar de los de las bisabuelas, así que mi madre se enfadó un poco cuando se lo dijimos, pero mi abuela estaba encantada.
© FRÉDÉRIC NEBINGER / PALACIO PRINCIPESCO, MÓNACOSus padrinos
—¿Quiénes son sus padrinos?
L.—Tengo que admitir que no dejé a Marie mucha elección sobre el padrino. Es mi hermano, Michael. Me hacía ilusión desde siempre. Es una elección que tiene sentido desde el punto de vista religioso, ya que mi hermano es creyente, está bautizado y recibió la Sagrada Comunión. Es perfecto para el papel.
M.—En cuanto a la madrina, pensé naturalmente en mi cuñada Camille (Gottlieb), a la que estoy muy unida.
L.—Camille es una tía entusiasta y muy comprometida. A menudo me pide quedarse con Victoire, ¡al igual que mi madre! No queremos molestarlas demasiado, por eso a menudo llamamos a la niñera. Pero si mañana tenemos algún problema, podemos contar con ella y con mi madre.
—Louis, Victoire es la primera nieta de la familia. ¿Cómo reaccionó su madre, la princesa Estefanía, ante su llegada?
—Fue un momento muy emotivo. Vino a la maternidad al día siguiente del nacimiento de Victoire, acompañada de mi padre (Daniel Ducruet) y de mi abuela paterna, así como de la madre de Marie. Fue un momento mágico que nunca olvidaré. Igual que cuando le anunciamos a mamá el embarazo unos meses antes. Acabábamos de volver de un viaje a los Dolomitas, donde celebramos nuestro aniversario de boda. Para darle la gran noticia, pegamos una foto de la ecografía en la parte trasera de unos patucos diminutos. Fue una locura.
—¿Cómo describiría a la princesa Estefanía como abuela?
—Está muy pendiente y da mucho amor a su nieta. En el día a día, tiene una agenda muy apretada, pero, en cuanto puede, pide cuidar de Victoire. Cuando nació, nos decía a menudo: ‘¿No queréis ir al cine? Yo puedo cuidar de la pequeña...’. Es conmovedor ver cuánto se implica.
Louis: “Mi madre, en cuanto puede, pide cuidar a Victoire. Cuando nació nos decía a menudo: ‘¿No queréis ir al cine?”. Es conmovedor ver cuánto se implica”
—Marie, por su parte, ¿Victoire es también la primera nieta de la familia?
—Para mi madre, Victoire es el cuarto, pero su primera nieta. Que su única hija tuviera una hija era un sueño.
—¿Qué ha cambiado la llegada de su hija en sus vidas?
L.—¡Todo! Aparte del sueño y de la organización de nuestros días, ya no tenemos las mismas prioridades. Hoy queremos pasar el mayor tiempo posible con ella. Incluso por la noche, a pesar del cansancio. La hora del baño y el último biberón del día siguen siendo momentos privilegiados que no delegaríamos por nada del mundo.
—¿Cómo ha sido la primera Navidad con Victoire?
M.—¡Muy bien! Como siempre, la noche del 24 compartimos una excelente cena en familia. A la mañana siguiente, Victoire abrió sus primeros regalos, por supuesto con nuestra ayuda. Con ocho meses, dudo que se acuerde, pero había que celebrarlo.
L.—Evidentemente, a su edad es algo simbólico, pero guardaremos todas las fotos y vídeos como un tesoro.
© FRÉDÉRIC NEBINGER / PALACIO PRINCIPESCO, MÓNACO
© @marieducruetUna feliz coincidencia
—Louis, el nacimiento de su hija coincidió con el centenario del nacimiento del príncipe Raniero, su bisabuelo.
—Es una feliz coincidencia. Un mes más tarde, podría haber nacido el mismo día que mi abuelo. No sucedió porque Victoire se adelantó un poco, pero, durante un momento, creímos en ello.
—Marie, como responsable de eventos de marketing y protocolo de la Société des Bains de Mer (SBM), usted estuvo al frente de la organización del Baile del Centenario en homenaje al príncipe Raniero, en octubre. ¿No era muy difícil de gestionar con una niña pequeña?
—No fueron tiempos fáciles, desde luego. Volví de la baja de maternidad un poco antes de lo previsto, a tiempo parcial, para poder seguir al pie del cañón y tuve una doble dosis de estrés.
—No quieren revelar el rostro de la niña en la prensa ni en las redes sociales. ¿A qué se debe?
L.—Victoire es todavía muy joven, así que queremos mantener un poco su privacidad y no exponerla de inmediato. Tiene tiempo de sobra para hacerlo, dada la familia de la que procede. Nuestra prioridad será siempre su bienestar y su seguridad. No nos interesa crear un revuelo en las redes sociales, deseamos protegerla por encima de todo.
M.—Leo muchas cosas sobre lo que se refiere a la pedocriminalidad. Todo va tan rápido en las redes sociales que no te das cuenta de la cantidad de locos que hay y de lo que pueden hacer con la foto más inocente. No quiero correr ese tipo de riesgo. No creo que la vida privada de Victoire sea asunto de nadie. Por supuesto, algún día habrá fotos suyas, pero imagino que será en un contexto oficial. Con ocasión de acontecimientos como la Fiesta Nacional, por ejemplo.
La pequeña, que será bautizada este año, tendrá como padrinos a dos de los hermanos de Louis, Michael Ducruet y Camille Gottlieb
—¿Cuándo les gustaría bautizarla?
L.—Su bautizo tendrá lugar este año. Victoire cumplirá un año y estará aún más despierta que ahora. Estamos pensando en un evento muy íntimo.
—Gracias a ella, el clan Grimaldi se ha expandido. ¿Cómo reaccionó su círculo, Louis?
—En cuanto anunciamos el embarazo, toda la familia se alegró por nosotros. Mi tío el príncipe Alberto II, mis tías, mis primos. Todos pudieron conocer a Victoire ya en mayo, cuando comenzaron las celebraciones del centenario del nacimiento de mi abuelo. Es un excelente recuerdo. Espero que vuelvan a verla pronto, ¡cambia tan rápido!
—Louis, Victoire también hizo bisabuela a su abuela paterna, Maguy Ducruet.
L.—¡Y a mi abuelo Henry, bisabuelo! Mi abuela pide mucho ver a Victoire, participar en actividades con ella. A menudo, los fines de semana salimos a pasear con ella por los alrededores de su casa. Así tiene algo que hacer y está encantada de pasar tiempo con su bisnieta.
M.—Mi abuelo murió hace poco, pero pude presentársela. Hace unos meses fuimos a Tours para organizar este encuentro. Una vez más, fue un momento que nunca olvidaré.
© FRÉDÉRIC NEBINGER / PALACIO PRINCIPESCO, MÓNACOAmpliar la familia
—¿Se adaptó su querido perro ‘Pancake’ a la llegada de Victoire?
M.—¡Totalmente! Al principio, le daba un poco de pánico cuando la oía llorar, pero se adaptó muy rápidamente. Es muy protector y la mira a menudo. Por la mañana, cuando vamos a buscar a nuestra hija a su cama, siempre está con nosotros y pide verla. Los dos empiezan a jugar juntos y su relación es maravillosa.
—Ambos tienen varios hermanos y hermanas, ¿piensan ampliar la familia en un futuro próximo?
M.—No nos oponemos a la idea. Victoire es una niña tan adorable que nos entran ganas de tener un segundo. Me veo perfectamente con dos hijos.
L.—Idealmente, nos gustaría que nuestros hijos no tuvieran una diferencia de edad muy importante. Creo que es mejor cambiar pañales y enfilar biberones y noches en vela durante cinco años seguidos, por ejemplo, y luego salir de ello de una vez por todas. Veremos qué nos depara el futuro.
