Luis y Bárbara se conocieron en 2010 y ya no volvieron a separarse. Lo comparten todo: hijos, deberes, cocina, trabajo, amigos y no se cansan. El pasado 22 de junio celebraron diez años de casados y siguen ilusionados, y convencidos, de que envejecerán juntos. Han formado una gran familia y la vida les sonríe, “aunque nadie apostaba por nosotros”. Bárbara aportó dos hijos de su anterior matrimonio con Emiliano Suárez y tienen dos más en común, que llevan los nombres de sus abuelos paternos y también, en el caso de la más pequeña, de su tía y madrina, Isabel Sartorius: Vicente e Isabel.
© Fernando JuncoLos marqueses de Mariño, que hacen malabarismos para llegar a todo, acaban de empezar una nueva aventura como directores de Trocadero Conmmodore, que hace el número diez del grupo de restauración donde tienen, a su cargo, a un equipo de más de cien empleados. Luis y Bárbara han asumido el gran reto de convertir este legendario local en referencia gastronómica y el mejor plan en Madrid y, de momento, todo va sobre ruedas en su apuesta por la gastronomía basada en el mejor producto, el servicio y la decoración. Un multiespacio con sutiles guiños africanos y plantas fundidas con madera, piedra y murales de Fátima Hernández-Gil, hermana del fundador, Dionisio Hernández-Gil.
“Somos muy afortunados porque tenemos una familia muy unida y maravillosa. Además de Vicente e Isabel, tenemos a los dos hijos de Bárbara, a los que no puedo querer más”, nos dice Luis
© FERNANDO JUNCO—¿Cuál es el balance de estos diez años?
—Luis: Muy bueno. Estamos en un momento maravilloso, somos muy afortunados y lo agradecemos cada día. Además de nuestros hijos, Vicente e Isabel, tenemos a los dos de Bárbara, a los que no puedo querer más. Nos encanta que estén los cuatro juntos y que se lleven tan bien, aunque tengan edades diferentes.
—Bárbara: Nuestra relación siempre ha ido a mejor. Nos queremos muchísimo, nos apoyamos en todo y siempre estamos juntos con los niños.
“Nuestra relación siempre ha ido a mejor, nos apoyamos en todo y siempre estamos juntos con los niños” (Bárbara)
—¿Habéis hecho algo especial por vuestro aniversario? O ¿sois de los que ni se acuerdan de las fechas señaladas?
—Barbara: Sí que celebramos las fechas importantes, pero no hemos podido todavía. Nos pilló el verano con el cambio de proyecto y estuvimos en Marbella, empapándonos del funcionamiento de Trocadero. Pero está pendiente. Sé que Luis —su marido la mira poniendo cara de sorpresa— está organizando un viaje en secreto. Pensé que era para dos, pero creo que nos vamos los seis a una ciudad de Europa.
© Fernando Junco—¿Qué es lo mejor que os pasado en esta década?
—Luis: Los niños y que somos una gran familia, que era mi mayor deseo. Nos casamos hace diez años, pero llevamos catorce juntos. Vini, ya ha cumplido 12; e Isa tiene 11. Salió bien. Bárbara es mi mujer y mi mejor amiga. El tiempo pasa muy rápido.
—Hacéis un tándem perfecto y son, entre trabajo y vida, 24 horas juntos. ¿Cuál es vuestro secreto?
—Luis: Sentido del humor ante el drama y que Bárbara es para siempre. No quiero que se vaya de mi lado jamás. Y si el día tuviera 36 horas, también sería igual.
—Bárbara: Que Luis sabe obedecer. Le dices lo que tiene que hacer y lo resuelve de maravilla (se ríen los dos). Le gusta saber que estás, que esté cerca de él, aunque ahora lo tenemos más difícil porque son 1.500 metros de restaurante con dos plantas y terrazas.
El secreto de su unión: “Sentido del humor ante el drama y que Bárbara es para siempre”, comenta él; y “que Luis sabe obedecer”, añade ella divertida
© Fernando Junco—¿En qué sois un as como pareja y en qué un desastre?
—Barbara: Yo soy una loca del orden y me gusta ocuparme de las cosas de mi casa. Y Luis un loco del deporte. De verlo desde el sofá con los niños. Tenis, fútbol… pero, en serio, nos complementamos mucho. Luis es un gran pilar en la casa.
—Luis: La voz cantante la tiene Bárbara y hemos ganado en disciplina. Es el brazo ejecutor y nos da mucha caña.
—¿Os ha cambiado mucho la vida ser padres?
—Luis: Son lo primero de la lista. Yo soy la parte divertida y Bárbara la disciplina y las obligaciones. Ha salido así el reparto. Lo más complicado es estar a la altura, dar ejemplo, educar para que puedan construir la mejor vida posible. Ser testigo de cómo crecen es el mejor regalo
—Barbara: A veces tienes la sensación de que no llegas. Me siento como un puente cargado de responsabilidades, intentando que haya un equilibrio… hijos, matrimonio, casa. Pero, al final, parece que funciona, aunque no lo podría hacer sin Luis. No he visto en mi vida un padre como él. El planazo siempre son los niños, los cuatro hermanos. En casa y con Emiliano (su exmarido) y su mujer, Carola. Nos separamos siendo amigos y nos llevamos muy bien. La pandemia la pasamos en el campo y cogieron una casa cerca para estar todos juntos. Los abuelos de mis hijos mayores, Benito y Lola, también lo son para mis hijos pequeños.
“Con nuestros hijos soy la parte divertida y Bárbara la disciplina y las obligaciones. Tiene la voz cantante, es el brazo ejecutor y nos da mucha caña”
© Fernando Junco—¿A quién se parecen?
—Luis: Vini es Bárbara. E Isa es la tranquilidad, la serenidad… la calma, como ni hermana Cecilia y mi sobrina Mencía.
—¿Qué habéis pedido para este 2024?
—Bárbara: Que todo siga igual y que el restaurante se consolide. Llevó un año ponerlo en marcha —todo el interiorismo lleva la firma del estudio Lucas y Hernández Gil—, pero hemos entrado con muy buen pie y estamos muy ilusionados.
—Luis: Dioni (Dionisio) buscaba un local emblemático que encajara con el concepto grande y con terrazas; surgió la oportunidad de quedarse con Mayte Commodore, su local soñado en su barrio y en su ciudad, y nos propuso hacernos cargo. Empezamos juntos como socios con un chiringuito en Marbella, en 1995, aunque Dioni ya había montado un bar de copas en Madrid con mi padre, Vicente Sartorius. Él apostó a muerte por su sueño y ha conseguido ser el grupo de restauración más importante de la Costa del Sol y yo por otros proyectos hasta ahora. La verdad es que cuadró todo.
—¿Cómo os organizáis con un trabajo tan exigente?
—Bárbara: Alargando los días y con una agenda al milímetro. Nos levantamos a las siete para desayunar juntos. Yo los llevo al cole —me encanta ese rato de charla—; y Luis los recoge, aunque algunos días van en ruta. Llegamos al restaurante para el aperitivo y nuestras tardes son de los niños. Deberes, merienda (a la mesa)… Y a las 8:30 volvemos al restaurante, que no cierra y funciona también como afterwork. A las personas que vienen les gusta vernos y queremos estar, cuidarles, ocuparnos del detalle. Cerramos a las dos de la madrugada, porque abajo tenemos zona de DJ y de copas, con una carta de cócteles espectacular, aunque nosotros nos retiramos a medianoche.
—¿Cómo habéis pasado la Navidad? ¿Os gusta?
—Nos encanta la Navidad, la ilusión de los niños, los regalos, los villancicos. En casa ponemos el árbol —nos ayuda mi madre, Carmen— y el belén. Son fiestas con un toque religioso, porque lo somos y queremos que nuestros hijos las vivan así.
© FERNANDO JUNCO—Entonces, ¿sois más de celebrar Reyes Magos?
—Luis: Celebramos un poco Papá Noel, pero somos de los Reyes Magos. Bárbara deja la mesa preparada para desayunar chocolate y roscón y el primero que se despierta, que siempre es Vini, llama. Nos encanta ese momento. Nochebuena la pasamos en casa de Nora (princesa de Liechtenstein y segunda mujer de Vicente Sartorius). Todos menos mi hermana Cecilia, que vive en Argentina. Éramos unos veinte, incluyendo a los padres de Bárbara. Antes de abrir los regalos, leímos el Evangelio del Nacimiento. Y con la cena no nos complicamos: jamón y foie de aperitivo, consomé, pavo relleno con castañas y turrones. Después la mayoría de la familia asistió a la Misa del Gallo. Estos días también hemos hecho una pequeña escapada al campo. Nos encanta hacer caminatas, pescar, trabajar la huerta y coger huevos.
