El creador de Downton Abbey, Julian Fellowes, para su siguiente proyecto de éxito puso el ojo sobre las luchas entre Viejas Fortunas y Nuevos Ricos a finales del siglo XIX, en una sociedad, la estadounidense, en pleno cambio industrial y urbanístico. Para ello se inspiró en las grandes familias (los conocidos como Four Hundred), sobre todo en las mujeres de los clanes, para la creación de los atractivos personajes de La edad dorada, cuya segunda temporada se puede ver ya en HBO Max. Pero ¿son todos ficticios?
Bertha Russell - Alva Vanderbilt
La ambiciosa esposa del despiadado magnate del ferrocarril George Russell está inspirada en Alva Vanderbilt, conocida por sus fastuosas fiestas y sus inversiones millonarias en moda y propiedades. Su mansión en la 5ª Avenida, conocida como Petit Château, era pura ostentación. Pero también fue una de las fundadoras del MET.
Caroline Schermerhorn Astor
Aunque la familia Astor era muy extensa, en esa época solo Caroline era The Mrs Astor, reina indiscutible de la alta sociedad. De noble raigambre holandesa, su fortuna procedía del matrimonio con William Blackhouse Astor. Fue la creadora de la lista de Los 400, que era el número de personas que cabían en su salón de baile.
Gladys Russell - Consuelo Vanderbilt
La hija de Bertha y George Russell en la ficción fue la vía que utilizó su madre, Alva, para intentar entroncar con la nobleza europea y, así, lograr el prestigio que el dinero no podía comprar. El objetivo fue el noveno Duque de Malborough, por cuyo matrimonio recibió la friolera de 75 millones de dólares actuales, aunque solo unos años.
Clara Barton
De origen humilde —sus padres eran agricultores y criadores de caballos—, esta profesora y enfermera nacida en Oxford (Massachussets) jugó un importante papel en el movimiento sufragista y de la lucha por los derechos civiles. Fundó la rama estadounidense de la Cruz Roja, creada con las donaciones la familia Rockefeller.
Christina Nilsson
La primera diva del MET era una cantante de ópera sueca, que despuntó en la década de 1860 en la Ópera de París. El edificio del MET, financiado por los Vanderbilt, se inauguró con una representación del Fausto de Gounod, protagonizada por ella. Y se cree que la protagonista de El fantasma de la ópera está inspirada en ella.