Sin miedo al frío, en concreto a las gélidas aguas del Atlántico que bañan la costa gaditana, Eugenia Silva cumplió el pasado 1 de enero con un rito que cada vez tiene más adeptos: comenzar el año bañándose en el mar. Esta tradición tiene lugar en diversos puntos del mundo, unos más helados que otros, y en España ya lleva tiempo celebrándose en Barcelona y La Coruña, por ejemplo.
Eugenia y su pareja, Alfonso de Borbón, con sus dos hijos, Alfonsito y Jerónimo, pasaron la Nochevieja en la costa gaditana con su pandilla
Valiente y sin pensárselo dos veces, la modelo se desprendió de su albornoz blanco para introducirse en el océano. Junto a ella, su buena amiga María de la Luz del Prado, mujer del príncipe Pablo de Hohenlohe, tampoco tuvo ningún reparo en sumergirse en unas aguas que incluso en verano son bastante frías.
Entre risas y como dos niñas, la empresaria y la aristócrata saltaron las olas y se mojaron el pelo, sin temor a pillar un resfriado. Quizás sea este uno de los secretos de belleza de Eugenia, puesto que muchos gurús otorgan un poder terapéutico, purificador y tonificante a bañarse en agua helada.
La empresaria, de nuevo espectacular en traje de baño, cumplió con la tradición de sumergirse en el mar el 1 de enero, un rito muy asentado en lugares como Barcelona y La Coruña
La top y su pareja, Alfonso de Borbón, junto a sus dos hijos, Alfonsito y Jerónimo, realizaron una escapada a Tarifa para pasar allí la última noche de 2023 y dar la bienvenida al año nuevo, con su pandilla de amigos. Entre ellos, además de María del Prado y Pablo Hohenlohe, se encontraban Rosauro Varo con Amaia Salamanca y Gelete Nieto con Beatriz Matallana.