Cristina Pedroche (35) volvió a batir récords de audiencia durante las campanadas de Nochevieja con las que se despidió del 2023 y dio la bienvenida al 2024 en Antena 3 junto a su fiel compañero Alberto Chicote y millones de espectadores. Sin embargo, desde entonces, la presentadora no había vuelto a aparecer públicamente porque quiso tomarse un tiempo de descanso para estar con su niña Laia, que el próximo mes de julio celebrará su primer cumpleaños, y su marido, el prestigioso chef David Muñoz.
Cristina Pedroche muestra desde dentro cómo ha vivido sus décimas campanadas
12 días después de comerse las uvas en la madrileña Puerta del Sol, la colaboradora televisiva ha regresado a sus perfiles sociales donde ha publicado un vídeo en el que se la puede ver haciendo yoga, una de sus prácticas deportivas favoritas. Además, ha aprovechado la ocasión para hacer una profunda reflexión sobre los propósitos que se ha marcado para estos próximos meses. “Quiero cuidar más de mi salud mental alejándome de lo que me hace daño y disfrutando más de lo que me da paz. En eso he estado estos días”.
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Para lograr alcanzar esta meta, Cristina Pedroche ha decidido, que, por ahora, va a dejar de ser tan activa en el mundo virtual, puesto que allí suele recibir muchas críticas y comentarios malintencionados por su manera de hacer las cosas. “Siento haber estado desaparecida, pero lo necesitaba. Ahora, poco a poco y con precaución, iré volviendo”.
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Precisamente, uno de los últimos temas que más polémica han generado en torno a la maestra de ceremonias de Password fue el estilismo que eligió para el 31 de diciembre. Hay que recordar que era un abrigo blanco decorado con elementos naturales, concretamente de lana reciclada con semillas, amaranto rojo y capuchinas, que daba paso a un vestido en tonos verdes con transparencias creado por la diseñadora Paula Uluargui y compuesto por tejidos que integran el agua y las plantas. Todo ello combinado con unas sandalias de pino gallego y una gargantilla de brillantes que acabó desapareciendo al final de la emisión.
Con este look la tertuliana deseaba crear conciencia sobre la importancia de cuidar la naturaleza, y, en especial, el agua, un bien cada vez más escaso. Y es que este traje si entra en contacto con el agua se disolvería por completo porque es biodegradable. Algo que ha querido comprobar personalmente. “Tengo fotografías del vestido en una ducha, porque si se moja se deshace, pero como me han dado por todos los sitios creo que las compartiré más adelante. Mi propósito es cuidar de mi salud mental, entonces voy a ir dando las cosas con pequeñas píldoras y no todo a la vez”, ha reflexionado junto a sus compañeros de Zapeando.
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