Su corte de pelo supuso toda una ‘revolución’… pero ella no se dio cuenta. Antonia Dell’Atte cambió el ideal de belleza de la mujer en los años ochenta en nuestro país. En una época en la que ‘se dictaba’ llevar la melena al viento, ella ‘desafió’ los códigos e impactó, de la mano de Giorgio Armani, con su corte a lo garçon y sus chaquetas con poderosas hombreras.
Han pasado más de cuatro décadas desde que posó, por primera vez, para el diseñador italiano. Para ella, mucho más que un creador: su íntimo amigo. “Es un grande. Me ha enseñado lo que es la discreción, lo que es ser una mujer luchadora… La credibilidad, la dignidad, y ser una mujer verdadera, valiosa, valiente. Este es su universo. Con él, me siento en familia. Sé que me ama, me respeta, y, sobre todo, nunca me he sentido utilizada”, nos cuenta.
Su imagen abre ahora una exposición con la que Giorgio Armani rinde tributo a la obra del fotógrafo Aldo Fallai (que podrá visitarse en Armani/Silos, en Milán, hasta el próximo 11 de agosto). Y Antonia no puede sentirse más orgullosa al ver su fotografía por las calles de la ciudad de la moda. Porque, de algún modo, este también es un pequeño homenaje a su “humilde trayectoria”.
“Ha sido un regalo. Después de cuarenta años, Armani ha elegido mi cara cuando también están las grandes ‘top’. Para mí esta elección envía un mensaje muy fuerte. Estoy agradecida… Se ve el respeto y la lealtad que nos tenemos. Creo que soy una parte mínima de la gran historia de Giorgio Armani”.
“Espero que viva otros cien años”
Ha sido una de sus indiscutibles musas, y se deshace en elogios al que, considera, “el rey de la moda”. “Siempre digo lo mismo: espero que viva otros cien años porque yo lo necesito”.
Tenía 24 años cuando Armani se fijó en ella, aunque, nos confiesa, pasó desapercibida en un principio. “A los 23, me presenté con el pelo largo, y él ni se fijó en mí. Pero, como siempre he dicho, me corté el pelo por necesidad, porque tenía que comer. Me lo hicieron unos peluqueros en Milán. Y él creo que vio en mí todo lo que era una mujer: el cuello largo y la nariz. Me dijeron que tenía que operármela… Pero yo sabía que era mi sello de identidad, para que la gente me conociera”.
Se negó a cambiar sus facciones y, desde entonces, tampoco ha vuelto a dejar crecer su pelo, pese a que no descarta hacer un cambio radical: “Quizás un día vuelvo a llevarlo así… No me veo, pero nunca se sabe”.
Una influencer
La imagen de Antonia impactó tanto en nuestro país que su corte de pelo pasó a ser tendencia. “Iban con mi foto a las peluquerías y decían: quiero el corte de pelo de Antonia. Esto también significa que he sido un pequeño referente estético, pero yo no lo sabía. Y si puedes dar alegría a la gente y ser un referente de la dignidad de las mujeres… Yo, honrada y contenta”.
Resulta inevitable preguntarle por las influencers que han surgido gracias a las redes sociales y que, hoy, marcan la pauta. “Para mí, los mayores influencers son los creadores porque ellos tienen unas empresas fuertes, pagan sueldos para poner un producto en el mercado… Giorgio, Valentino… son los grandes influencers… Ahora cualquiera puede ser influencer, pero nacen y mueren. ¿Me explico?”.
“Yo prefiero siempre estar al lado de los emprendedores que ponen dinero de su bolsillo y arriesgan, que tienen gente que trabaja para ellos”.
Romper el silencio
Recordamos su pasado en las pasarelas, pero Antonia también ha sido un rostro indiscutible de nuestra pequeña pantalla, y nos anuncia su posible regreso a la televisión. “He adoptado un silencio”, reconoce, aunque no “ha desparecido. Esto ha sido sólo un silencio para volver con más serenidad a mi trabajo y coger las oportunidades que me apetecen. ¿Qué significa? Significa que yo he tenido que alejarme de determinados escándalos donde me habían implicado… donde yo nunca he provocado, a mi pesar. Pero también me he equivocado. Entonces dije: adelante, silencio total. Dios me dará una respuesta y todas esas respuestas están llegando. Una de ellas ha sido este gran reconocimiento y regalo que me ha hecho el mítico y único Giorgio Armani”.
Vuelta a la pequeña pantalla
Para Antonia, “ la televisión está cambiando y necesitan personas que nunca han vendido su vida privada, pero han vendido una verdad. Y mi verdad es una verdad estupenda”.
Tiene claro cuáles son sus condiciones, y, sobre todo, sus límites. “Estoy ilusionada con volver siempre y cuando haya un respeto y se me valore. Si me van a utilizar, no vuelvo… Nunca he trabajado de colaboradora ni he trabajado para insultar a los demás. A mí nunca me han llamado para opinar del resto. Siempre he estado presentando programas, es mi trabajo, también. Yo vivo desde la lealtad, también desde cierto pudor… Y los montajes no van conmigo. Entonces sé que, en esa parte, no intereso”.
“Gracias a Dios, creo que se está volviendo a una televisión para comunicar algunos valores. A mí me gusta el entretenimiento y el humor. Yo puedo hablar de alguien sin ofender, con mi sentido del humor. Así que si lo entiendes bien, y si no… Paciencia. No sé cómo explicarte, pero para mí, es puro entretenimiento. Siempre digo las cosas como son. Pero yo no insulto… Algunas veces he metido la pata, pero siempre de una manera inconsciente”.
“Mi hijo está feliz”
Más allá de las pasarelas y los focos, está su hijo, Clemente,su gran amor. Nos desvela que él “está feliz” con este homenaje que le han hecho.
“La única cosa que me ha dicho es: ‘Sí, mamá, te lo mereces’. Después de muchos años, te mereces este reconocimiento. Mi hijo está muy orgulloso de su madre, es una persona con la cabeza muy bien amueblada porque nunca he jugado con la verdad. Nunca le he mentido ni he sido hipócrita. Mi hijo ha crecido sano, y cuando tú creces con una mentalidad sana, con una madre que no es personaje, que es más persona… tu hijo te ve con otros ojos. Además, yo me he dedicado al cien por cien”.
Porque, más allá del estilo, la moda, los platós… el mejor ‘papel’ de su vida ha sido el de madre.