Tenía 21 años cuando ascendía a la categoría de estrella y sus abdominales forraban las carpetas de los teenagers de medio mundo. Entonces, se llamaba Marky Mark y protagonizaba aquella instantánea de una guisa con la que cualquier otro hombre habría caído sin remisión en el patetismo más absoluto: en paños menores y los pantalones en las canillas. Sin embargo, Mark Wahlberg se convertía en un oscuro objeto de deseo canalla y rapero. También, en el epítome del hombre sexi de los 90 y, por supuesto, en el modelo de ropa interior por antonomasia.
Aquello ocurría en 1992. Hoy, Mark, con 52 años y convertido en un actor de carácter respetado y nominado al Oscar, mantiene, no obstante, toda su musculatura en perfecto estado de revista. De hecho, si se meten en Google, además de las reseñas por su último trabajo para la pantalla —The Family Plan, junto a Michelle Monaghan—, encontrarán desde sus rutinas de gym hasta su dieta paleo-keto . Del desayuno a la cena. Porque el de Boogie nights, que asegura estar dispuesto a asumir ya papeles de abuelo, ha tenido cuatro hijos junto a la modelo Rhea Durham y, sin embargo, ni el tiempo ni los quebraderos de cabeza paternofiliales parecen haberle pasado factura. Quizás se deba a que, hace dos años, dejó su mansión en Beverly Hills —y las tentaciones de Los Ángeles— por el aire puro del desierto de Nevada... Sea como fuere, el actor no descuida ni su cuerpo ni su vocación y está montando en Las Vegas un nuevo Hollywood.