No hace falta explicar quién es Bertín Osborne. Ni su casta. Ni sus triunfos. Ni tampoco sus millones de discos vendidos, sus rankings de audiencia o su buena mano con los negocios. Porque basta con dar su nombre de pila y ocurre con él como con las leyendas del Hollywood de antaño, que su silueta de metro noventa y sus ojos verdes se dibujan a la perfección en tu cabeza. Bertín es memoria de España. Pero tampoco merece la pena que nos metamos en los vericuetos de los últimos avatares de su vida. Los conocen. De hecho, están anegados por horas de televisión y litros de tinta. Desde su separación de Fabiola Martínez a… ya saben, su paternidad (o no) del hijo que espera la paraguaya Gabriela Guillén.
Él, Bertín, hasta ahora, ha guardado silencio, que así, por cierto, se llama el agua de colonia con la que asalta el mercado. Perdón. Silencio no. Corregimos, que Bertín dice que él no ha estado jamás callado... Sea como fuere, este cantante con tanta leyenda a sus espaldas toma, por fin, la palabra. En esta entrevista, que por momentos parece un soliloquio, Bertín lo aborda todo. No es que él necesite explicarse, porque sostiene que no le debe explicaciones a nadie, pero sí que, de una vez por todas, quiere contar la verdad. Su verdad, al menos. La encontrarán aquí. Con un Bertín a pecho descubierto. Un Bertín sin cortes ni censuras. Bertín en estado puro. Genuino, padrazo, polémico, nostálgico, combativo, canalla, caballero, tierno, sincero, soñador, íntegro, justiciero, fanfarrón, sensato, simpático... Con carácter. Las confesiones de un hombre y, sin embargo, estrella. Con todas sus virtudes y también, sus flaquezas. Cien por cien Bertín Osborne. Les ofrecemos sus respuestas sin trampa ni cartón, porque, con él, sobran las preguntas. Lean, que le damos al play.
“No he estado desaparecido, he estado trabajando”
Su ‘mutis por el foro’
“No sé por qué se piensa que he estado desaparecido… En absoluto. He estado trabajando. Siempre se tiene la idea —peregrina— de que los artistas tenemos que salir al paso de cualquier comentario o de cualquier novedad que se dé en nuestra vida y… ¡para nada! A mí me importan tres narices las cosas que se digan. Y mucho más si no tienen ningún fundamento, tal y como, en muchos casos, ha ocurrido. Yo no tengo por qué estar dando contestaciones ni entrevistas para aclarar… Yo no tengo que aclarar nada, porque no tengo ninguna necesidad y me aburre soberanamente hablar de cosas que no me interesan. No es un modo de actuar, es mi modo de ser. Lo que he hecho durante este tiempo ha sido trabajar como un burro. He estado grabando los programas de Navidad de mi cadena, he estado grabando el disco, he estado preparando y grabando los videoclips, estoy currando en la empresa de alimentación… No he parado de hacer cosas. ¿Tú crees que yo voy a perder un minuto de mi tiempo, que es lo único que no podría recuperar si lo pierdo, en hablar de tonterías?”
Bertín y el ‘Silencio’
“Así es como se llama mi agua de colonia. Que no, no es un perfume. Yo no he usado perfume en mi vida. He usado colonia. ¿Perfumes? Jamás. Y la historia surgió porque vinieron a verme unos perfumeros de Murcia, encantadores y muy buenos, y me lo propusieron. Yo había hablado de este tema con Antonio Banderas, que me dijo que era un tema estupendo… Total, que yo les dije: ‘Mirad, yo, ¿perfume? Ni de coña’. Porque los odio. Cuando entras en un ascensor y acaba de salir alguien que se ha echado perfume, lo odio a muerte. ‘Pero ¿una colonia? Sí’. Me dijeron que tenía que ser una fragancia, que es una palabra que me horroriza, porque me parece una cursilada… Y entonces les pedí que fuera una cosa suavecita, que oliera a campo, a tomillo, a romero, a mejorana, cosas de campo… Si tienes la oportunidad de ver un estuche del frasco, escribí un texto muy bonito sobre lo que significa para mí… Y… bueno, estuvimos con ello un mes entero hasta que me enviaron la que yo pensé que debía de ser: un aroma muy limpito. Y se llama así porque el nombre que yo quería estaba registrado. Era ‘Solera’. Y me dirás: ‘¿Por qué entonces elegiste ‘Silencio’?’. Porque a mí me gusta el silencio del campo. Por eso vivo aquí. El silencio del campo es el sonido de los pájaros, es el relincho de los caballos, es el sonido de una guitarra debajo de una encina… Ese nombre no es ‘revelador’ de nada. ‘Revelador’... pero ¿por qué? ¿Por qué va a significar otra cosa? Que no se siga por ahí porque... No penséis que yo estoy mandando mensajes... ¿‘Silencio’? ¡Sí! ¡Punto!’
“Gabriela es una chavala estupenda. Es buenísima gente. Muy atractiva. Muy trabajadora. Muy decente. Yo no puedo hablar más que bien de ella”
Sus ‘batallas’
“¿Que cómo consigo seguir trabajando —y creando— sin escuchar tanto ruido a mi alrededor? Pues porque yo no escucho nada. Yo no veo la televisión. Nada. Y los programas del corazón, menos. Y si he ido a alguno es porque pensaba que tenía amigos y amigas y compañeros de profesión y de cadena… Pensaba que ‘tenía’ amigos. Porque yo me he llevado siempre bien con todo el mundo y he sido amable y respetuoso… Hasta ahora. Hasta ahora que me he dado cuenta de que uno no tiene amigos en mi profesión ni gente que te respete, lo que me da mucha pena. Por eso, cuando ves personas a las que quieres, que admiras, que respetas, con las que has tenido un trato cercano y cordial, diciendo barbaridades o mentiras absolutas o dando pábulo o espacio a personas que no lo merecen… Es muy triste. Es lamentable…”.
“La vida nunca deja de sorprenderte, pero me ha enseñado una cosa: que no le puedo pedir nada más si, antes, no me lo he trabajado primero”
“Tengo preparadas una querella y una demanda. Y si no las he presentado aún es porque no soy vengativo y porque me da pena. Yo sé que la querella —que es muy dura y está ya preparada— va a hacer un daño horroroso y sé que le voy a jorobar la vida a una persona que, en realidad, me ha intentado jorobar a mí... Pero, por eso mismo, me resisto a hacerlo. Y fíjate que el abogado me lo recuerda: ‘Bertín, debes hacerlo’. Pero me cuesta tomar la decisión… Supondrá remover otra vez todo. Y la demanda es contra algún compañero tuyo de profesión, por aquello de repetir cosas sin tener ninguna prueba y sin confirmar… Lo cierto es que… tampoco sé si la presentaré porque, al final, dices: ‘Mira, Bertín, ¿para qué? Déjalo’”.
Bertín y la prensa
“Que las noticias sean que Bertín Osborne “sale con chicas” es tan ridículo, tan absurdo... Pero ¿esa qué clase de noticia es? Pero ¡si lo he hecho desde que tenía 15 años! No lo entiendo… Pero, señores, ¡¿cómo voy a estar cabreado, dañado, indignado o molesto por que digan eso!? A mí me da igual. Toda mi vida me la he llevado saliendo con chicas porque, a mí, me gustan las mujeres. No sé si no estará de moda eso ahora, pero yo soy así y me han parido así y seguirá siendo así. Por eso no lo entiendo… O es que ¿el nuevo deporte nacional es ver con quién ando —o no ando— yo? ¡Es tremendo! Hombre, a ver, en algunos casos, sí que me ha molestado cuando lo que se ha contado no era verdad. He tenido que escuchar a ‘una’ que decía que tenía la llave de mi casa… ¡Mi casa no tiene llave! ¿Cómo pueden decir esas cosas? Mi casa es del siglo XVIII y la llave, que la tengo, ¡pesa un kilo y mide 20 centímetros!”.
“He decidido que no voy a ser padre, no quiero ejercer de padre. Si se confirma que es mío, ayudaré”
“Las mentiras me molestan. Que vaya una chica a televisión a decir que he estado con ella... Bueno, ¡¿y qué?! Sí. No. Vale. Pero ¿y qué? ¿Cuál sería el problema? Yo he sido muy discreto toda mi vida… Para todo. Y para estos casos he procurado ser, siempre, un señor y no hablar de nadie. Por eso, estas situaciones me siguen sorprendiendo. Pero ya estaría, ¿no? Porque tampoco sé exactamente de qué se me acusa. Cuando terminen conmigo, ¿qué? ¿Empezarán con Julio Iglesias? ¿Con todos los que hemos sido un poco ‘moviditos’?”.
“Gabriela me ha rechazado cualquier ayuda que yo haya podido ofrecerle. Es justo decirlo. Y, sin embargo, es muy muy muy injusto que la acusen de tener “un interés””
“En la prensa, tendríais que dejar de mirar el ombligo. Os lo miráis como si fuerais la última Pepsi-Cola del desierto. Y no es verdad. ¡Despertad! Poned el foco en otras cosas, porque el público, cuando viene a verme a un concierto o compra mis discos, pone el foco donde tiene que ponerlo: en mi profesión, en el esfuerzo que pongo como un burro haciéndome miles de kilómetros para dar conciertos… A lo demás, ni ellos ni yo le damos ninguna importancia”.
Fabiola
“Echo de menos la vida en pareja, sí, pero con matices… A quien echo de menos es a Fabiola. Muchísimo. Fabiola es la mujer más importante. Fabiola es un ejemplo en todo. Es una compañera bestial. Aparte de lo que todos sabemos, que es una madre comprometida y todo lo que tú quieras, ella, como compañera, es un 10. Ha sido un 10 toda su vida… Ha sido una maravilla compartir mi vida con ella y mi relación con ella es maravillosa. Estupenda. Y quiero que siga siendo así porque no solo es la madre de mis niños, sino porque ella es irrepetible. Es más, yo no pienso que mi vida esté alejada y separada de ella en todos los sentidos: la sigo viendo y sigo hablando con ella varias veces por semana. Ella sabe que, en cualquier momento de la vida, siempre voy a estar ahí. Porque la adoro. Es una mujer de un nivel y una categoría muy poco común”.
“Me adapto muchísimo mejor a estar soltero que a estar casado. Pero no por las salidas ni por las entradas, ni por las noches largas o las relaciones esporádicas… Yo soy un tipo muy ordenado y no me desmadro nunca. Y cuando digo “nunca” es “nunca””
Su renovada soltería
“Mi ‘renovada’ soltería, como tú dices, ‘no me descolocó’ ni descolocó a mi familia tampoco. Por la sencilla razón de que yo creo que he nacido para estar soltero. Como que no he tenido ninguna relación estable que me haya durado toda la vida, lamentablemente... Y nunca ha sido por culpa de mis parejas, ¡ojo! Ha sido culpa mía. Yo no he nacido para estar casado, lo tengo que reconocer. Y mira que lo he intentado... Yo me adapto muchísimo mejor a estar soltero que a estar casado. Pero no por las salidas ni por las entradas, ni por las noches largas o las relaciones esporádicas… No, no. Yo soy un tipo muy ordenado. Mucho. La gente puede pensar otra cosa, pero yo no me desmadro nunca. Y cuando digo ‘nunca’ es ‘nunca’. Yo me podría desmadrar con 20 años y con 22, pero ¿con mi edad? Hará 30 años que no me desmadro. Y ¿las relaciones esporádicas? Yo soy un tío y a mí me gustan las mujeres... Como a mi padre y como a mi abuelo. ¿Qué quieres que te diga? Cuando me apetece salir, salgo con una mujer. Francamente. Pero es que, además, últimamente, después de todo el follón que habéis organizado, yo creo que no quiere salir conmigo nadie. ¡Todo el mundo se acojona! Ya no salgo nada más que con amigos. Ojalá tuviera una relación ‘esporádica’ un ‘poquito’ más larga… Pero, de momento, son ‘muy esporádicas’, y eso, cuando las hay…”.
“Echo de menos la vida en pareja, sí, pero con matices… A quien echo de menos es a Fabiola. Muchísimo. Fabiola es la mujer más importante. Es un ejemplo en todo. Es una compañera bestial”
“Nunca he sido de ‘me lío a la manta a la cabeza’ ni de hacer disparates. Mi profesión me ha disciplinado muchísimo. Y mi padre, que siempre me hizo ser responsable. Si le preguntas a cualquier profesional de la música —o de la televisión— cómo soy yo como profesional, te dirá que soy un currante, que no llego tarde nunca, que soy germánico, que trabajo, que no suspendo... Yo no me he puesto malo ni un solo día, no he llegado tarde jamás. La responsabilidad es una forma de vida. ‘Mi’ forma de vida”.
Bertín y Gabriela Guillén
“He escuchado un poco de todo sobre ella en los últimos meses y hay cosas radicalmente injustas que no quiero dejar pasar. Gabriela es una chavala estupenda, ¡que esto vaya por delante! Gabriela es buenísima gente. Muy atractiva. Muy trabajadora. Muy decente. Yo no puedo hablar más que bien de ella. Y he oído por ahí que… Que si dinero, que si intereses… ¡No, no y no! Cuando yo he hablado del dinero, jamás me he referido a ella, porque Gabriela es la única que ¡nunca! me ha exigido nada. Nunca me ha pedido nada. Ella se ha negado y me ha rechazado cualquier ayuda que yo haya podido ofrecerle. Es justo decirlo. Y, sin embargo, es muy muy muy injusto que la acusen de algo que no ha hecho”.
“Cuando Gabriela tenga el bebé, evidentemente, nos haremos alguna prueba. Yo tengo una responsabilidad. Tengo mucha familia. Tengo hijos, nietos… Sería una irresponsabilidad no hacérmelas”
“Y luego está la persecución que le tienen puesta… Ya se lo advertí yo a ella: ‘Que sepas que esto se te va a convertir en un infierno’, le dije. Pero creo que no se lo tomó muy en serio y lo que debe de estar viviendo ahora es pufff… No la he vuelto a ver. La última vez en mi vida fue el pasado 1 de julio. He hablado con ella, me parece que... una vez… Así que no. Ella no es una interesada. No lo está haciendo por interés, que no se diga, porque no es verdad. Y ya quisieran muchas poder decir lo mismo”.
La nueva paternidad
“ “Que las noticias sean ahora que Bertín Osborne “sale con chicas” es tan ridículo, tan absurdo... Pero esa ¿qué clase de noticia es? Pero ¡si lo he hecho desde que tenía 15 años!”
“Cuando lo tenga (al bebé), evidentemente, nos tendremos que hacer alguna prueba. Yo tengo una responsabilidad. Tengo mucha familia. Tengo hijos, nietos… Sería una irresponsabilidad no hacerme las pruebas. Pero no por nada, sino porque creo que es de justicia para todo mi entorno hacerlo. Es lo que todo el mundo haría... Y lo vuelvo a repetir: no es un tema de desconfianza, sino que, simplemente, es un tema que hay que ratificar porque, si no, luego, hay problemas. Oye, ¿y si se confirma que es mío? Yo soy un tipo responsable y ayudaré y me haré cargo de lo que tenga que hacerme cargo. Eso es todo. No hay más que contar. Ha sido una relación no muy larga y que ha terminado de esta manera… Pero yo no tengo más que buenas palabras para ella. Simplemente, he decidido que no voy a ser padre. Que no quiero ejercer de padre”.
Bertín y el amor
“Uno no puede decir que no quiera enamorarse. Pero, en este momento, lo pienso y me da una pereza... Me da una pereza que ni puedo explicar…Ojalá hubiera, de repente, alguien, como dicen en Venezuela, ‘que te mueva al piso’ (risas), pero eso ya es tan complicado… Yo, con sentirme bien y a gusto con alguien, ya me conformo… Pero ¿enamorarme? No creo que se vaya a dar… El amor te entontece bastante, la verdad. Haces muchas tonterías por amor que, luego, las piensas y dices: ‘Pero ¿seré idiota?’ (risas). Pero yo tampoco he hecho muchas, ¡ojo! Sí que me han contado que, cuando tienes una cierta edad y te enamoras, haces más tonterías que cuando tenías 25... Pero eso me han contado… (Risas). Supongo que uno tiene que tener cuidado con eso”.
“Toda mi vida he salido con chicas porque, a mí, me gustan las mujeres. No sé si no estará de moda eso ahora, pero yo soy así, me han parido así y seguirá siendo así”
El desamor o la tristeza…
“Si me preguntas por aquello que decía Oscar Wilde de que la felicidad hay que vivirla y no escribir sobre ella, Wilde no era ningún idiota… Y es cierto que, cuando estás en una situación de sentimientos encontrados, de sentimientos disparatados, uno es mucho más más… ‘creativo’... Yo siempre he cantado —y escrito— sobre experiencias mías. Evidentemente, la mayoría de los cantantes que conozco escriben mejor en la tristeza y el desamor que en la felicidad. A no ser que escribas, como yo, ‘Buenas noches, señora, recuerdos a tu señor’, que eso era más ‘cachondada’ (risas)… Pero si hablas de mensajes ocultos en mis nuevas canciones, ¿mensajes?, ¡ninguno!”
La Navidad de 2023
“La Navidad es para cuando eres más niño. Para cuando eres más joven, cuando tienes a tu padre, a tu madre… Pero cuando empiezas a perder a la gente que tienes alrededor, la Navidad se hace más triste. Yo, desde que murió mi madre, me peleé un poco con la Navidad… Pero también están mis nietos, mis hijas… Y, al final, tienes que volver al redil. Este ha sido el primer año que yo personalmente he puesto el árbol. Siempre lo han hecho las niñas… Este año, en cambio, lo he hecho yo”.
“Tengo preparadas una querella y una demanda. Y si no las he presentado aún es porque no soy vengativo y porque me da pena. Hasta ahora, pensaba que “tenía” amigos en la profesión. He descubierto que no, y me da mucha pena”
“Estos días de Nochebuena y Navidad los he pasado en Jerez , con mis hijas, con mis nietos… Porque mis hijos viven con Fabiola, en Madrid. Los niños llegaron el día 26 y se están quedando conmigo el resto de las Navidades. Y ¿cómo están siendo estos días? Pues ¡un caos! (Risas). En mi casa entran y salen 200 niños a la vez. Me revuelven toda la casa (risas), me descolocan todo… Y fíjate que tengo una rutina germánica, bueno, pues ¡lo disfruto mucho! Es más, no veo el momento de que lleguen los niños… De tener a Kike, que, desde que llega, ya quiere caballo y caballo y caballo. Así que montamos, vemos series de televisión, jugamos, cantamos —por supuesto— alrededor de la chimenea… Este año, claro, mi villancico: ‘El Niño Jesús nació en Triana’. En fin, ha habido momentos muy bonitos… Y soy muy feliz. Que este, te diré, ha sido también el primer año en el que he ido a comprar regalos, que a mí los regalos siempre me los compraban… Pues este año tampoco. Este año, he ido de tienda en tienda buscando regalos para todos”.
“Y para Fin de Año tuve una fiesta en mi casa, como hago todos los años. Viene prácticamente todo el mundo. Amigos, primos, hermanas… Kike y Carlos estuvieron… Y las niñas con sus hijos… Pero esta Nochevieja no ha habido demasiada gente… Bueno, 25 o 30 personas sí que éramos, sí. Y ha sido muy muy divertido. A ver, que yo, en cuanto llegan las campanadas, me quito de en medio. Estoy una media hora más. Les digo: ‘Ya, si eso, me lo contáis el año que viene’ (risas), porque yo me levanto temprano para ver el Concierto de Año Nuevo”.
“Me he convertido en un tipo bastante solitario. Tampoco diría que esta sea una buena idea, pero es que ha salido así. Uno se acostumbra, coge sus manías… En fin, me las ingenio para evitar la soledad, pero, al mismo tiempo, me gusta estar rodeado de soledad”
Bertín y sus hijos
“Mis hijas me lo han dicho siempre: ‘Papá, disfruta la vida. ¡Diviértete, que te lo mereces! Que trabajas como una mula... Por lo menos, disfruta todo lo que puedas’. Mi hijo Carlitos, él no se mete en nada. A Carlitos le parece todo bien. Carlitos, que ya mide 1,90 y es un ‘tocho’ impresionante de tío —y delgado como un espárrago; es exactamente igual que yo cuando era chico: una especie de espagueti de 1,90—... Para él está todo bien. Sabe que lo único en el mundo que me importa son mis hijos. Es un tío maduro con un coco privilegiado. Un tipazo que sabe perfectamente quién es su padre y sabe que su padre es un buen tío y que los adora. Y que adora a su familia entera. Evidentemente, a la mía, pero también, a la de su madre. De hecho, esto lo sabe muy poca gente, pero mi suegra —su abuela— sigue viniendo a mi casa cuando vienen los niños. Porque yo la invito. Porque quiero que venga. Porque la quiero muchísimo. En cuanto a Kike… Para Kike la situación no ha cambiado. Porque está con su madre, porque ve a su padre, porque yo voy a Madrid y jugamos al Monopoly… Kike está feliz porque nos ve bien juntos. Pero Kike es nuestro toque de atención diario. Tanto para Fabiola como para mí. A los padres que tenemos niños como Kike, la preocupación por su futuro es lo único que, de verdad, nos motiva”.
Bertín y la Fundación
“Mi relación con la fundación es la misma. No ha cambiado nada. Yo sigo involucrado. Es así porque es lo que hemos decidido Fabiola y yo, pero es cierto que Fabiola se ocupa de este tema en primera persona y yo no puedo. El cambio del nombre de la fundación es algo que Fabiola y yo habíamos hablado ya hacía tiempo, porque, en realidad, la fundación está hecha por Kike. Al principio, para darla a conocer, ponerle mi nombre fue bueno, pero, ahora que ya la conoce todo el mundo, creemos que es lo lógico que tenga el nombre de Kike. Así que, en realidad, no ha cambiado nada”.
“Uno no puede decir que no quiera enamorarse. Pero, en este momento, lo pienso y me da una pereza... Ojalá hubiera, de repente, alguien que, como dicen en Venezuela, “me mueva al piso”, pero, no”
Padre y abuelo
“Yo nunca he sido —ni he jugado a ser— amigo de mis hijos. Pero si tú preguntas a mis hijas, te dirán que yo soy un padre que les ha dado libertad. Siempre. Para todo. He intentado que estuvieran perfectamente educados —y educadas— y que supieran los valores de la vida. Una vez que tú enseñas eso y tus hijos lo tienen muy claro, si les das toda la libertad del mundo, ellos sabrán qué hacer con ella. Con mis hijas lo hice e igual pienso hacer con Carlitos, y ojalá pudiera hacerlo con Kike… Y la complicidad con mis hijas es enorme. Tenemos esa confianza por la que nos lo hemos contado siempre todo. Ellas lo saben todo de mi vida. Y yo, también, todo lo suyo. Y, además, procuro involucrarme, porque son tan tan bellas personas que intento, siempre que lo necesitan, estar ahí. Hay veces que me echan la bronca. Consejeras no son, pero sí ‘bronquistas’ (risas). Y, de repente, cuando hago algo que no debería, ellas me lo dicen. Alejandra, la mayor, me ha dicho, por ejemplo: “Papá, no puedes salir con esta que es más joven que yo” (risas). Que me ha pasado varias veces, y me río muchísimo”.
“El amor te entontece bastante, la verdad. Haces muchas tonterías por amor que luego las piensas y dices: “Pero ¿seré idiota?””
“Con mis nietos tengo una relación estupenda y los adoro a todos también. Son unos niños fantásticos. Educadísimos. A veces, son unos bichos (risas), pero unos bichos educados. Yo con ellos no soy como con mis hijos... Eso es cierto. Soy muy diferente como padre a como soy como abuelo. Creo, fíjate, que soy mejor padre que abuelo”.
La soledad
“Soy un tío que no cambia su manera de vivir por ninguna circunstancia. Yo soy muy rutinario. Vivo en el campo y tengo mis momentos por la mañana de ejercicio y de deporte, luego tengo mi lectura… Y eso lo voy a seguir haciendo. Pero cuando terminen estos días de luces, de risas y de llantos de niños serán días de bastante soledad... Yo vivo solo en una casa inmensa. Y, al principio, me pesaba. Cuando me falte todo este jaleo, me organizaré —como ya tengo organizada mi vida— para no tener un día sin hacer nada. Las tardes en invierno, que son más cortas, a mí, se me alargan… Yo no soy de salir. A lo mejor, quedo para cenar, pero yo tampoco ceno. Y me preguntarás ‘¿por qué?’. Pues porque, en mi nueva vida, en la que intento estar en forma, lo que he hecho fundamentalmente para encontrarme bien ha sido no cenar. Entonces, claro, no salgo a cenar. Y si salgo, acompaño, pero no ceno”.
“La Navidad es para cuando eres niño. Pero cuando empiezas a perder a la gente que tienes alrededor, se hace más triste. Yo, desde que murió mi madre, me peleé un poco con la Navidad”
“Un día cualquiera en mi vida se resumiría en levantarme a las seis, mandar un mensajito a Carlos Herrera cuando me entero de lo que va a decir o a quién va a entrevistar y me meto en el gimnasio y estoy una hora u hora y pico. Después, desayuno, me ducho, me visto y me voy al campo para ver lo que hay que hacer. A la hora de comer, salgo a comer con amigos —o vienen ellos a mi casa— y hay momentos muy divertidos. Tengo varios amigos que hacen platos especiales. Martín, Pareja Obregón hace las paellas y las fideuás ¡De miedo! Es un tío que tendría que ir a ‘MasterChef’. Y, luego, por las tardes, termino las cosas pendientes. Mis citas de trabajo y mis obligaciones”.
“Con mis nietos tengo una relación estupenda y los adoro. Son unos niños fantásticos. Educadísimos. Pero soy muy diferente como padre a como soy como abuelo. Soy mejor padre que abuelo”
“Si te digo la verdad, esta vida, al principio, me costó. Yo he vivido solo muchísimos años de mi vida, ¡ojo! Creo que, en realidad, la mayor parte de mi vida... Porque viajaba, hacía giras y… estaba solo. Después, porque viví en Estados Unidos 14 años y también estaba solo. Hasta que me casé con Fabiola, he vivido solo. Ahora, llevo solo otra vez otros cuatro años… Si lo pienso, en realidad, estoy acostumbrado a vivir solo. De hecho, me gusta la soledad. Cuando estoy por ahí y hay mucha gente, yo estoy loco por volver a casa y escuchar el silencio. Me he convertido en un tipo bastante solitario. Tampoco diría que esta sea una buena idea, pero es que ha salido así. A mí ya no me gusta compartir habitación… Eso no creo que lo vuelva a hacer. Compartir casa, diría también que es complicado. No sé. Uno se acostumbra, uno coge sus manías… En fin, que me las ingenio para evitar la soledad, pero, al mismo tiempo, me gusta. Me gusta estar rodeado de soledad”.
Bertín y ¿su nueva residencia en Madrid?
“¿Nueva casa en Madrid? No, no, no. Yo no tengo ‘nueva casa’ en Madrid. Me he ido de un apartamento que ya tenía... Un apartamento que estaba bien, pero en el que no estaba cómodo porque era pequeño, estaba en una zona de mucho tráfico —de mucho movimiento— y yo ya eso no puedo… No me sentía bien. Y como voy muy poco (a Madrid), ahora mismo me hospedo en un hotel donde me quieren mucho y me dan unas habitaciones fantásticas. Pero, no sé exactamente qué es lo que voy a acabar haciendo en Madrid… Como te cuento, voy poco y procuro, cada vez, ir menos… Así que no sé al final qué haré. Todavía no lo he decidido”.
“Procuro involucrarme en la vida de mis hijos. Hay veces que me echan la bronca. Consejeros no son, pero sí “bronquistas””
El balance
“Podría escribir unas memorias, como Pedro Sánchez, pero no puedo hacerlo (risas). Tendría que callarme tantas cosas… ¡o mentir una barbaridad! (Risas). Pero serían ¡la pera! Así te lo digo. Ríete tú de otras memorias que se hayan publicado… En cambio, ¿una serie de televisión…? Oye, ¿ves? Una… ¿tipo Bosé o Luis Miguel…? A lo mejor, eso me divertiría hacerlo. Solo espero que alguien me lo proponga…”.
Deseos de Año Nuevo
“A los Reyes Magos no les pido nada. Nunca les he pedido nada. Si pido algo, es salud para todos. Para mí y para toda la gente que quiero. Y ya está, nada más. La vida, al final, no deja nunca de sorprenderte. A mí me pasan cosas todos los días. Si estás vivo y estás activo y te mueves, todos vivimos, al cabo del día, momentos divertidos, distintos, únicos… A mí me pasa”.
El 2024 de Bertín
“Mi disco ‘Ranchero’ es un ‘discazo’. Lo hemos grabado en México y es el primer disco de rancheras —y ya tengo ocho o nueve— en el que me he estudiado, pero de verdad, la forma de cantar de los grandes cantantes mexicanos. Ya sabes, como José Alfredo Jiménez o Vicente Fernández. Todas las canciones las he cantado con un deje y con unos giros verdaderamente mexicanos, con lo cual estoy muy contento. Y lo que te contaba del villancico... Es que es una cosa muy curiosa, verás. Martita, la pequeña de Martín Pareja Obregón, un día, cuando estábamos con la guitarra, dijo esta frase: ‘Papá, ¿el Niño Jesús nació en Triana?’. Y la frase me pareció sublime. Y entonces, con una botella de mosto en la mesa, la guitarra, un bolígrafo y un papel, escribimos el villancico. Y me encantó hacerlo porque los villancicos que cantamos ¿qué tendrán? ¿Cien años? Yo no he escuchado villancicos nuevos y, sinceramente, este me parece que es el villancico más comercial que he escuchado con la edad que tengo”.
“Kike es nuestro toque de atención diario. Tanto para Fabiola como para mí. La preocupación por su futuro es lo único que me motiva”
“También tengo un vino. Gallego. Un vino ribeiro. Se llama ‘Gerifalte’. Y es un vino fantástico que estamos vendiendo ¡Un disparate! El segundo vino blanco más vendido de España en Amazon. ¡Tela! Un pelotazo tremendo. También tengo tres proyectos muy interesantes para televisión, que ahora tengo que dilucidar cuáles sí o cuáles no... Quiero sacar tiempo para una gira... Ah, y mi compañía de alimentación, que tengo con mi ‘hermano’ José Luis López, ‘el Turronero’, que ha querido estar conmigo al 50 por ciento en esta aventura, y que es un tema que estoy haciendo por y para el futuro de mi hijo... ¿Lo de reconvertir la ‘Hacienda San José’ en un hotel? Hay un proyecto, sí. La idea sería convertirla en un gran hotel de campo, en plena naturaleza. Sería algo muy bonito para el entorno. Y te diré que ya tiene bastantes ‘novios y novias’... En resumen, tengo muchas cosas a las que dedicar el tiempo durante 2024 ... La vida me ha enseñado que no le puedo pedir nada si, antes, no me lo he trabajado primero”.