Fue en los 2000 cuando Mónica Cervera saltó a la fama gracias al talento interpretativo que demostró en ficciones de la talla de Piedras, 20 centímetros o Crimen ferpecto, película dirigida por Álex de la Iglesia que coprotagonizó de la mano de Willy Toledo y un excepcional elenco compuesto por rostros tan populares de la escena como Kira Miró o Fernando Tejero. Ahora, pasadas cerca de dos décadas desde entonces, poco queda de aquella vida de brillo y alfombras rojas en la que estuvo cerca de alzarse con un Goya, premio al que optó por su papel en esta recordada cinta estrenada en 2004. En la actualidad, está alejada del foco mediático y su realidad es muy diferente, algo sobre lo que ha querido pronunciarse.
Vive en la calle y no quiere volver a la pantalla
A sus 48 años, Mónica, popular por su característico sentido del humor, naturalidad y cercanía, lleva años siguiendo una rutina discreta y desligada de la esfera pública. Pese a que tiene abierto su perfil social, en el que asegura en su biografía que se encuentra "actualmente en proceso creativo", no acostumbra a hacer menciones de su forma de vida, una línea moderada en la que ha hecho una excepción nada más arrancar el 2024. Desde Marbella, su ciudad natal y donde cursó sus estudios de arte dramático antes de su gran debut en el cortometraje Hongos, la que fuera nominada en 2004 en la gala de los premios más célebres de la gran pantalla patria, los Goya, en la candidatura de mejor actriz revelación por Crimen ferpecto ha contado cómo es su día a día, un presente que nada tiene que ver con su ovacionado pasado, pues no tiene hogar y reside en la calle, a la intemperie, haciendo frente a las inclemencias del tiempo en estas fechas invernales.
La intérprete, que también estudió danza en la capital, ha alzado la voz para hablar de su situación vulnerable y adversa, una coyuntura contra la que lleva tiempo luchando, buscando amparo en distintos organismos, sin éxito. De carácter luchador y perseverante, Mónica tiene claro que saldrá adelante siendo fuerte y sin "nada" de ayuda de nadie y que su futuro no está frente a las cámaras: "No quiero que me nombren la palabra televisión ni cine. Estuve ahí en su día, pero no quiero volver nunca. Estoy bien como estoy, no quiero hablar de ese pasado", asegura contundente en declaraciones a la revista Semana, donde se cuenta su historia y se da voz a la dura realidad que encaran muchos artistas cuando los flashes dejan de iluminar.
El 25 de enero, una fecha señalada en el calendario de Mónica
Si bien la familia de Mónica vive en la ciudad malagueña y la intérprete de series tan seguidas en nuestro país como La que se avecina, Con dos tacones o Manos a la obra podría tener un techo bajo el que cobijarse, ella asegura que "tienen que respetar" su posición: "Quiero que me dejen en paz y vivir como yo he elegido vivir", agrega. Ahora, con la mira puesta en avanzar y mejorar sus condiciones, tiene una fecha señalada en su calendario próximo: el jueves 25 de enero. Será entonces cuando se reúna con un equipo del servicio de Bienestar Social, un encuentro tras el que espera que le "den una estabilidad".
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