Para celebrar las Navidades, Ágatha Ruiz de la Prada organizó una comida en su fabuloso ático madrileño, donde reunió a algunas de sus grandes amigas. Varias de ellas llevan formando parte de su vida desde que era una niña y adolescencia, como Blanca Entrecanales, la galerista Sofía Barroso —madre de Sofía Palazuelo, duquesa de Huéscar—, Flavia de Hohenlohe y Pilar González de Gregorio, conocida popularmente como Pilar Medina Sidonia.
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Otras de las asistentes las ha ido conociendo a lo largo de los años, como Pilar Beltrán, la ginecóloga Isabel Alonso o la empresaria María Benjumea. La primera de ellas es la madre del consejero delegado de Sotheby’s España y también madrina de Cósima, hija de Ágatha. Por su parte, María Benjumea es la presidenta de South Summit y está casada con Diego del Alcázar Silvela, marqués de La Romana, quien a su vez fue presidente del Grupo Vocento y creó el Instituto de Empresa. Finalizado el encuentro hablamos con Ágatha de los principales proyectos que tiene para el 2024: la llegada de su tienda, la apertura de su nueva tienda y también sus planes de cambiarse de casa.
—¿Cómo ha sido reunir a tus amigas en tu casa?
—La verdad es que me encanta ver a mis amigas, porque las amigas son lo más importante del mundo. Sólo han venido mis amigas de Madrid, pero tengo muchas en todas partes del mundo: Nueva York, Colombia, París, Portugal… Otra cosa muy buena es que he conseguido que se hayan hecho amigas entre ellas. Incluso casi demasiado. A veces, digo: “Ya se están pasando un pelo”. Por ejemplo, a Isabel y a Tata las presenté yo y, como siempre estoy liada, se ven ellas. Es algo que me encanta, pero se pasan un poco (ríe).
—¿Te consideras una buena anfitriona?
—Me encantan las casas, pero yo creo que una casa tiene que estar viva y eso significa recibir a mucha gente. Me gusta comer en casa, pero con gente. Hay veces que doy cinco comidas por semana, que es un poco locura. Pero es que llegar a mi casa y estar sola… Me parece como raro. Me gusta que haya gente, que haya perros y que haya jaleo. Una casa, por muy bonita que sea, es un rollo si está vacía. Luego, la Navidad me chifla y me gusta recibir a mis amigas. Soy la loca de la Navidad. Creo que la Navidad hay que celebrarla, celebrarla y celebrarla. Es bueno para la cabeza porque es como curativo: acaba el año después de haber trabajado muchísimo y empieza otro nuevo.
—Han venido varias amigas de tu infancia, como Blanca Entrecanales, Flavia de Hohenlohe y Sofía Barroso…
—Sofía fue un apoyo total y absoluto cuando me separé. Yo también fui apoyo suyo cuando se separó ella. El año que Sofia se separó pasamos la Navidad aquí y el año que yo me separé la pasamos en su casa. Me acuerdo que ese año, trajo a una señora extranjera que se acababa de quedar viuda y le dije: “Qué envidia” (echa una carcajada).
—¿Cómo ha sido agathizar a tus amigas en esta reunión navideña?
—Mis amigas son mis amigas porque se dejan agathizar. Si mis amigas fuesen vestidas de negro, menudo rollo. Esas amigas no las quiero, no me interesan.
—¿Te gustan las Navidades?
—Me encantan, de siempre, y les doy muchísima importancia. A lo mejor en julio, ya estoy pensando qué voy a hacer en navidades. Mis hijos dicen que menudo rollo, pero me lo he currado… Me han dado mucho más trabajo las navidades que un desfile. Ahora menos, pero antes mandar los christmas, los regalos… Antes, hacía quinientos regalos… Ahora, la verdad, me estoy volviendo bastante perezosa y tacaña (ríe).
—Más bien, práctica
—Ya, pero tonta porque hay que hacerlos. Todo ese mundo de las navidades me encanta. Me acuerdo una vez que decoré mi casa de París para un reportaje que se empeñaron en hacer en julio y pusimos la chimenea. Tú imagínate… Por poco nos morimos todos. Ahí ya se quedó la decoración hasta enero. Mi hijo vivió ese año justamente en París y me quería asesinar.
—¿Cómo decoras tu casa en Navidades?
—Decoro toda la casa: el nacimiento, el árbol… Todo, todo. Hago colección de nacimientos, porque me encantan. En el campo, también tengo un bosque de árboles y los decoro todo. Luego, los reciclo todos.
—¿Cómo estás celebrando estas fiestas?
—Siempre las paso con Piluca [Beltrán], que Llevo treinta y tantos años pasándolas con ella. Hacemos unas comidas muy especiales: confit de cannard… Siempre pasamos un día en su casa y otro en la mía, pero este año me voy a hacer la sueca y me voy con José Manuel al campo (ríe).
—¿Para Nochevieja?
—El año pasado hice un plan genial que eran dieciocho tíos y dos tías en un hotel en el campo. Voy a repetirlo y se va a venir Tata –así es como llama a Carmen Pérez Olmedo, la mujer del cirujano plástico Juan Peñas–.
—¿Qué ha sido lo mejor del 2023?
—Ha sido un año fantástico. No he parado de hacer planazos, cosas maravillosas. Por ejemplo, hace unos días presenté mi libro en Oporto, en la que dicen que es la librería más bonita del mundo. Se llama Lelo y tienes que pagar ocho euros. También estuve en una exposición de Rothko, organizada por Louis Vuitton y es la exposición posiblemente más importante que hay en el planeta.
—¿Qué le pides al 2024?
—Estoy muy asustada del 2024 porque tengo unos proyectos muy importantes y muy difíciles. Va a estar lleno de cosas importantes. Si Dios quiere, voy a abrir mi tienda nueva, espectacular, cerca de la Puerta de Alcalá. Eso va a hacer que busque hasta nueva casa. Me gustaría que cambiar mi vida por completo con el cambio de tienda, aunque mi vida está bastante bien.
—Entonces, ¿vas a vender esta casa?
—Me da mucha pena. Estoy intentando comprarme una que me gusta más que esta y no encuentro.
—También vas a ser abuela. ¿Cómo estás viviendo este momento?
—Bien. Me daba una rabia horrible no tener un nieto y ya voy a tenerlo. Ya estaba tardando mucho, porque mis amigas ya tienen todas: Isabel [Alonso] tiene un nieto, Sofía [Barroso] tiene tres, María [Benjumea] tiene cinco espectaculares… Blanca [Entrecanales] también tiene un montón de nietos. Casi todas mis amigas son abuelas y yo no.
—Entonces, tienes muchas ganas de serlos.
—Sí. Es muy molesto que todas tus amigas tengan un nieto y tú no. No sé si es un nieto o nieta, pero sí tengo la intuición de que va a ser un nieto.
—¿Cómo reaccionaste cuando te contaste que ibas a ser abuela?
—Fue una sorpresa. Una sorpresa grande. Me alegra mucho porque biológicamente me tocaba.
—¿Cómo te ves en esta faceta?
—Creo que voy a ser una buena abuela. Me gustaría que vinieran muchos nietos. Como me gustan los perros, me encanta tener muchos. Con los nietos igual, me encantaría tener muchos.
—En las próximas semanas, también harás dos años con José Manuel Díaz-Patón
—El balance es muy bueno. Es muy simpático y muy mono. Aguantarme a mí no es fácil.
—Mira que tú sin combustible, pero él…
—Tiene unos amigos… pero bárbaros. Además lo fomenta muchísimo y le da una importancia impresionante. Es muy, muy, muy de sus amigos.