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Empezó aquella mítica gala de 1993 con su nombre eclipsado por una banda y un título, el de Miss Barcelona. Pero a su término, como Primera Dama de Honor de Miss España, nadie pudo permanecer impasible ante el je ne sais quoi de aquella joven de apenas 20 años. Mar Saura se alzaba con la banda de eso que sigue siendo su seña de identidad y que derrocha con tan solo un movimiento de muñeca: la elegancia. Desde entonces, su nombre y su rostro forman parte de la Historia de la televisión. Y de la moda. Y también del cuché. Como sus ojos color tabaco y sus clavículas perfectas, esas que, en ángulo oblicuo y sobre una chaise longue, la convirtieron en estrella de la pantalla.
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Ahora que se cumplen los 60 años del actor de Leyendas de Pasión y estamos a vueltas con su rubia y eterna juventud, es cierto que el de Benjamin Button está cañón, pero Mar Saura más. ¿O es que no se acuerdan de aquella portada de ¡HOLA! en la que titulábamos “Brad Pitt, impresionado por la belleza y el encanto de Mar Saura”? Pues lo suyo tiene mucho más mérito. Aunque ella se emplee en quitárselo. “Me cuido muchísimo más que cuando era jovencita. Pero, aunque me halaga, lo más importante al final es estar bien. Bien contigo y bien con los demás”.
Mar es madre, modelo, actriz, productora, directora… ah, y “Primera Dama”. De la Hípica. Porque logramos hablar con la modelo en la II Noche de la Federación Española de este deporte y conseguimos, además, que su marido, Javier Revuelta, presidente de esta Real institución ecuestre, posara ante nuestro objetivo. Pero olvídense del título oficioso que le conferimos porque eso, para esta mujer que enciende el árbol de Navidad en Ciudad de México, se le queda corto. Por lo pronto, acaba de rodar con Santiago Segura la cuarta entrega de Padre no hay más que uno. “No soy la protagonista (risas), pero muy bien y muy divertido. Y rodeada de gente maravillosa... Y, por lo demás, sigo con mi línea de cosmética, que cumple cuatro años ya. Cómo pasa el tiempo…”.
—Por ti, no. Y además, ni el jet lag te ataca. ¿No estabas hace nada en México?
—Acabo de volver. Sigo supervinculada, sí. Vengo del encendido del árbol, que lo hice ¡ayer! Y produciendo mucho. Ahora paso mucho más tiempo detrás que delante de la cámara. También dirigiendo. Muy enfocada en la era digital.
—¡Renovarse o morir!
—Exacto. No hay que perder nunca el tren.
—Y (casi) siempre detrás del objetivo.
—Sí, porque necesitaba hacer crecer mi parte más creativa, que no es que estuviera dormida, pero sí que necesitaba sacarla a la luz . Tuve la oportunidad, creí en mí misma y hoy estoy muy cómoda con lo que hago.
—Tus hijos deben de alucinar viéndote editar clips… En realidad, todos alucinamos con las fotos que os hizo Alexi Lubomirski para el 18 cumpleaños de Claudia. ¿Cómo está?
—18 años, ¡se dice pronto! Está estudiando. Muy centrada. Es supersuperresponsable.
—¿Qué estudia?
—Doble grado y no veas cómo presumo. Administración de Empresas y RR.II. y ¡qué notas me saca! Le gusta, se esfuerza… Y Javi, también, ¿eh? Pero es más pequeño y está en otra fase.
—Estás orgullosa. Se te ve en los ojos.
—Mucho. Es mi mejor papel, “madre orgullosa”. Y quiero que hagan solo lo que a ellos les haga felices. Los padres tenemos el deber de darles las herramientas para que, luego, ellos elijan. Su alegría es la mía.