Desde bien pequeñas, las hermanas influencers María, Marta y Lucía Pombo han visto un auténtico ejemplo de superación en su madre, quien fue diagnosticada de esclerosis múltiple en el año 2000. Afortunadamente, Teresa Ribó, que está a punto de cumplir sesenta, se encuentra “muy bien” físicamente. “Todo está estabilizado. Doy gracias a Dios por estar como estoy”, nos confiesa sobre la enfermedad que también padece su hija pequeña, María. “Con investigación, todo está evolucionando a pasos agigantados. Está a años luz de cuando me dieron el diagnóstico”, añade Teresa, que acaba de ser galardonadapor la Fundación Kike Osborne.
—Teresa, ¿cómo reaccionaste cuando te dijeron que tenías esclerosis múltiple?
—Cuando abrí el sobre y leí todo… me quedé hecha polvo, la verdad. El problema de meterte en Internet… Es lo peor que puedes hacer. Gracias a Dios, ya tenía a mis tres hijas y eso fue lo que me ayudó. También lo que me preocupó, porque siempre pensaba en ellas, si me perdería su evolución. Ahora, mira a dónde me han llevado… A la luna.
—¿Qué tipo de tratamiento estás siguiendo?
—Voy a la Fundación de Esclerosis Múltiple dos veces por semana. Hago deporte físico y terapia ocupacional, para mover los dedos, poner todas las agujitas y pinchitos… Además, hago una terapia cognitiva y psiquiátrica, para ver un poco la cabeza, que también hay que cuidarla.
—La enfermedad te ha dado dos mazazos: el primero, cuando recibiste el diagnóstico y, el segundo, cuando se lo dieron a tu hija María.
—Ese fue mucho mayor… me dio una pena inmensa… Me sentí transmisora de su enfermedad, que era mi culpa. Sufrí mucho más, porque yo lo llevaba bien. Pero mira cómo está María… estupenda. Mejor que yo, por supuesto (ríe).
Madre de ‘influencers’
—¿Cómo has visto a tus tres hijas convertirse en ídolos de masas?
—Es increíble. De repente, mi hija pequeña, María, empezó a salir en unas fotos con un personaje que era conocido y, de ahí, al estrellato… Lo bueno es que ella ha sabido mantenerse.
—De niña, ¿María ya tenía estrella?
—Tenía mucha personalidad, sí. Estoy tan, tan orgullosa de ella y de sus hermanas…
—Son las tres ‘influencers’ de éxito, pero también aguantan comentarios negativos. ¿Cómo llevas las críticas que reciben tus hijas?
—Me da mucha rabia porque hay mucha gente odiadora que ataca sin saber, sin tener idea de muchas de las cosas que critican o dicen. Yo conozco la otra versión, la verdad, y me da pena.
—¿‘Googleas’ lo que dicen de tus hijas?
—Sí.
—¿Y no se enfadan ellas contigo?
—Es que yo quiero verlo… Pero no me importa nada, porque sé lo que es la verdad.
—¿Qué planes tenéis para estas fiestas?
—En familia. Nos hemos dividido, como ocurre en muchas familias. Pero después de pasar la Nochebuena en casa de Marta, nos reuniremos todos en el pueblo por Nochevieja. Nos lo vamos a pasar bien.
—¿Quién se encargará de cocinar?
—Un poco, Papín —así llaman cariñosamente a su marido, Víctor Pombo—. Siendo tantos, hemos encargado la cena. Normal, es que sería una locura.
—¿Con qué te quedas de este 2023?
—Con mis nietos: Vega, Martín y Matilda.